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El bisturí óptico, libro que incluye imágenes de sus obras, será presentado en el Munal

Sandra Pani sintetiza 24 años de quehacer pictórico y de dibujos en una antología

Toda mi obra es un diálogo entre mi mundo interno y externo, lo espiritual y lo terrenal

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Sandra Pani durante la entrevista con La JornadaFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Sábado 18 de agosto de 2012, p. 6

Unas 30 imágenes que dan cuenta de 24 años de trayectoria artística de la pintora Sandra Pani, integran el libro El bisturí óptico, el cual será comentado este sábado en el Museo Nacional de Arte (Munal).

Se trata de una selección muy rigurosa que reúne las que para la creadora son sus obras más representativas de su quehacer pictórico, desde las realizadas en 1998, como la pieza Árbol en grises, hasta Cuerpo árbol/Crucifixión, de 2007, que fue parte de una exposición presentada en el Festival Internacional Cervantino de 2011.

Las pinturas y los dibujos incluidos en el libro, explica la artista, “emergen de una profunda experiencia personal, de la interrelación entre mi mundo interno y el externo, entre lo simbólico y lo concreto.

Trabajo mucho con el tórax, me encanta su forma, esa especie de escudo protector de los pulmones y el corazón, que a su vez tiene similitudes formales y simbólicas con la idea de una flor o un árbol.

Esos dibujos, añade, tienen el carácter de obra acabada y no de bocetos. También se seleccionaron algunos autorretratos y polípticos a manera de fragmentación del cuerpo, el cual ha sido eje de todo mi trabajo pictórico, al igual que el árbol. En toda mi obra aparecen cuerpos y árboles.

Cuerpo y árbol, hilo conductor

El bisturí óptico “es una especie de antología de todas las cosas que me interesan en mi trabajo, el cual más que estar marcado por etapas, ha sido continuo, como se puede constatar desde la primera obra que aparece en el libro, Árbol en grises, en la que ya se evoca el cuerpo y el árbol, sin ser descriptiva.

Siento que los primeros temas que me atraparon desde el primer día siguen ahí. No se han agotado, los sigo explorando. No es que acabe una etapa. El cuerpo y el árbol son el hilo conductor. Hoy día persisto en hallar la esencia de las cosas y el cuerpo. Trato de buscarme, como una tarea profunda de identidad. En esa exploración de mi propia corporalidad toco cosas que son universales, porque si bien es mi cuerpo, todos tenemos uno.

Sandra Pani define su trabajo como “una especie de salto hacia adentro para entrar en contacto con lo de afuera. Toda mi obra es un diálogo entre los opuestos complementarios, entre mi mundo interno y externo, entre la mancha y la línea, entre lo espiritual y lo terrenal, entre lo simbólico y lo concreto, que al final pueden formar una totalidad. Sin embargo, lo que retomo es esa especie de lucha.

“Mi obra –prosigue Pani– siempre ha estado vinculada a la luz. Tiene también mucho que ver con el sufrimiento encarnado, con el desmembramiento creativo, no destructivo, lo que es un terreno síquicamente arriesgado, pues hay que estar conociéndote y rompiendo ciertas cosas. Y mis obras son como testimonios de esos procesos síquicos, pero que siempre van hacia la transformación, hacia lo creativo del desmembramiento”.

Editado por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en su colección Círculo de Arte, El bisturí óptico integra dos textos del escritor Salvador Elizondo y uno del poeta Alberto Blanco, quienes ofrecen una visión sensible alrededor del trabajo de Pani.

El libro será comentado por Luisa Barrios, Gonzalo Vélez y Alberto Blanco, mañana a las 13:30 horas, en el Munal (Tacuba 8, Centro Histórico).