Jannette Chao no es una cantautora de radio ni de televisión, soy de en vivo. Para mí los artistas son así, nada más, comenta en entrevista, quien desde los 12 años compuso su primer tema.

Luego de tres años de no aparecer mediáticamente, regresa a ese nicho en el que se siente bien: el escenario. Lo hará este viernes a las 21 horas en el Lunario del Auditorio Nacional, donde invita a su público a acercarse a su nuevo mundo, y a quien no la conoce, es el momento perfecto para hacerlo.

Dice Chao que realizará una combinación de rolas de todos sus discos, además de una aperitivo de la placa que está apunto de sacar, más cruda y roquerona; menos baladista, más alternativa folk. Mis letras siguen siendo de ser profundo; sigo hablando de la celebración de la vida.

Batallas de sal es su primer disco. Le siguió Marea alta, que produjo Juan Luis Jiménez (de Presuntos Implicados). En Luciérnagas, el tercer álbum, ella produjo junto con Sergio Vallín de Maná. Jannette dice que su próxima entrega sonora está pensada para actuar en vivo y acceder a otras culturas.

La artista explica su ausencia de tres años:Todo en la vida son momentos de contracción y expansión. Estar en contracción es para tomar fuerzas, para saber dónde estás parado y adónde quieres estar. Lo segundo es cuando deseas estar afuera haciendo, diciendo y brincando. Viene para mí un momento de expansión si el universo lo permite. Nunca había abierto tanto mi espacio creativo a otros artistas. Siempre había compuesto mis temas sola, pero de pronto tuve necesidad de compartirme, para buscar otros sonidos, nuevas direcciones. Al final quedaron canciones que estoy segura marcarán diferencia con lo que he hecho antes. Hay una busqueda de sonidos, una manera distintas de decir las cosas, para no repetirme.

–En ese periodo de contracción, ¿qué la inspiró?

–Todo ha sido una búsqueda diaria, y ese trabajo me ha hecho consciente de los tiempos que vivimos. El texto sagrado de la cábala dice que los tiempos que vivimos son, o los peoes o los mejores, depende de tu consciencias. En mi caso, lejos de ser tiempos complicados, son en los que me he conectado a una vena positiva de vida. No soy quien tenga un personaje artístico dividido. Soy artista desde que me levanto hasta que me voy a la cama, y claro que las transformaciones que ocurren en mi vida personal permean mi música. Lo que ahora hago está más conectado con la felicidad, el goce y la celebración de la vida, aunque también con el cuestionar socialmente, pero no desde la postura de la revolución política, sino en la de la conciencia.

Comenta: Dije antes que mi música no era para los pies, sino para el alma. Ahora, con este nueva búsqueda, encontré que los pies son el alma y que no todo tiene que ser nostálgico para sanarla.