Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 24 de junio de 2012 Num: 903

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora bifronte
Jair Cortés

Dos poemas
Yorguís Pavlópoulos

Leer y escribir:
nuevas tecnologías

Sergio Gómez Montero

Apuntes sobre la grafofobia
Rocío García Rey

La palabra escrita:
usos, abusos y nuevas tecnologías

Xabier F. Coronado

¿Escribir?
Rodolfo Alonso

Prisas y tardanzas
del poder

Vilma Fuentes

De la palabra escrita a
la palabra asalariada

Fabrizio Andreella

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Galería
Enrique Héctor González

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Jurada

Ahí donde está usted, señor, ahí lo tenía, enfrente de mí. Y me miraba de frente. Puso la pistola en el escritorio y volvió a alzar la mirada. No fue por la espalda, me dijo. Y se la tenía jurada. Se lo había advertido.  La próxima vez que te vea, le dije. Y se la cumplí. Él ya lo sabía. Fui por él para decírselo. Lo hallé en el mercado, muchos me oyeron, todos me oyeron que se lo dije. La próxima vez, se lo repetí. Quesque ella lo provocaba, quién se lo iba a creer. Era él, que no sabía respetar. La rondaba, la esperaba hasta que salía, la seguía. No seas esquiva, pérate, párate, déjame hablarte, le decía. Y no era la única, usted lo sabe. Pero yo fui a buscarlo y se lo dije. Ahí se la dejo, me dijo y se dio media vuelta, señor. Él y yo solos. Lo vi salir. Luego otro día me fajé la pistola y fui por él. Lo busqué en su casa. Que no te vea, le dije, vete del pueblo. La otra vez que te vea, le dije, señor. Y cómo no, si fue mi hijo al que me mató.