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Carlos Gutiérrez Angulo exhibe obra reciente en el Museo de Historia de Tlalpan

Pintor hace un guiño a los albores del arte primigenio; utiliza cenizas de madera al temple
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de junio de 2012, p. 4

Fiel a la utilización de cenizas de madera como materia esencial para dibujar, el pintor Carlos Gutiérrez Angulo (Huixquilucan, 1955) presenta la muestra Ritual cero, que reúne unos 70 cuadros y 80 dibujos de su producción reciente, en el Museo de Historia de Tlalpan.

Después de ocho años de trabajar con las cenizas al temple, ya forjó una técnica. La serie, de hecho, corresponde a su producción del tercer año como becario del Sistema Nacional de Creadores.

Gutiérrez Angulo fue muy amigo del músico Jorge Reyes (1952-2009), cuyos conciertos pintaba; éste le decía: gato, tú y yo somos una buena parte de los nuevos primitivos, comentario con que el pintor se siente plenamente identificado. De allí el título de la exposición: Ritual cero.

El artista lleva varios años con este primitivismo: “Esto lo empecé a trabajar un poco al quitar elementos. El reto era reducir al mínimo el trabajo. Quité el color y me fui a las cenizas; incluso, buena parte de los cuadros son abstractos, entonces, quito hasta la forma en algunos. Con la figuración voy y vengo, regreso y no me puedo desprender de ella.

Por allí va más o menos una revisión al origen, un guiño a los primeros esbozos del arte primigenio y un poco también quitar tanto elemento que finalmente resulta caótico. Con los medios ensimismados se pierde cuál es la idea, qué es lo que quieres decir.

Trabajar con recursos mínimos conlleva, por supuesto, una carga conceptual. Es la poética, incluso del mismo material, de proponer un trabajo estético a partir de algo muerto, como son las cenizas. Desde allí uno voltea evidentemente al origen de todo esto.

El artista aclara que no se basa en ningún manifiesto, pero sí tengo completamente seguro hacia dónde voy, y que en este momento hace falta regresar un poquito a los inicios, que es donde está todo, de donde todo el mundo ha abrevado.

La parte intuitiva, esencial

Respecto de su manera de trabajar, Gutiérrez Angulo manifiesta: “De entrada, soy muy gestual, muy expresionista. Aquí la técnica de las cenizas al temple me lleva todavía más rápido, porque el aglutinante comienza a cuajar, a ser denso y ya no corre la brocha. Entonces, tengo que aplicar de una manera veloz, rapidísima, goteados, chorreados, y ya después organizo toda esa masa.

“Actualmente estoy llegando a las cenizas de una manera muy pura, pero sólo tengo ocho años de incorporarlas. Antes tuve un trabajo de un lustro en el que utilizaba cenizas en mis acrílicos y óleos, pero no de una manera contundente.

“Desde siempre he sido un tipo de primera intención en mi trabajo. Me dejo llevar mucho por el material, por lo que proporciona el accidente. La parte intuitiva es fundamental; no contar con un boceto previo es de lo más importante, pues emerge el subconsciente, porque finalmente las cosas que lleva uno guardadas en la memoria van a salir en el proceso involuntariamente.

Por eso tampoco tomo apuntes, no hago bocetos, pero sí cuando camino por las calles veo las texturas, el trazo de las glorietas, la arquitectura, los colores. Todo esto, cuando uno produce, involuntariamente emerge en el trabajo.

Utilizar las cenizas coincide con el regreso del artista a su lugar de nacimiento en el estado de México, después de vivir buen número de años en la colonia San Pedro de la Pinos, en el DF, donde su temática era otra: “Allá camino por el bosque, ando en la montañita, en el río, y todo eso influye en mi producción, aunque no quieras.

Soy un convencido de que la producción involuntariamente obedece al entorno en el que uno se mueve y crea. Al principio quizá lo que ya trae uno impide que se manifieste en el entorno, pero tarde que temprano emerge. Gradualmente voy a ir al óleo e incorporaré las cenizas, pero de una manera más contundente, casi como el temple, pero ahora con cenizas al óleo.

La exposición en el recinto de Plaza de la Constitución 10, centro de Tlalpan, concluirá el viernes 29 de junio.