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Lila Downs ostenta la designación en San Miguel el Grande por dar lustre a la población

Ser mayordoma me recuerda la importancia de la humildad

La cantante fue madrina de 15 años de una joven de Huajuapan de León

Para mí es difícil por ser artista, porque siempre creemos que somos el centro de atención, afirmó

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Lila Downs y la quinceañera Yani, hija del pintor José Luis GarcíaFoto Estanislao Ortiz
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de octubre de 2012, p. a13

Huajuapan de León, Oax., 2 de octubre. La cantante Lila Downs mostró otra de sus facetas: fungió de madrina de 15 años de Yani, hija del pintor José Luis García, oriundo de esta ciudad, el pasado domingo. El convivio estuvo impregnado de momentos luminosos y alegres, propios de la edad de la cumpleañera.

Antes, la artista estuvo en San Miguel el Grande, también en tierra oaxaqueña, donde fue nombrada mayordoma de esta ciudad por dar lustre y realce a la población, de la cual ella no es nativa, pero su madre sí lo es.

San Miguel el Grande queda a dos horas de Tlaxiaco. “San Miguel es el santo patrono de esa localidad que se rige por usos y costumbres y donde la mayoría habla mixteco como primer idioma y el español como segundo. Hace más de un año me invitaron a ser una de las mayordomas, lo cual es una responsabilidad. Me entregaron el bastón de mando al entrar a la comunidad, por ser una figura distinguida. Yo no nací en San Miguel; mi mamá es quien nació allá, pero me adoptaron. Es muy interesante ver todo eso porque nací en un pueblo mestizo y en San Miguel todo está regido por el consejo de ancianos y el cabildo, más los regidores, y todas las actividades se dieron según el plan de ellos. Todo está organizado para que asista todo el pueblo.

Eso fue el jueves en la noche. Al día siguiente fue el concierto con el grupo de nosotros y una banda que vino de la ciudad de Oaxaca. El sábado corté el listón con otras figuras prominentes, como un personaje del consejo binacional indígena, que se llama Rufino. Inauguramos una fonoteca y una biblioteca, que va a ser virtual y tendrá comunicación directa con los paisanos en Fresno, Estados Unidos, quienes enviaron remesas para construir el local.

Casa de cultura

También se inauguró la Casa de la Cultura Lila Downs, en un edificio antiguo de piedra y cantera, con techo o plafones altos, que fue restaurado. A su vez, quedó abierta una sala para ver cine, donde los oaxaqueños disfrutarán películas de acción y algunas denominadas de arte. Todo está bien diseñado y estéticamente es muy lindo, dijo la cantante.

“Fue un gusto haber sido recibida así, para todo lo que inauguramos. A veces los mixtecos somos muy ceremoniosos. Hubo muchos discursos y se ejecutó un baile de origen prehispánico.

Esto creo que tiene que ver con el arraigo, con la intención de hacer bien las cosas. Lo de la mayordomía me recuerda la importancia de la humildad, una de las cosas que me enseñó mi abuelita. En San Miguel el Grande sacaron a la autoridad porque no se portó bien, y yo les hablé de la violencia en el país y les pregunté que a ellos cómo les iba. Me dijeron que ahí hubo problemas con unos que andaban robando; los agarraron, los pasearon por el pueblo, los encueraron, los insultaron. Quienes no entienden los usos y costumbres, los de la derecha, por ejemplo, no comprenden lo nuestro, en el sentido de que esto viene de hace mucho tiempo; tergiversan al relacionar todo con acercamientos con la izquierda. Este tipo de justicia lo pueden ver extraño, pero para mí es interesante.

Todo fue alegría, comida, toritos pirotécnicos y mucho mezcal.

Lila Downs no tuvo fiesta de 15 años. Lo que pidió fue un viaje. “No me piden muy seguido que sea madrina de una quinceañera, pero aquí fue porque soy amiga del pintor José Luis García, quien es de aquí, de Huajuapan de León. Esto lo tomo como una cosa de vida, porque tener hijos te abre a otra responsabilidad, a otras conciencias. Para mí es difícil por ser artista, porque siempre creemos que somos el centro de atención.

Mi ahijada vistió de lila; las flores que adornaron el Sagrario, a un lado de la catedral, donde fue la misa, eran lilas; yo iba de lila. Todo era lila. Hay que imaginar la emoción de la quinceañera...

No cualquiera tiene de madrina a Lila.

Acabada la liturgia todos fueron raudos al Club de Leones (que en cada pueblo de este país tiene saloncitos de actos sociales), donde la fiesta se hizo larga y corta para unos y otros.

Es zona oaxaqueña y mundo de las tlayudas y el quesillo, que fueron servidos para abrir boca. Todo aderezado con guacamole. En unas jicaritas se sirvió el tradicional mezcal que, llevado en especial para la tocada, era una delicia, de esos que no dan patada y que dejan un sabor dulce, agradable. Vino el espectáculo de Yani, con sus chambelanes.

Luego, en una mesa se dispusieron los alimentos, donde destacaron el chile ajo, el mole, el arroz y otros platillos del rumbo, todos para repetir.

Había whisky y otras bebidas, pero hasta ahí todo fue mezcal.

No podía fallar. Lila Downs interpretó unas dolorosas y la infaltable Naylam con la banda de Huajuapan. Se bailó a lo oaxaqueño, mano en la cintura y pañuelo al aire. Ya era la una de la madrugada y la fiesta seguía.

Al otro día, al hotel García Peral llegó el pintor para invitar a Downs a su casa, pero ella tenía que regresar al Distrito Federal. Prometió volver a la brevedad, lo cual harán ella y otros. Sin duda.