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El tenor Ramón Vargas festejará mañana 30 años de trayectoria en el Palacio de Bellas Artes

Se pierden valores del canto por privilegiar la apariencia

Ahora se escucha por los ojos, de lo cual son responsables los directores de escena, señaló

La prisa con la que preparan a los jóvenes, otro problema: deben trabajar a ritmo de planta

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Ramón Vargas ofreció una conferencia de prensa para dar a conocer su presentación de mañana en el Palacio de Bellas ArtesFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de octubre de 2012, p. 8

Con tres décadas de una exitosa carrera internacional como cantante de ópera y recitalista, que celebrará este martes 30 en el Palacio de Bellas Artes, y después en Lucerna, Suiza, el tenor mexicano Ramón Vargas observa dos problemas fundamentales en el mundo del canto: el predominio de la apariencia sobre la calidad y la prisa en la preparación de los espectáculos y de los artistas.

“Se están perdiendo algunos valores de la música y del cantar bien –dijo ayer en conferencia de prensa. Es un problema muy serio, a muchos teatros del mundo lo que más les importa es cómo se ve alguien y no cómo canta. Ahora se escucha por los ojos. Los directores de escena tienen mucho que ver en el asunto. Falta una revisión de todo esto.”

Por otro lado, agregó Ramón Vargas, ahora, pese a haber mayor pureza de estilo, siempre se dispone de poco tiempo y hay una exigencia de rapidez.

“Es muy grave que todo sea muy rápido, a la velocidad de la luz, en lugar de hacer como en la buena cocina, en los tiempos exactos, o como el cuidado de una planta, que crece de manera lenta. Si surge un joven talentoso, todo mundo se le va encima y en poco tiempo lo dejan para el arrastre. Así con el que sigue y el que sigue.

Soy una excepción y un privilegiado, porque llevo ya 30 años de trabajo, o Placido Domingo y Pavarotti, que sumaron más de 40 años. Aquí hace falta una investigación académica. ¿Dónde están aquellos jóvenes que ganaron un concurso de canto hace, por ejemplo, unos 10 años? Ya ni están cantando porque no les dieron tiempo para madurar. Es un momento de peligro.

Recordó que en su momento criticó el concurso Opera Prima porque los resultados no iban a ser palpables y el dinero utilizado mejor se hubiera destinado para un año de preparación adecuada de un grupo de jóvenes cantantes. Creo que fue una muchacha la que ganó; ¿dónde está ahora? No existen los milagros. Para que salga un buen cantante se tiene que trabajar mucho tiempo, a ritmo de planta. No es algo de McDonalds; las estrellas se forman al modo de la buena cocina.

Dijo que en México tenemos mejores cantantes que futbolistas Javier Hernández, Chicharito, mete dos goles y hay un gran festejo, los cantantes y otra gente del arte metemos goles a cada rato. Podemos darle al país una imagen diferente de la que ahora se tiene en el extranjero, por la violencia. Estamos perdiendo esta oportunidad.

La situación de los cantantes de ópera en México no ha cambiado mucho de la de hace varios años, aunque ha habido mejoras, consideró. Dijo que en la gestión de Rafael Tovar y de Teresa al frente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes hubo importante apoyo a los jóvenes por medio de becas al extranjero, aunque también se pueden criticar aspectos como el proteccionismo.

Narró que, por fortuna y como desde hace varios años, tiene la agenda llena para presentarse en los principales escenarios del mundo, pero que ahora se da tiempo para descansar la voz y el cuerpo, porque el tiempo no pasa en vano, apuntó.

Muy joven, Ramón Vargas ganó en 1982 el Concurso Nacional Carlo Morelli; de ahí su carrera comenzó un vertiginoso ascenso que lo llevó, por ejemplo, al MET de Nueva York, en 1992, para sustituir de emergencia nada menos que a Pavarotti. Luego seguirían La Scala, de Milán; la Opera Estatal, de Viena, y muchos más teatros de Londres, París y otras ciudades.

Desde hace 26 años vive en Europa y hasta el momento ha representado a más de 70 personajes de ópera, 50 de ellos protagónicos. De manera constante regresa a México porque, dijo, siempre lo llevo en el corazón. Hace poco, el 15 de septiembre, interpretó en el Auditorio Nacional música de José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Consuelo Velázquez y otros compositores.

Ahora, apoyado por la Compañía Nacional de Ópera, se presentará en el Palacio de Bellas Artes con el espectáculo Celebración Musical Ramón Vargas, 30 Aniversario, en el que interpretará fragmentos de La bohemia y El elíxir de amor.

Lo acompañarán una docena de cantantes, entre ellos las sopranos Ainhoa Arteta y Lourdes Ambriz; mezzosopranos, como Encarnación Vázquez, y tenores como Octavio Arévalo. El director concertador será José Areán y el director de escena, César Piña. En la escenografía participará David Antón. Será, prometió,  una gran celebración.