Una reflexión alrededor de la violencia y las formas en que este flagelo cimbra a la sociedad son el eje del libro titulado Los ojos de Lía, en el cual se plantea una alternativa para abordar tan terrible problemática y explicarla a niños y jóvenes.

Con texto de Yuri Herrera e ilustraciones de Patricio Betteo, la editorial Sexto Piso pone en circulación este volumen con la finalidad de facilitar a los padres otra forma para hablar con sus hijos respecto de la violencia que prolifera en el país y cómo hacerle frente.

Sin embargo, el propósito de Yuri Herrera al escribir la historia, fue “tratar de abordar el tema de la violencia sin apelar a la misma.

Para mí fue muy fácil decir que sí aceptaba el proyecto de Sexto Piso pero, en realidad, resultó muy difícil escribir el texto, porque pensé que iba a ser sencillo contar algo a los niños sobre la violencia, dice en entrevista con La Jornada.

El proceso de escritura, reconoce el autor, fue de extrema dificultad no sólo por lo complejo del fenómeno, sino porque los niños son un público muy demandante, razón por la cual la narrativa debe ser clara, sin ser condescendiente, así como entretenida, sin caer en lo facilón.

Por este motivo, Yuri Herrera dio a leer el primer texto a sus sobrinos y a otros pequeños con la finalidad de corrobar que fuera de su interés y comprobar que los temas que abordaba eran los que ellos escuchaban, veían o les platicaban. Se puede decir que los chicos fueron mis editores, asevera.

En la trama, define el autor, el personaje central es Lía, una niña-adolescente, quien de manera aparente vive estable y tiene claras las cosas que le gustan y con las cuales disfruta.

Este personaje femenino, quien sujeta a diario su cabello con listones de colores y baila en todo momento, siente enorme placer por la comida, un gusto enorme por los olores y disfruta al observar las formas y los colores en su entorno.

“De pronto –explica el escritor– este mundo de tranquilidad comienza a ser perturbado por situaciones que suceden en otros ámbitos.”

Entonces, Lía, al percatarse de esos nuevos hechos y no hallar respuesta a sus cuestionamientos en la escuela, ni con sus compañeros ni con sus padres comienza a percibir la triste realidad de una sociedad que se muestra indolente.

Ante esas circunstancias, prosigue Yuri Herrera, Lía debe desarrollar herramientas emocionales. Y este crecimiento es sin duda el núcleo de la historia de una niña, quien es fuerte y sabia, pero no es dura.

Para el ilustrador Patricio Betteo, Los ojos de Lía significó la libertad de dibujar para complementar la historia de Herrera.

La trama es el recorrido de una niña por la adolescencia en paralelo a la violencia que aqueja al mundo. Por estas razones traté de ser sugestivo al generar imágenes que inviten al lector a curiosear aún más entre sus páginas.

Incluso, prosigue Betteo, en mis proyectos me gusta poner mi propia voz para generar productos ilustrados más ricos y completos.

Otro tema que emerge en la historia de Herrera es el del amor, el cual recrea entre la protagonista y Romero, un niño que le gusta mucho a la chica.

Al respecto, el autor dice que el amor no fue pensando en el texto como un paliativo contra la violencia, sino que podría ser una lente a través de la cual se ve de otra manera lo que vivimos o una especie de combustible para continuar pese a la fatalidad de los sucesos.

En el volumen destaca una frase que Lía dice a su madre –en un momento de asimilación de lo que sucede en la realidad y luego de escuchar las noticias en la televisión–: No es que no quiera ver, es que estoy fijándome en lo que veo.