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El canto refleja la vida del intérprete, sus experiencias, expresa la mezzosoprano

En la música hallamos verdad y luz: Carla López Speziale

Hoy día existen muy buenos cantantes en el país, aunque no siempre hay oportunidades para todos, señaló en entrevista

Ofreció un recital en el Cenart para conmemorar el 150 aniversario del natalicio de Claude Debussy y los 75 años de la muerte de Maurice Ravel

Foto
Carla López en entrevista, previo a su presentación en el CenartFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de julio de 2012, p. 2

No hay espacio para la mentira en el canto, asevera la mezzosoprano Carla López Speziale: Si uno como cantante no es totalmente honesto y transparente en el momento de la interpretación, se nota de inmediato y lo que uno hace sirve para poco.

De acuerdo con la intérprete, quien la noche del jueves ofreció un recital en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) para conmemorar el 150 aniversario del natalicio de Claude Debussy y los 75 años de la muerte de Maurice Ravel, la música es un arte de luz y verdad.

En el centro de todo hay una luz y una verdad. A ambas las encontramos en la vida y en la música. ¿Cuál es la verdad, cuál la luz dentro de la música?, reflexiona.

Claro que mi verdad es diferente a la de los otros, pero lo importante es tratar de buscarla y de ser lo más congruente posible con lo que requiere la música. No ponerle de más, ni quitarle, simplemente darle lo que necesita.

En entrevista previa al recital, en el cual fue acompañada al piano por Józef Olechowski, Carla López Speziale sostiene que en el canto se refleja cómo es la vida de la persona que lo ejecuta.

Hablo del canto, porque no conozco otro instrumento tan a fondo como la voz. Si uno está en paz consigo mismo, puede cantar bien; no siempre es fácil estar en paz. El canto refleja la vida de la persona, y como tal es un espejo de las relaciones personales, las actividades, la experiencia en la vida.

Las anteriores precisiones de la mezzosoprano vienen a colación luego de que se le pregunta si encuentra o ha procurado un punto de conexión entre su actividad como cantante y su práctica del yoga.

Comencé a hacer yoga no con la intención de que podría ayudarme en el canto. Sin embargo, he descubierto que es una gran ayuda para estar en paz conmigo misma, para ayudarme a buscar mi verdad. Eso es importante también en la música, porque, finalmente, lo que uno busca es encontrar la verdad de ella, explica.

“Muchas veces tenemos una partitura y consideramos que debe sonar de determinada manera. Lo que uno debe preguntarse es si esa forma de interpretarla responde a una creencia personal o porque así lo pide el compositor.

Como decía María Callas: tenemos una partitura y no hay mejor cosa que seguir lo que tiene escrito. Es decir, no hay que ponerle de más ni de menos. Lo ideal siempre es dejar la simpleza de la música, simpleza en el sentido de transparencia.

Avecindada en Nueva York, la cantante se asume afortunada de poder actuar de manera frecuente en México. La ocasión más reciente lo hizo con la Compañía Nacional de Ópera, en diciembre pasado, con el Réquiem de Verdi.

Antes, tuvo una pequeña participación en el montaje Cavalleria Rusticana, aunque su pasado papel estelar con esa agrupación fue en 2007, en el El barbero de Sevilla.

Gracias a Dios existen ahora muchos y muy buenos cantantes en México. Desafortunadamente no siempre hay oportunidades para todos. ¡Qué bueno que se dé oportunidad a los jóvenes, pero ojalá que no nos olviden a los que llevamos ya algo de camino!

Para una mezzosoprano, hacer carrera en México y el resto del mundo es tan complejo y fácil como para cualquiera de las otras tesituras, indica. Depende mucho de la calidad de cada quien, así como de las oportunidades que se presenten.

A su decir, el de las mezzos es un caso muy curioso, pues siempre les corresponde interpretar los papeles de las malas, las viejitas, las brujas o las sexys de las historias que representan.

Carla López Speziale se expresa en contra del encasillamiento a determinados repertorios del que son sujetos los cantantes, y considera que eso opera de forma negativa en su desarrollo profesional.

Inquirida al respecto, define que su carrera se encuentra en muy buen momento: “Vocalmente, creo que estoy en una época bastante buena. Aunque no sé si me corresponda decirlo, siento que todos estos años en el escenario, de seguir estudiando, preparándome vocal, musical y actoralmente, están rindiendo fruto.

Pero lo mejor de todo es que se me ha dado la oportunidad de compartirlo sobre el escenario. Ojalá que pueda seguir haciéndolo aquí en México.

Sobre cómo ha cambiado la ópera en tiempos recientes, la intérprete destaca la importancia que se ha dado a los aspectos actoral y visual dentro de la misma, sobre todo a partir de que se le difunde por televisión, video y hasta cine.

Ya no es creíble que una cantante gordita sea la heroína de la que todo mundo está enamorado y que la mala sea más atractiva. Las exigencias se han ampliado mucho a lo visual. Incluso hay compañías en Estados Unidos y Europa que estipulan en el contrato que uno no debe pasar de determinado peso, destaca.

Eso es comprensible. Finalmente, lo que están vendiendo es la imagen. Lo que no puede aceptarse es que eso se privilegie por encima de lo sonoro. Muchos directores nos exigen a los cantantes cuestiones que no van de acuerdo con la música. Y si algo hay que tener presente en la ópera es que la música es lo primero, después viene todo lo demás.