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En este recinto el dramaturgo inglés estrenó Macbeth, Otelo y El rey Lear, entre otras

Atesora El Globo de Shakespeare la biografía teatral de Londres

La Compañía Nacional de Teatro presentó ahí la primera parte de Enrique IV

Durante los Juegos Olímpicos la icónica construcción se convirtió en imán turístico de la capital británica

Foto
Vista interior del teatro El Globo, donde solía actuar y dirigir William ShakespeareFoto Eva Usi
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 12 de agosto de 2012, p. a15

Londres, 11 de agosto. Estos días el teatro El Globo (The Globe), don-de Shakespeare solía actuar y estrenar sus obras, es un imán turístico durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que concluyen el 9 de septiembre. Como pocas construcciones, El Globo es parte de los iconos arquitectónicos que revela la accidentada biografía de la capital británica.

Situado en Bankside, uno de los asentamientos más antiguos de Gran Bretaña, cuando los romanos fundaron Londinium en la rivera norte del Támesis (del otro lado del río), desde ahí se tiene una vista panorámica del Puente de Londres, de la Catedral de Saint Paul y de la City, el centro financiero con sus modernos rascacielos que se levantan sobre calles que serpentean delatando su origen medieval.

La historia de El Globo se remonta al siglo XVI cuando surgieron un puñado de teatros sobre la rivera sur del Támesis bajo el reinado de Isabel I, de los que se preservaron sólo los nombres de tres: The Rose (La Rosa), The Swan (El Cisne) y The Globe (El Globo). Coexistían junto a los burdeles y las arenas de luchas de animales, perros contra osos encadenados, que eran las distracciones de la iletrada población londinense de unos 200 mil habitantes. Entonces Londres florecía como metrópoli comercial en Europa gracias al flujo del Támesis, que traía las riquezas de ultramar. El teatro era el lugar donde la población se enteraba de lo que sucedía en Londres y en el mundo, y se convirtió en forjador de una incipiente identidad cultural.

Las obras de un escenario poligonal

Shakespeare escribió muchas de sus obras pensando en el escenario poligonal de ese teatro al aire libre de tres niveles construido en 1599, donde cada tarde se representaba una obra de teatro diferente. Acudían todas las clases sociales, desde la realeza hasta los más humildes que no se distinguían mucho de los actores, un oficio que fue ganando prestigio con el paso del tiempo y en el que trabajaban sólo varones, que asumían los papeles de mujeres. Por lo general un actor tenía que saber al dedillo unos 30 distintos papeles y recordar unas 5 mil líneas.

El actor Jamie Parker, quien interpreta estos días el papel estelar en Enrique V, afirma que la tragedia inicia con una frase que dirige Shakespeare a su auditorio. Sin ustedes no somos nada, sólo somos actores y vestuario, dice y explica que sólo la fe de la audiencia en el teatro es lo que hace que funcione. Shakespeare debe haber tenido una relación muy compleja con la audiencia, porque sabría que hay días en los que funciona, pero en otros en los que no. Cuando funciona es magnífico, glorioso, sin esfuerzo y atemporal, y alimenta a todos los involucrados; cuando no, es agotador, insignificante y resentido, cuando tienes a escolares que no quieren estar ahí. Es muy humillante, porque estás en el escenario y sólo eres un actor de una obra con una ropa ridícula encima, afirma.

En El Globo estrenó Shakespeare Hamlet, Otelo, El rey Lear y Macbeth entre muchas de las 37 obras que escribió el dramaturgo inglés. Él mismo fue actor durante toda su vida y ese fue hogar de su compañía, The King’s Men (Los hombres del rey), que se cree, fueron sus miembros quieren recopilaron y divulgaron su obra después de su muerte.

El teatro se incendió durante una representación de Enrique VIII en 1613, cuando la detonación de un cañón prendió fuego en el techo y consumió toda la construcción de madera. Aunque el edificio fue reconstruido rápidamente, la administración puritana de la ciudad cerró todos los teatros en 1644 y fue demolido dos años después, mucho antes del gran incendio de Londres que devastó la antigua ciudad del otro lado del río en 1666.

