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Reporta el INAH nuevo acontecimiento astronómico en la zona arqueológica maya

El paso cenital del Sol en Chichén Itzá es el 23 de mayo y 19 de julio, no en los equinoccios: expertos
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 6

Luego de una serie de observaciones en el Templo de Kukulkán o El Castillo en la zona arqueológica de Chichén Itzá, especialistas han develado que el paso cenital del Sol se presenta en este sitio maya los días 23 de mayo y 19 de julio y no durante los equinoccios.

Así lo sostiene el arqueólogo Arturo Montero, quien verificó que la máxima energía del Sol corresponde al paso de éste por el cenit y no durante los equinoccios, lo cual ignoran miles de personas que acuden a los sitios prehispánicos, como Chichén Itzá, donde el pasado 21 de marzo llegaron alrededor de 30 mil visitantes.

Montero, quien colabora en el proyecto arqueológico Chichén Itzá del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad Autónoma de Yucatán, constató que en El Castillo este hecho astronómico se presenta al amanecer, en el eje de su esquina noreste y en la escalinata noroeste al ocaso, los días 23 de mayo y 19 de julio.

El paso cenital del Sol, el cual se verificó este miércoles a las 6:18 horas, es un fenómeno natural que ocurre cuando la posición del astro es completamente vertical, ocupando el lugar más alto en el cielo.

Esto sucede únicamente dos días al año y en el caso de Chichén Itzá hemos fijado ambas fechas, explicó Montero García, quien realizó el registro de este fenómeno en la pirámide maya.

El investigador del INAH confirmó que en El Castillo, en el eje de su esquina noreste (orientado a 67° 51’) y en la escalinata noroeste (orientado a 292° 18’), justo los días citados, no se proyecta sombra lateral alguna durante el mediodía.

Además, el arqueólogo determinó que existe una orientación astronómica con el cenote Holtún, lo cual refuerza la idea planteada por el investigador Guillermo de Anda, de que dicho depósito natural, junto con el Cenote Sagrado y otros dos más, forma parte de una especie de cosmograma alrededor de la antigua ciudad maya.

“El evento astronómico sólo es perceptible en las regiones situadas al sur del Trópico de Cáncer y al norte del Trópico de Capricornio; más al sur y más al norte, el Sol nunca llega al cenit. La fecha difiere según la latitud, lo cual obedece a la inclinación de la Tierra, y así pues, el Sol ilumina ‘a plomo’ distintas zonas del planeta en diferentes fechas.”

Estudios anteriores sobre El Castillo, en Chichén Itzá, han demostrado la importancia que tuvo éste para determinar fenómenos astronómicos y, por tanto, calibrar el año solar, conocimientos que se traducían principalmente en el establecimiento del calendario de siembra y cosecha, sustento de las civilizaciones mesoamericanas, entre ellas, la maya.