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Se han desaprovechado sus otras facetas creativas, apunta el historiador Agustín Sánchez

Cien años de la muerte de Posada y aún estamos por descubrirlo

El investigador curó las muestras que se exhiben en Guadalajara, Monterrey y DF, las cuales plantean otro rostro del artista, porque sólo se ha explotado La Catrina, afirma

Es un rompecabezas; abarcó todos los ámbitos de la vida cotidiana, expresó el especialista

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Posada, como pocos artistas, ha trascendido en lo que somos, en la imagen de un mexicano que se transforma en universal, concluyó Sánchez. Sobre estas líneas, uno de los grabados del artistaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de enero de 2013, p. 2

Este domingo se recuerda el centenario luctuoso de José Guadalupe Posada, cuya obra es parte de nuestra identidad cultural, del imaginario mexicano; pero, más allá de sus calaveras, que se han convertido en iconografía nacional, es un personaje que está por descubrirse y debe estudiarse, aseguró el historiador Agustín Sánchez González.

Desde finales de 2012, Sánchez González realizó la curaduría de tres exposiciones sobre diversas facetas creativas de Posada, las que actualmente se exhiben en Guadalajara, Monterrey y ciudad de México.

El historiador, quien por más de 15 años ha realizado una profunda investigación en torno a la obra de José Guadalupe Posada (1852-1913), explicó a La Jornada que a 100 años de la muerte del artista es fundamental revisar su trabajo, porque se desconoce cuántas obras tiene y cómo trabajaba.

“Posada es un rompecabezas por armar; estamos por conocerlo. Se ha explotado mucho a La Catrina. La idea de las tres exposiciones es mostrar el Posada del periodismo, el de la calle, el ilustrador de libros; incluso no se ha aprovechado su trabajo vinculado con el periodismo.

“Posada realizó ilustraciones para periódicos; Rafael Barajas, El Fisgón publicó un libro al respecto. Fue uno de los primeros en mostrar las caricaturas del artista”, sostuvo el investigador.

La creación de Posada como héroe cultural, de acuerdo con Sánchez, responde al planteamiento del nacionalismo de lo mexicano y de mostrar su obra inserta en la vida de los paisanos.

Prácticamente, en cualquier ámbito de la vida está su obra; uno puede ver en los cuentos infantiles, en la nota roja, en el periodismo, en la caricatura, no hay área que no abarque Posada; los toros, el circo. Quizá es uno de los creadores mexicanos que abarcó todos los ámbitos de la vida cotidiana.

Autor del libro Posada, un artista en blanco y negro, Sánchez González recordó la frase: Posada nació el día que murió don Lupe, porque a Guadalupe nadie lo conocía, y murió en el abandono en una casa en el barrio de Tepito.

El trabajo de Posada adquirió relevancia gracias a Diego Rivera, los muralistas y al Taller de la Gráfica Popular, agregó Agustín Sánchez, quien hace un par de años se planteó la posibilidad de impulsar un rostro diferente del ilustrador con las exposiciones: Posada: 40 años periodismo, en Guadalajara; Posada. El gran ilustrador de lo mexicano, en Monterrey, y Posada. El juego de la vida, en la ciudad de México.

Posada: 40 años periodismo, que se exhibe hasta el 20 de enero en el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas de Guadalajara, presenta copias digitales, porque no existen muchos ejemplares de las portadas de los periódicos mexicanos de 1877 a 1911.

En esta muestra, sobresalen las ilustraciones de Posada en los diarios El Jicote, El Diablito Rojo y El periquillo Sarniento, y es la primera ocasión que se exhiben estos trabajos del artista.

Posada, el gran ilustrador de lo mexicano, que alberga hasta el 10 de febrero el Museo de Historia Mexicana de Monterrey, reúne 200 piezas como ilustraciones publicitarias de empaques de cigarros, cajetillas de cerillos, etiquetas para cajas de puros, vinos y medicamentos; portadas e interiores de recetarios de cocina; carteles taurinos, teatrales, circenses y de las primeras funciones de lucha libre que llegaban al país.

La muestra que se exhibirá a partir de marzo en el Museo Nacional de la Estampa de la ciudad de México tiene un catálogo con textos de Agustín Sánchez y del coleccionista Mercurio López.

En la Casa de la Primera Imprenta de la Universidad Autónoma Metropolitana (Licenciado Primo Verdad, esquina con Moneda, Centro Histórico) concluye este mes la exposición Posada. El juego de la vida, muestra lúdica creada a partir del juego de la lotería, que incluye 90 grabados con los que Sánchez busca demostrar que Posada se internó en lo mexicano mediante diversas imágenes como flores, escorpiones, coyotes y calaveras.

Después de varios años de investigación, Sánchez aseveró que Posada fue un cronista excepcional que pintó la comedia humana, la tragicomedia mexicana de un siglo que terminaba y otro que nacía, al captar historias de la vida cotidiana como el silencio, la marginalidad, la tragedia, la risa, el miedo, la muerte, el pecado y el amor.

Posada, como pocos artistas, ha trascendido en lo que somos, en la imagen de un mexicano que se transforma en universal.