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La autora habla de su obra Calzada de los Misterios, presentada en la FIL de Guadalajara

Vilma Fuentes revela enigmas que me plantean sorpresas, eso es la escritura

Entrelaza recuerdos de una ciudad de México con experiencias que vivió durante 12 años en un colegio de monjas

“Quiero que el lector se aleje del consumo y salga a un mundo más libre’

 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de noviembre de 2012, p. 8

La literatura es para Vilma Fuentes (DF, 1949) un enigma irresistible que descubrió cuando su padre periodista le leía antes de dormir Las mil y una noches. La escritora, entonces de cuatro años, imaginaba que su papá era mago y que en las páginas del libro veía esos caballos alados, tapices voladores y genios.

De niña se trepaba a sus hombros para tratar de ver aquellas maravillas que él le describía, pero nada, entonces, cuando se iba, yo tomaba el libro y lo sacudía. Hasta que un día reparó en su padre trabajando frente a su máquina de escribir Remington: ¿qué es eso?, preguntó la pequeña Vilma, un aparato para escribir todas las palabras del mundo en todas las lenguas, respondió su padre. A partir de ese momento, ella se dedicó a comprobarlo.

Con esta y otras historias la autora construye su reciente novela Calzada de los Misterios (Fondo de Cultura Económica, FCE), en la cual entrelaza recuerdos de una ciudad de México de la primera mitad del siglo XX con algunas experiencias que vivió durante 12 años en un colegio de monjas.

Sueños e irrealidad

“En las páginas de la obra no hay nostalgia –prosigue Vilma Fuentes–, no hay dolor por lo lejano, sino la descripción de ese universo en el que crecieron las niñas que no piensan en un mundo real, educadas para un futuro que no existe: sueñan que se van a casar, tener hijos y ser felices, es decir, una irrealidad total.

Existen muchos escritores que han abordado en sus novelas el cómo se escribe o cómo se comienza a escribir. Aquí quise contar cómo lo hice yo, a partir de ese enigma que me reveló mi padre y que al comenzar a escribir no se resolvió, sino que me abrió otro, y otro y otro. Eso es la escritura.

Vilma Fuentes se integró al Centro Mexicano de Escritores en 1969, donde entabló amistad con grandes figuras de la literatura mexicana, como Juan Rulfo y Salvador Elizondo. Desde 1975 vive en París, donde ejerce como periodista.

Foto
Vilma Fuentes durante la entrevista con La JornadaFoto Jesús Villaseca

Señala que su libro es, sobre todo, un relato más acerca de la ciudad de México, protagonista de varias de sus novelas: “Calzada de los Misterios cuenta la vida de una niña que crece al mismo tiempo que la ciudad, sus padres se cambian a cada rato de casa, y vamos recorriendo los distintos barrios”.

Sobre todo, en la novela está plasmado el gran placer que Vilma siente por escribir: “Más que vivir de ella, vivo por la literatura, porque me da vida, es un gozo. El enigma es lo que más me atrae. Me interesa ir revelando enigmas que me proponen nuevas sorpresas, eso es la escritura.

“De vez en cuando hay encuentros con escritores con los que tienes más afinidad o que te llevan de la mano por un camino que es el tuyo. Por ejemplo, un día, un amigo me dio la novela Gatopardo, de Lampedusa, y ahí descubrí que en los libros se acaba un mundo, pero inicia otro. Es el mismo y es otro, en todos.

“Es salir de lo pontifical y serio, de la demagogia de los políticos para entrar a un mundo en el que te preguntas cosas más profundas, pero también más ligeras, que te llevan a la pregunta filosófica única: ¿por qué diablos somos?

Por eso, no doy respuestas al lector. Quiero que él se ponga también a reflexionar o a tratar de descubrir ese enigma, que deje la cotidianidad de asfixiarse en el consumo y salga a un mundo más libre. Porque para eso escribo, para sentir la libertad, concluye la colaboradora de La Jornada.

El libro Calzada de los Misterios fue presentado anoche en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en el salón Mariano Azuela, con los comentarios de Vicente Quirarte, Martí Soler y la autora.