Sociedad y Justicia
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Marco Antonio Órdenes Fernández reconoció sus actos ilícitos

El Vaticano cesa a un obispo chileno por abusos sexuales

La Iglesia pidió perdón por los casos ocurridos en años recientes

Corresponsal y agencias
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de octubre de 2012, p. 47

Santiago, 9 de octubre. El obispo chileno Marco Antonio Órdenes Fernández fue cesado por el Vaticano luego de reconocer haber cometido abusos sexuales contra un adolescente, por lo que los obispos del país sudamericano se declararon estremecidos y conmovidos ante la posibilidad de una herida causada a personas por parte de un ministro de la Iglesia.

La Iglesia católica había iniciado desde abril de este año una investigación a cargo del nuncio apostólico en Santiago, Ivo Scapolo, quien sostuvo reuniones con Órdenes Fernández, obispo hasta ahora de Iquique, en torno a las acusaciones de pedofilia que pesaban en su contra y cuyo asunto había llegado también a la fiscalía.

Esta semana, el prelado reconoció en una entrevista con la prensa local que tuvo una actitud imprudente con el joven Rodrigo Pino, de lo cual dijo que se arrepentía y que había pedido perdón en su momento. Sin embargo, negó que su antiguo acólito fuera un menor de edad ya que tenía 15 años cuando ocurrieron los hechos.

Dios es mi testigo que siempre he buscado servir sin interés, nunca busqué dañar, ofender o manipular a alguien, afirmó el religioso de 47 años, el más joven de los obispos de la Conferencia Episcopal chilena, primero de su jerarquía en ser investigado en el país por un caso de abuso sexual y que se suma a una veintena de sacerdotes ya condenados por delitos similares.

El papa Benedicto XVI aceptó la dimisión de Órdenes Fernández, obispo de Iquique, en el extremo norte del país. El Vaticano indicó en un comunicado que su salida se dio en virtud del artículo 401-2 del Código de derecho canónico, que se refiere a la dimisión por una razón de salud o por toda otra causa grave.

Los hechos se remontan a la época en que Órdenes Fernández era rector del Santuario de Nuestra Señora del Carmen de la Tirana, en el norte del país, entre 1997 y 2002.

Ante la fiscalía, Pino aportó pruebas sobre las relaciones íntimas que sostuvo con el obispo, entre las que destacan fotografías y grabaciones de voz.

Lo que vivimos nos estremece y conmueve. Ante todo por la sola posibilidad de una herida causada a personas por parte de un ministro de la Iglesia. Pero este dolor cobra un carácter singular al ser el acusado un obispo, llamado a ser buen pastor y servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo, señaló la Conferencia Episcopal chilena ante la gravedad de estas conductas impropias.

“Creemos que este es un tiempo de reflexión y de plena colaboración con las instancias que corresponde. Hoy hacemos nuestro el sentir de San Pablo: Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados, citó el obispo de Rancagua y presidente de la Conferencia, Alejandro Goic.

El jueves pasado, la Iglesia chilena volvió a pedir perdón por los casos de abuso sexual cometidos por una veintena de sacerdotes en los años recientes.