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Regaló completa Cantata Santa María de Iquique en el Metropólitan

Quilapayún volvió a cantar a la justicia, la paz y la libertad
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de octubre de 2012, p. a14

Con el puño en alto, el público entonó: ¡El pueblo, unido, jamás, será vencido!, casi al final del concierto del pasado miércoles, en el teatro Metropólitan, del grupo Quilapayún, que provocó la reivindicación de las ideas contra el enemigo que oprime, exprime, explota, en la lucha sempiterna del hombre contra el hombre; el hombre, lobo del hombre, como escribió Thomas Hobbes.

Fue el primero de dos conciertos consecutivos en el foro de la calle Independencia, donde se reunieron hombres y mujeres de ideas libres, críticos. Había mucho universitario y militantes del Partido de la Revolución Democática en el Distrito Federal; ceceacheros de los años 70 y 80, de los días del todo o nada, del somos o no somos. Nada de medias tintas. Capitalismo o socialismo. Hoy todo es la búsqueda de la democracia.

Porque no nos gusta la miseria, cantamos... porque sí y porque no... cantamos porque no nos vamos a callar, cantamos.

Fue el juego de palabras anterior a la interpretación de la Cantata Santa María de Iquique, de Luis Advis, quien la compuso hacia fines de 1969. Desde ese año la toca Quilapayún, que el pasado miércoles la interpretó completa. Dura 41 minutos. El público escuchó emocionado y por momentos en silencio solemne. No era para menos, pues se se narraba musicalmente uno de los episodios más sangrientos en la historia de la represión. En el fondo del escenario se proyectaron imágenes de aquellos tristes días, en los que los obreros de un salar se ven en distintos momentos, a veces sometidos a jornadas extenuantes, castigados si no rendían como lo exigía el capataz. Los ojos de los trabajadores proyectaban desesperación, hambre, ira. Padecieron lo mismo que los peones acasillados de México, que vivían para crecer la fortuna del hacendado y que pagaban por medio de la tienda de raya.

Los explotados chilenos, lo mismo. Les daban unas fichas sólo canjeables en la tienda del patrón. La rebelión fue surgiendo y la pérdida del miedo también. En un mitin en la escuela Santa María, encerrados, como respuesta a los reclamos recibieron balas, algunas de ametralladoras. Fueron asesinados mil 600 obreros.

En Internet se informa que esta obra musical está compuesta por 18 partes, incluyendo cinco relatos.

Los sucesos fueron el 21 de diciembre de 1907. El asesino fue el general Roberto Silva Renard, en el gobierno del presidente Pedro Montt.

La paloma, una de las piezas más queridas

Finalizada esta pieza cumbre de la canción latinoaméricana, tras un receso, Quilapayún hizo que cada quien reivindicara sus convicciones, su odio al sistema que enriquece a unos cuantos. Se escuchó La paloma: Vuela tu vuelo, paloma mía..., que fue aplaudida de pie por algunos asistentes. La quena se escuchó en una de las melodías más queridas de la llamada nueva canción. Cada pieza que siguió fue una lección de historia, como Malembe, dirigida contra el Tío Sam, que cuando se dijo que era para ese gringo algunos gritaron ¡Peña Nieto! Son los pequeños desquites que permite un concierto de Quilapayún.

Otros temas fueron los emblemáticos La muralla y Te recuerdo Amanda. Con esta terminaron, entre gritos de ¡otra, otra, otra!

Al finalizar, Eduardo Carrasco, fundador de Quilapayún, aún con respiración agitada, expresó a La Jornada: Este concierto es para los que están del lado de la paz, de la justicia, de la lucha de nuestros pueblos por la conquista de la libertad. En este sentido, nosotros hemos sido consecuentes durante nuestra carrera, con una línea de fidelidad hacia las causas sociales.

Ante lo que pasa en su país, respecto de las protestas estudiantiles contra la privatización de la educación, en pro de la vertiente gratuita y popular, Carrasco agregó: “Estamos con los estudiantes y creemos que Chile tiene muy buenas cifras macroeconómicas, pero lamentablemente no hay una unidad y solidaridad nacional. Los estudiantes están reivindicando lo público, lo que es común. Hay cosas que no pueden ser privatizadas, que no pueden ser negocio, como la salud y la educación.

Si el Estado no le proporciona a sus ciudadanos una educación gratuita, ni resuelve los problemas de salud de las mayorías, provocará que cada quien se las arregle como pueda. Eso causará un naufragio, pues una sociedad así no puede funcionar. Antes se buscaba el comunismo, pero ya eso no se puede, no es una opción. Ahora debemos construir otra sociedad, tal vez capitalista, porque no hay, de momento, opciones, pero tenemos que ser solidarios.

Añadió que la Cantata Santa María de Iquique demostró los altos niveles que puede dimensionar la música latinoamericana. Es un clásico poético y musical.

Quilapayún partirá a Argentina y después a Alemania.