París, 9 de octubre. La policía francesa antidisturbios utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se congregaron este martes en las afueras del Salón del Automóvil de París, en el contexto de protestas realizadas en todo el país por los recortes de empleos. La desocupación alcanzó su nivel más alto en el país desde 1999 y el crecimiento económico se encuentra en punto muerto.

En el lugar se produjeron incidentes luego de que el sindicato CGT, uno de los dos más grandes de Francia, trató de mostrar su poder de convocatoria con la organización de manifestaciones callejeras, en las primeras protestas ocurridas en Francia desde que asumió el poder, en mayo de este año, el presidente socialista Francois Hollande.

La policía intervino después de que unos mil manifestantes, entre ellos trabajadores de una planta de PSA Peugeot-Citroen, intentaron cruzar un cordón de seguridad que rodeaba el recinto de exhibición de automóviles en las afueras de París.

PSA anunció sus planes de cerrar este verano una planta en París y despedir a 8 mil trabajadores.

La tasa de desempleo en Francia se encuentra por encima de 10 por ciento y el número de desocupados superó los 3 millones por primera vez en 13 años.

Por su parte, el líder de la confederación sindical CGT, Bernard Thibault, quien el pasado mayo pidió abiertamente el voto a los trabajadores para derrotar al ex presidente Nicolas Sarkozy, declaró que nada ha cambiado bajo el mando de Hollande, quien se comprometió a reducir el déficit público de Francia sin mermar el crecimiento.

Si una mayoría de trabajadores votó por un cambio presidencial fue porque quería un cambio de la política económica y social, dijo Thibault al canal estatal France 2. El dirigente afirmó que la movilización convocada por la CGT fue un éxito, ya que decenas de miles de manifestantes respondieron a la convocatoria.

Este día es una advertencia para los poderes públicos y para la patronal, dijo al iniciar la manifestación en París, y abogó por la rápida adopción de una ley que impida los despidos en las empresas que tienen beneficios, medida aprobada por tres de cada cuatro franceses, según un sondeo del instituto Harris Interactive.

El sindicalista afirmó que hay una presión de la patronal sobre el gobierno y que éste retrocede ante ella, y advirtió que también nosotros podemos actuar para obtener mejores medidas.

Miles de personas marcharon en Lyon y en la sureña ciudad portuaria de Marsella, según estimaciones de la policía y de los sindicatos, mientras más protestas ocurrieron en Le Havre, Burdeos y Rennes.