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Cecilia Romero envía el texto a consejeros para que hagan sugerencias

Propone el PAN código de ética para evitar reproducir el partido de Estado

Plantea erradicar afiliación corporativa, clientelismo y compra de voluntades, entre otros temas

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Los dirigentes del Partido Acción Nacional, Felipe Bravo Mena, Gustavo Madero, Cecilia Romero y César Nava, al dar lectura a un comunicado al término de una reunión de consejo del Comité Ejecutivo Nacional, el pasado 9 de julioFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de julio de 2012, p. 9

Con la disputa por el PAN como telón de fondo, la cúpula partidista propuso un código de ética para evitar la tentación permanente de reproducir el modelo de partido de Estado y erradicar prácticas de las que se han quejado sus integrantes, como la afiliación corporativa, el clientelismo, la compra de voluntades, las descalificaciones estériles o la corrupción.

En medio de la pugna entre el dirigente Gustavo Madero y el presidente Felipe Calderón por definir quién conducirá al PAN, en el documento se recomienda preservar la autonomía del partido frente a las instituciones del gobierno, sin dejar de lado la coordinación. Para cumplirlo, señala que no deben confundirse las estructuras del gobierno con las del blanquiazul.

Tras perder la Presidencia de la República y colocarse como tercera fuerza política a partir del primero de diciembre, el Consejo Nacional panista presenta en un decálogo varias sugerencias para preservar la unidad partidista.

El borrador del código de ética para militantes del PAN, cuya copia tiene La Jornada, fue enviado por la secretaria general, Cecilia Romero, a los integrantes del Consejo Nacional para que hagan comentarios al presidente de la comisión de doctrina, Francisco Rodríguez Doval, antes de la sesión del 11 y 12 de agosto.

La meta, según la exposición de motivos, es que el estilo ético de hacer política sea rasgo distintivo de todo militante y dirigente panista. Este código no pretende ser un listado exhaustivo de conductas deseables, mucho menos es un catálogo de prohibiciones, sino que pretende ser una plataforma de partida.

El texto será complemento del reglamento de las relaciones entre el PAN y los funcionarios públicos de elección, vigente desde el primero de enero de 2001.

No satisfacer aspiraciones propias

Como primer punto, refiere que están obligados a servir a los demás, no a satisfacer aspiraciones propias, por legítimas que sean.

En cuanto a la afiliación –segundo aspecto, que ha suscitado inconformidades por las prácticas de inscripción masiva–, expone que este proceso debe hacerse de forma absolutamente libre. Cualquier intento de afiliación masiva y corporativa con el ánimo de controlar al partido y sus procesos internos debe ser rechazado por los panistas.

Las elecciones internas, punto tercero, son calificadas como parte de los procesos democráticos del PAN y se exige cuidarlos, evitando cualquier tipo de clientelismo que las afecte o corrompa.

También aconseja que en las campañas internas se procure un buen nivel de debate, evitando descalificaciones estériles y cualquier intento de compra de voluntades.

Camaradería castrense

Para cuidar la unidad interna, sostiene que son necesarias la “camaradería castrense, la cooperación mutua y el apoyo, entre otros aspectos. Considera que la crítica siempre es favorable, mientras se exprese por los canales institucionales y tenga como finalidad mejorar nuestra organización. También pide evitar el protagonismo y la promoción personal en actos institucionales, porque es un valor de humildad.

A los dirigentes les exige administrar los bienes a su cargo no solamente con absoluta honestidad, sino también con orden y buena organización. Mientras a los militantes les sugiere hacer su trabajo en el partido con eficacia y eficiencia, incluso con puntualidad.

La sexta recomendación consiste en conformar equipos con personas que tengan un compromiso total con la doctrina del partido, así como el perfil adecuado para el puesto en consideración. También debe considerarse a aquellas de una reputación intachable y que no estén vinculadas con ningún acto de corrupción.

Corrupción y falta de preparación

El séptimo lineamiento señala que todo militante del PAN debe estar familiarizado y aplicar la doctrina; además, establece que es contrario a la ética desempeñar un cargo público o partidario sin estar debidamente preparado para ello.

La denuncia fundada de actos de corrupción es un deber de todo militante y dirigente, expone, tras señalar que los recursos del partido deben utilizarse de manera transparente y eficiente, en beneficio del bien común y no del interés personal o de grupo.

El noveno apartado, de tres párrafos, se titula De la relación partido-gobierno, y señala: Las estructuras del gobierno no deben confundirse con las del partido, la tentación permanente de reproducir el modelo de partido de Estado debe ser rechazada institucionalmente. Además, plantea gobernar con guía doctrinal.

Por último, llama a abrir las puertas del partido a los mejores ciudadanos, ya que el PAN es un instrumento de la ciudadanía.