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Hallan variante de riesgo metabólico; si se afecta el páncreas, hay más probabilidad de diabetes

Los mexicanos tienen predisposición genética a la obesidad, según estudio

La acumulación de grasa en el hígado es otra de las líneas de investigación del equipo integrado por especialistas de la UNAM, del instituto Salvador Zubirán y del Inmegen

 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de agosto de 2012, p. a15

La población mexicana presenta alta predisposición genética para desarrollar sobrepeso y obesidad, y en consecuencia, padecer enfermedades crónicas y complicaciones metabólicas.

Así lo revelan diversos estudios realizados entre la Facultad de Química (FQ), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y los institutos nacionales de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y de Medicina Genómica.

Los hallazgos más relevantes incluyen la identificación de una variante génica de riesgo metabólico –exclusiva de los mexicanos– que altera la función del transportador de colesterol ABCA1 y provoca una disminución en los niveles de colesterol bueno o HDL, encargado de limpiar las arterias.

Samuel Canizales Quinteros, académico de la FQ y coordinador del equipo de trabajo, señaló que cuando este transportador funciona bien genera niveles normales o altos de HDL, cuyas partículas poseen propiedades antinflamatorias y antioxidantes. Incluso, señaló, personas con colesterol bueno alto tienden a ser longevas.

Los investigadores encontraron una variante que afecta a poblaciones indígenas y mestizas de México, la cual provoca un aminoácido (arginina por cisteína en la posición 230).

El científico agregó que se han realizado estudios en grupos de personas de África, Asia y Europa y en ninguna hallamos la alteración.

Esa mutación incrementa el riesgo de padecer obesidad y si está afectado el páncreas provoca que no libere insulina de forma adecuada, con lo que son más las probabilidades de desarrollar diabetes.

Actualmente el equipo de investigación busca otras variantes exclusivas de América, para explicar por qué ciertas enfermedades, como hígado graso no alcohólico y la diabetes tipo 2, entre otras, son más prevalentes en el continente.

Otros proyectos encabezados por Canizales se relacionan con la indagación de genes que incrementan las posibilidades de presentar obesidad y sobrepeso, padecimientos de los que cada vez hay más casos y son factores de riesgo para desarrollar diabetes, hipertensión, hígado graso no alcohólico y algunos tipos de cáncer.

Una de las líneas de investigación revela que el gen FTO, vinculado con la cantidad de grasa en el organismo, el receptor de melanocortina 4 (MC4R) y la proteína convertasa 1 (PCSK1), aumentan casi cuatro veces el riesgo de obesidad mórbida, o tipo III entre los mexicanos, pero no se ve tan aumentado para la obesidad I y II, las más comunes.

Un grupo más se ocupa de entender qué sucede con la acumulación de grasa en el hígado, pues otra de las comorbilidades a las que se asocia la obesidad es el hígado graso no alcohólico, que puede progresar hacia complicaciones como cirrosis o hepatocarcinoma.

Por ello, uno de los objetivos planteados en este análisis es determinar marcadores moleculares no invasivos, que permitan identificar sujetos en riesgo de presentar complicaciones.

En cuanto a la prevalencia de este padecimiento, el investigador estimó que se presenta en alrededor de 70 por ciento de los obesos, cifra que aumenta a 90 puntos porcentuales si se padece obesidad severa o mórbida.

Enfermedad compleja

México ocupa el primer lugar en obesidad infantil, y en adultos también estamos entre los primeros lugares a escala mundial. Por ello, realizamos estudios en un grupo de más de 4 mil niños en edad escolar, que nos permita identificar los factores genéticos y ambientales de riesgo.

Canizales, quien realiza desde hace más de una década proyectos enfocados a la genómica de la obesidad y comorbilidades relacionadas, sostuvo que este padecimiento no se puede considerar sólo como un problema genómico, ya que es una enfermedad compleja que se desarrolla por muchos factores, como el sedentarismo, la mala alimentación y la susceptibilidad genética.

La idea de colaborar de manera multidisciplinaria con otras instituciones de investigación es sumar esfuerzos para tratar de bajar las tasas de obesidad en el país.

Esperamos que nuestros resultados sean útiles para el desarrollo futuro de pruebas de diagnóstico y de programas preventivos, que contribuyan, además, a disminuir los altos costos que para el sistema nacional de salud implica el tratamiento de la misma, y comorbilidades relacionadas.