Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 16 de diciembre de 2012 Num: 928

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Martha Nussbaum y
la fragilidad del bien

María Bárcena

Combate
Leandro Arellano

Para leer a
William Ospina

José María Espinasa

Luis Rafael y La
guaracha del
Macho Camacho

Ricardo Bada

Faulkner cincuenta
años después

Carlos María Domínguez

Propuestas sencillas
Jaime Labastida

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Cinexcusas
Luis Tovar
La Jornada Virtual
Naief Yehya
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Cabezalcubo
Jorge Moch


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Una nueva guerra se prepara: Siria 2013 (I DE II)

Domingo 2 de diciembre de 2012

Uno de los titulares de la primera plana del New York Times anuncia: “EU está tropezando en su esfuerzo por evitar que Damasco obtenga armas.” Y en un subtítulo agrega:  “Occidente también está preocupado por actividades con armas químicas en Siria.” El artículo está firmado por el veterano propagandista Michael r. Gordon y su habitual cómplice Eric Schmitt, además de Tim Arango. Siguiendo el molde de otras operaciones de desinformación, aquí citan fuentes anónimas (un recurso injustificable en este tipo de información debido a la facilidad con que puede ser usado para la manipulación), insinúan graves amenazas y señalan que el camino de la negociación está inevitablemente condenado al fracaso. No olvidemos que Gordon fue, entre otras cosas, coautor, con Judith Miller, del famoso artículo de los tubos de aluminio para centrifugadoras nucleares (8 de septiembre de 2002) que fue usado como uno de los principales argumentos para lanzar la guerra contra Irak. Miller fue sacrificada como chivo expiatorio, pero Gordon sobrevivió al fiasco y al escándalo para seguir operando en servicio de los intereses de los neocones y probélicos más oscuros. Este equipo de reporteros propone que Irak está permitiendo el tráfico de armas y municiones a través de un corredor aéreo que va de Irán a Siria. Aparentemente, el régimen de Al Maliki rehúsa obedecer órdenes de inspeccionar aeronaves; sin embargo, Irak carece de fuerza aérea desde la guerra y los costos de logística de estas revisiones podrían ser prohibitivos. Independientemente de eso, hay un obvio desafío a eu. Ahora bien, de ser cierta esta afirmación, quedaría en evidencia una paradoja más de la inutilidad de las guerras de agresión estadunidenses. Después de destruir al gobierno de Saddam Hussein, arrasar la infraestructura nacional, saquear y devastar a la sociedad iraquí, el país sigue siendo desgarrado por luchas intestinas al tiempo que el gobierno títere impuesto por los invasores estadunidenses se resiste o es incapaz de obedecer los mandatos de sus presuntos protectores. ¿Qué más pruebas se necesitan del trágico fracaso del uso de fuerza estadunidense en Medio Oriente?

Al día siguiente

El lunes 3 de diciembre, David Sanger y Eric Schmitt fueron responsables de un artículo titulado:  “Siria desplaza sus armas químicas y eu y sus aliados toman nota cuidadosamente.” Aquí la amenaza de las armas de destrucción masiva es puesta en primer plano y, haciendo eco de la campaña histérica lanzada por el régimen Bush en contra de Irak, se da por hecho que hay movimientos sospechosos de material. Un “oficial anónimo estadunidense” asegura:  “La actividad que estamos viendo sugiere la potencial preparación de armas químicas.” Sin más pruebas que presuntas observaciones hechas por sujetos misteriosos, se anuncia que el régimen de Assad ha dado un paso más allá de simplemente “transportar” sus recursos. El New York Times nos informa que ese fin de semana hubo una serie de comunicaciones de emergencia entre los aliados y que el Pentágono estima que harán falta alrededor de 75 mil soldados para “neutralizar las armas químicas sirias”. Otras fuentes consultadas por Sanger y Schmitt son oficiales israelíes (resulta conveniente tener la asesoría de los peores enemigos de Assad si se trata de presentarlo como una amenaza), también anónimos, que ofrecen opiniones con tonos ominosos: “Estamos viendo un tipo de acciones que nunca antes habíamos visto.” Asimismo, aprovechan para acusar a Obama de no actuar de manera más agresiva al no dar armas a la oposición o reconocer a la propia “coalición insurgente que EU ayudó a crear”. La importancia de incitar a la histeria por el motivo de las presuntas armas químicas sirias se debe a que Obama determinó que, de usarlas contra su propio pueblo, eso marcaría “la línea roja” que lo llevaría a lanzar una intervención militar.

La señal de ataque

Mientras se cruza esa línea roja, otra señal ya ha tenido lugar. Para muchos, las batallas en y alrededor de Damasco de noviembre y diciembre de 2012 indican la inminencia de la pronta caída del régimen. Si Assad y sus tropas de élite no pueden proteger a la capital, nada podrá salvarlo. En otro artículo del 3 de diciembre, Gordon anuncia que la secretaria Clinton amenazó a Assad: “eu está planeando entrar en acción si usa sus armas químicas.” Esta retórica hace pensar que cuando el régimen de Saddam Hussein realmente usó armas químicas contra los kurdos, no sólo Occidente no hizo nada, sino que fueron países de la otan los que se encargaron de proveer las municiones, espionaje satelital y tecnología de destrucción masiva. Por el momento, las amenazas son deliberadamente vagas. Ese mismo día los principales diarios del mundo anunciaron que la ONU evacuaría a su personal no esencial, es una señal inconfundible de que se avecinan acciones armadas “sorpresivas”.

(Continuará)