Siglos después, ya en 1949, el actor estadunidense Sam Wanamaker llegó a la capital británica buscando los rastros del antiguo teatro y encontró sólo una placa que recordaba su ubicación. Por iniciativa de aquel actor de Chicago el teatro fue reconstruido y después de muchos obstáculos reinaugurado en 1987.

Sentir de un genio universal

Shakespeare abandonó Londres en 1614 y volvió a su ciudad natal, Stratford-upon-Avon, donde murió en 1616 a los 52 años. Muchas de sus obras fueron publicadas por primera vez siete años después. Shakespeare es importante no sólo para los británicos, sino para todo el mundo, porque sus obras hablan de la condición humana. Transmite el sentir del hombre más humilde que ha sido reclutado en el ejército para ir a la guerra, o el de un joven príncipe que ambiciona conquistar la corona, afirma el director de El Globo, Neil Constable.

Hoy en día El Globo trabaja como organización sin fines de lucro y sin un subsidio gubernamental. Tenemos que asegurarnos de recaudar un presupuesto anual de 60 millones de libras esterlinas para cumplir nuestro objetivo, afirma Constable, en conversación con La Jornada.

El teatro se financia de las entradas, del consumo de los visitantes en un restaurante y de los ingresos de una tienda de souvenirs. También recibe donaciones de patrocinadores y voluntarios. Shakespeare Globe Trust, fundación creada en 1970 por Sam Wanamaker para reconstruir el recinto, promueve la producción teatral, la educación e investigación de la obra del genio inglés.

Shakespeare es enseñado en las escuelas desde la edad de 3 o 4 años como si fuera un juego. Se enseña por medio del movimiento, de lo físico, de lo emocional, además de lo intelectual, ese es el gran avance en la enseñanza en comparación de cuando yo era niño, cuando teníamos que sentarnos en un pupitre, y leer la obra y aprenderla de memoria, afirma Patrick Spottiswood, director de Educación Global.

El Globo recibe medio millón de visitantes cada temporada, pero batió récord hace poco cuando su escenario fue el epicentro de un festival teatral del 21 de abril, aniversario del natalicio de Shakespeare, al 9 de junio. Cada noche se escuchó un idioma diferente. “Trajimos a 600 actores de 37 distintos países, algunos muy pequeños, como Sudán del sur, el país más joven del mundo. La compañía del nuevo teatro nacional interpretó en aquí la obra Cymbeline. Fue maravilloso escuchar cada noche a una compañía diferente, de Moscú, Bombay, Atenas o Berlín, tuvieron una audiencia integrada por londineses que hablan su idioma”, afirma Neil Constable.

También participó la Compañía Nacional de Teatro de México, que interpretó la primera parte de Enrique IV y tuvo una recepción extraordinaria, según el director del Festival Globe to Globe, Mundo a Mundo, Tom Bird.

“Recibió una muy buena crítica de diarios británicos muy prestigiosos, como The Guardian. Nosotros estábamos muy emocionados de tener a una compañía tan grande como ésa.”

En octubre, Hamlet con la compañía londinense

México y Argentina alternaron el 14 y 15 de mayo con la interpretación de Enrique IV, primera y segunda partes, respectivamente. De Buenos Aires llegó Elkaka Espacio Teatral.

Tom Bird dijo que la compañía de teatro de El Globo espera ir a México en octubre a interpretar Hamlet en una réplica de este emblemático recinto construido en el Zócalo de la ciudad de México.

Espero que sea el inicio de un intercambio intenso entre la Compañía Nacional de Teatro y de El Globo de Shakespeare. Nos llevamos muy bien, compartimos una estética parecida y de alguna manera las mismas creencias. Disfrutamos la compañía mutua y creo que debería ser el inicio de una gran relación bilateral.