Miles de egipcios se manifestaron ayer en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, y en varias ciudades de la nación árabe para abuchear a los militares en el poder y criticar los veredictos emitidos durante el juicio del derrocado presidente Hosni Mubarak. Los manifestantes gritaron Abajo el poder militar, que asumió la dirección del país tras la caída del mandatario en febrero de 2011.

Mubarak y su ministro del Interior, Habib Adli, fueron condenados a cadena perpetua por la muerte de al menos 850 manifestantes el año pasado. Seis ex altos cargos del Ministerio del Interior, que fueron juzgados por los mismos motivos resultaron absueltos.

Cadena perpetua para el pueblo, y absolución para Mubarak, ironizaba un manifestante en una pancarta, refiriéndose al recurso en apelación que la defensa del ex presidente se dispone a interponer contra el veredicto. También hubo muestras de rechazo en Alejandría y en el canal de Suez.

Mohammed Mursi, el candidato islamita a la presidencia de Egipto, estimó que el veredicto es una farsa por lo que pidió un nuevo proceso con las pruebas necesarias para un castigo justo, según escribió en su cuenta de Twitter. El otro aspirante a dirigir el país, Ahmad Shafiq, quien fue el último primer ministro en el gobierno de Mubarak, afirmó que las decisiones de la justicia deben ser aceptadas incluyendo el sobreseimiento de los seis altos responsables de seguridad.

Tras el veredicto, Mubarak fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos de la cárcel de Tora, a las afueras de El Cairo. Momentos antes, se rehusó a bajar del helicóptero que lo llevó a ese centro de reclusión en medio del llanto, informó un responsable de los servicios de seguridad.