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La efeméride nos impulsa a renovar nuestra agenda de investigación, dice su presidente

El Colegio de la Frontera Norte cumple 30 años y busca su “internacionalización’’

Tratamos de tener una perspectiva de las líneas divisorias en un mundo global: Tonatiuh Guillén

 
Periódico La Jornada
Martes 7 de agosto de 2012, p. a13

El Colegio de la Frontera Norte (Colef) cumplió ayer 30 años de haberse fundado, coyuntura que se aprovechará para renovar nuestra agenda de investigación y saltar a una institución más internacionalizada, expresa el sociólogo Tonatiuh Guillén López, presidente de ese centro de estudios.

El Colef trabajará una visión más amplia de las fronteras en el mundo desde la perspectiva mexicana. Queremos convertirnos en un centro nacional de estudios de las líneas divisorias, no sólo la nuestra. Cómo se ven las nuevas dinámicas en las fronteras en otras experiencias internacionales. Eso, claro, como un complemento de investigación; no es un giro sustantivo. Seguiremos siendo El Colegio de la Frontera Norte de México y continuaremos con la investigación sobre el tema. Es posible que al final construyamos una visión de frontera en este mundo global y con un tono civilizado.

La efeméride se conmemora con un programa de actividades de 22 al 24 de agosto en Tijuana, su sede original. Hoy día cuenta también con instalaciones en Monterrey, Matamoros, Ciudad Juárez, Mexicali, Piedras Negras, Nuevo Laredo y Nogales.

El Colef, proyecto de El Colegio de México, nació como “una idea que en particular Jorge Bustamante –su presidente fundador– fue madurando como un trabajo primero de investigación sobre los migrantes que cruzan hacia Estados Unidos por motivos laborales, tema que en esa época no era tan relevante como ahora”, prosigue Guillén López, investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública. En un principio se llamó Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México.

Hoy día comprende una comunidad de 350 a 400 personas –incluidos los estudiantes–, entre las que 114 son investigadores. Pionero en el desarrollo regional, en el Colef se imparten siete maestrías y un doctorado.

Para el entrevistado, una de las cosas más valiosas aportada por el Colef es haber descentralizado buena parte de la investigación social en México, ya que en los años 80 del siglo pasado estaba concentrada en la ciudad de México. La segunda consiste en contribuir al reconocimiento de la frontera norte de México y sur de Estados Unidos dentro de la visión nacional de desarrollo. En 1982 la frontera no sólo estaba muy lejana, sino que no figuraba en el mapa de las prioridades nacionales. A lo largo de tres décadas, el Colef ha creado conciencia sobre la frontera y su papel estratégico para el desarrollo del país; no sólo es asunto local.

Una historia de contrastes es como Guillén López se refiere a la frontera de hace 30 años y la actual. Si antes había zonas en las que visualmente no había barreras, ahora en estas mismas áreas hay una, dos, tres bardas, cámaras, alambres espantosos en lo visual. La frontera es una paradoja, porque al mismo tiempo podemos decir que tiene un potencial de desarrollo de crecimiento, de interdependencias económicas y culturales que suceden todos los días, pero de otro lado tenemos una barda que parecería expresar exactamente lo contrario”.