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El programa 100 y 30: de Palacio a Museo celebra el centenario del recinto de Tacuba 8

Tres artistas dialogan con el acervo del Munal para atraer a los jóvenes

Demián Flores abrió el ciclo con De/construcción de una nación, que estará hasta septiembre

 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de junio de 2012, p. 8

El programa 100 y 30: de Palacio a Museo celebra el centenario de la inauguración del edificio que hoy día alberga al Museo Nacional de Arte (Munal), así como el trigésimo aniversario del inmueble con misión museística a partir del 23 de julio de 1982.

Encabeza el par de festejos un trío de artistas contemporáneos para dialogar con el acervo y un cuarto que lo haga con el edificio, expresa Lluvia Sepúlveda, subdirectora de curaduría del recinto de Tacuba 8, Centro Histórico.

Se trata de incluir a la comunidad artística dentro del museo y dar un mensaje a los jóvenes de una manera nueva de ver las piezas que están en nuestro acervo permanente.

El artista Demián Flores (Juchitán, 1971) abrió el ciclo con De/construcción de una nación, una intervención que interactúa con el acervo de pintura del siglo XIX de la Colección Munal, que se encuentra en las salas 20 y 21. Al entender las líneas del trabajo de Flores, se consideró que éstas eran los sitios idóneos, ya que abordo temas que compaginaban muy bien, como la idea de la construcción de identidad, el uso del artificio, de la creación de la historia, toda esta visión no sólo de vencidos, sino del vencedor, de la memoria y del territorio, temas recurrentes de los que me he ocupado.

Había dos opciones para intervenir las salas: Hacer una visión pictórica sobre la misma pintura del siglo XIX, pero consideré que era más pertinente hacer algo que justo estuviera fuera, como estos espacios bidimensionales y, sobre todo, porque mucha parte de la iconografía que llenan los cuadros del siglo XIX, en específico esta serie que comprende pinturas de Félix Parra, entre otros, son pinturas muy metidas en una construcción, no sólo de los personajes que están dentro de la narrativa de la pintura, sino también de la arquitectura y de los propios elementos que componen esa narrativa, y que justo esto tiene que ver mucho con escultura y espacios.

Entonces, me interesaba analizar cómo esas pinturas, esa arquitectura y esos objetos rituales, eran también vistos desde ese planteamiento totalmente académico, occidental, y cómo muchas de estas fisonomías, tanto de los personajes como de las mismas estructuras, no correspondían a lo que eran en el siglo XVI durante la Conquista, entonces, se convertía justo en un artificio y una forma de darnos una lectura de un suceso, que concernía una parte de la historia, pero que a su vez tenía mucho de artificio y falsedad.

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Flores buscó plantear un paralelo con las pinturas mediante réplicas de piezas arqueológicas vendidas como artesaníasFoto cortesía del Munal

Fue así como Flores buscó plantear un paralelo con las pinturas mediante réplicas de piezas arqueológicas vendidas como artesanías, pero que tocaran los puntos arriba mencionados, a su vez una visión de lo prehispánico, ya que están sometidas a una especie de simulación, porque los que las hacen pretenden que son viejas. Cuando uno las observa bien se da cuenta que no corresponden a nada, sino que son fragmentos de culturas diversas.

A esas piezas contextualizadas, el entrevistado les hizo añadidos que tuvieron, a la manera de los pintores del siglo XIX, pequeños fragmentos de toda la historia, pero aglutinados de tal modo que el espectador no viera la división entre el pasado y el presente.

Aparte de las 10 piezas intervenidas, Flores trabajó con la gran escultura de Cristóbal Colón colocada en el centro de la Sala 20, para el que creó un video que se proyecta en la esfera que señala con una mano. Apokalitzin crea un micromundo, donde hay una relación con la pintura del siglo XIX, por tanto, el color: “El video está hecho con color luz, rojo, verde y azul, y hay una relación de diálogo entre la idea de la luminosidad en las pinturas del siglo XIX y esta descomposición que hago del color, que da el propio video en la segmentación de los tres colores.

En cada segmentación planteé escenas que hablan sobre esta idea de la América. El azul corresponde prácticamente a la llegada de los españoles en un espacio idílico con la naturaleza y el mar; el verde tiene que ver con la explotación de la naturaleza, mientras el rojo con la violencia, lo que ha pasado en América.

Debido al éxito, De/construcción de una nación extiende su exhibición hasta finales de septiembre.