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Vallejo y Titelman comparten experiencias con dirigentes de movimientos estadunidenses

Líderes estudiantiles chilenos afirman que luchan por democratizar todo el Estado
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La educación debe ser un bien público y una inversión social, no sólo individual, afirmó en Nueva York la dirigente estudiantil chilena Camila VallejoFoto Mike Fleshman
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 20 de octubre de 2012, p. 29

Nueva York, 19 de octubre. Camila Vallejo y Noam Titelman, dirigentes estudiantiles chilenos, subrayaron que la lucha por la democratización de la educación se convierte en una por la democratización de todo el Estado, en sus primeros intercambios con líderes de movimientos estudiantiles, académicos y organizaciones progresistas en Estados Unidos, quienes compartieron sus experiencias aquí, sobre todo la de Ocupa Wall Street, ante un enemigo en común a los dos extremos del hemisferio americano: el modelo neoliberal.

De gira por Nueva York, Washington y Boston, Vallejo y Titelman ofrecieron un diagnóstico del modelo neoliberal de educación que se implementó en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet en torno a un principio organizativo: el mercado. Eso implica, sostuvieron, un desmantelamiento del sector público, incluyendo el educativo, otorgando prioridad suprema a la privatización.

La mano invisible del mercado puede golpear la cara

La educación se había convertido en un bien de consumo, un producto para el consumo, lo cual creó un sistema socio-educativo enormemente segmentado. Lo que nos unió fue el reclamar la educación como un derecho básico y fundamental, como un bien público y una inversión social y no sólo individual, afirmó Vallejo en un foro en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, que repitió en encuentros en las tres ciudades.

Titelman dijo que un sistema educativo organizado bajo las reglas del mercado, como el de Chile, donde la competencia reducirá costos y maximizará la calidad, en realidad es uno en el que descubrimos que esta supuestamente mano invisible del mercado puede volverse un puño y golpearte en la cara.

Agregó que en Chile se llevó a cabo un experimento deliberado que ahora se está imitando en otros países, incluyendo Estados Unidos: el de la privatización de la educación pública.

Señaló que el sistema sólo ofreció educación de calidad a una pequeña elite y, por tanto, una desigualdad extrema, tal vez una de las peores del mundo, y la gran pregunta era: ¿cómo vamos a cambiar eso?

Ambos afirmaron que al estallar el movimiento estudiantil masivo en 2011, cuando se paralizaron casi todas las universidades y colegios por unos seis meses y se realizaron movilizaciones que llegaron a tener más de un millón de manifestantes en las calles, se mostró que el gran laboratorio de la educación neoliberal estaba reprobado por alumnos, académicos y familias de los estudiantes. Señalaron que más de 80 por ciento de los chilenos avalaba las demandas del movimiento.

Indicaron que el movimiento estudiantil está ampliando su trabajo con otras organizaciones.

Titelman apuntó que hay una diferencia entre un movimiento noble y hermoso y un movimiento noble, hermoso y efectivo, y que parte de la respuesta a cómo proceder es volverse algo más que una lucha sectorial al entender que se tenía que empezar abordando los asuntos estructurales.

Vallejo subrayó que el movimiento social para la democratización de la educación no sólo reveló la crisis del sector, sino del sistema político bajo el modelo neoliberal.

Superamos la dictadura militar, pero no el modelo que dejó, afirmó. Por tanto, concluyó, el gran desafío que tenemos es no sólo democratizar la educación, sino el país entero.

Los ecos del mensaje del movimiento chileno se expresaron por integrantes del movimiento estudiantil en las universidades públicas de Nueva York, entre ellos algunos participantes en Ocupa Wall Street.

Conor Tomas Reed afirmó, con una sonrisa, en un foro conjunto con los chilenos que no estamos aún al nivel de sacar a millones a las calles como en Chile y otros países, pero en eso estamos trabajando.

La de Estados Unidos, dijo, es una lucha de largo plazo. Quien se atreva a proclamar muerto el movimiento Ocupa Wall Street, o tiene una imaginación mórbida o no puede sostener la atención gran tiempo o tiene expectativas irreales, añadió.

Señaló que la toma de espacio público en protesta contra el poder del uno por ciento y su perversión de la democracia muy rápidamente radicalizó a la ciudad y catalizó acción.

Comentó que el sector de la educación en Estados Unidos es la última esfera social que se está privatizando (...) matando a universidades públicas, desprofesionalizando a los maestros y académicos (...) e implementando ahí una cultura empresarial.

El movimiento en contra de eso es el mismo que estalla en otras esferas, expresado en Ocupa y otras luchas, agregó. Aquí los estudiantes no sabemos si tenemos un futuro, dijo, y sostuvo que eso se comparte con estudiantes en Chile, México, Quebec y otras partes del mundo.

En charlas con otros dirigentes y con La Jornada, los chilenos indicaron que gran parte del debate ahora es cuál será la próxima etapa de la lucha, y si la evolución es hacia la participación en el ámbito político formal.

La gira de Vallejo, vicepresidenta de la Confederación de Estudiantes de Chile, y Titelman, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, fue coordinada por el Institute for Policy Studies, que otorgó su Premio de Derechos Humanos Letelier-Moffitt al movimiento estudiantil chileno en su acto anual en Washington.

Se dio ese nombre al galardón en honor al diplomático chileno Orlando Letelier y su asistente Ronnie Moffitt, asesinados por agentes de la dictadura en Washington en 1976, en lo que era el peor atentado terrorista extranjero en este país antes de 2001.

La gira incluyó foros y reuniones en la Universidad de la Ciudad de Nueva York y otras y culminó ayer en un foro en la Universidad de Harvard.