Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 20 de mayo de 2012 Num: 898

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Huir del futuro
Vilma Fuentes

Palabras para recordar a Guillermo Fernández
Marco Antonio Campos

Nostalgia por el entusiasmo
José María Espinasa

Cali, la salsa y
otros placeres

Fabrizio Lorusso

John Cheever: un neoyorquino de todas partes
Leandro Arellano

Reunión
John Cheever

Carlos Fuentes en la
última batalla

Antonio Valle

Carlos Fuentes,
los libros y la fortuna

Luis Tovar

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Jorge Moch
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Allí Babas y sus cuarenta mil bots

Postulado como el candidato de las anomias a raíz de su desastrada presentación ante el estudiantado de la Universidad Iberoamericana, Enrique Peña Nieto, arropado por las televisoras y sus alecuijes (los consorcios que soportan la inconmensurable cornucopia particular de personajes de otro modo insignificantes como Azcárraga o Salinas: gremios cupulares de millonarios, banqueros y un selecto grupo de empresarios e industriales beneficiarios de las políticas de ajuste de gasto social gubernamental, privatización y desregulación promovidas por el neoliberalismo) acude no a la verdad, sino a sus equipos de control de daño de… (porque no es más que eso) imagen. Inmediatamente después de cada despeñado acto en que no siendo previamente acordado el contenido o controlada rigurosamente la composición de sus participantes, y ante el torrente de testimonios, fotografías y videos que circulan por todos lados evidenciando sus pifias, las torpezas de su equipo, pero sobre todo su miedo a las confrontaciones directas y a tener que dar la cara, los ahora llamados “ectivistas” del pri disparan videos editados, fotos trucadas y una pléyade de declaraciones y presuntos “reportajes” con los que la corte pretende lavarle el rostro a la careta del ungido priísta-pvemista que no representa más que el endurecimiento del continuismo de derechas que tiene al país en el ombligo del colapso. Sin embargo, como pudimos ver hace unas semanas, ni con un ejército de operadores de bots, esos novedosos mapaches electoreros –según la muy virtual Wikipedia un bot es un programa informático que imita el comportamiento humano– que pretenden construirle a epn un entorno virtual amable que sustituya su cotidiana, amarga realidad, logra convencer. Cada embate de sus bots ha terminado hasta ahora en batalla perdida ante la avalancha de réplicas en contrario que, basta echar una mirada a los canales informáticos donde se da esta guerra (como twitter) son emitidas por gente de verdad, con comentarios reales y sobre todo un muy real enojo que Peña y sus huestes parecen no poder o no querer interpretar como simple pero irremontable descontento popular ante lo que el fotogénico ahijado de las televisoras representa. Botón de muestra regional son los bots priístas que operan las candidaturas a diputados en los estados, como en Veracruz, donde Reynaldo Escobar, funesto exprocurador, exalcalde, exsecretario de gobierno, es adulado por cientos de presuntos simpatizantes que dicen exactamente lo mismo en sus mensajes (repiten la misma frase) y son, invariablemente, nombres de mujeres con fotos de jovencitas atractivas. Además de burdamente ilegítimos, sexistas. La esencia del priísmo, pues.

Diez, veinte, cuarenta o cien mil; un millón de bots no representarían la misma cantidad de seres humanos, de votos reales y sí, en cambio, quizá la multiplicación por ese número de operadores clandestinos de votos falsos, prefabricados en la maquinaria del fraude electoral en que el priísmo es tan ducho y cuyas oscuras enseñanzas parece haber heredado el panismo desde la campaña sucia de 2005-2006; una maquinaria de fraude –o por lo menos hasta ahora, en estas pocas semanas de campaña, de distorsión de la intención del electorado, de burda manipulación de la opinión pública, de tardos y reiterados intentos de arrebatarle a la voluntad popular precisamente el albedrío, como demuestran cínica y rústicamente los bots peñanietistas– echada a andar hace rato ya, desde que se empezó a perfilar el posicionamiento del entonces gobernador del estado de México tal que marca de champú o de comida chatarra, en lugar del surgimiento natural del presidente carismático y sensible que este pobre país pide a gritos desde hace demasiadas décadas de absurdas administraciones gerenciales regenteadas por los padrotes del corporativismo brutal.

Y mientras la parafernalia electorera nos deslumbra con su colorido –y perverso– pintoresquismo, el régimen de Calderón, su estulticia, su pobreza de ideas, sus torpezas violentas, gozan de un descanso de la presión de la prensa y la opinión públicas, y se sigue matando gente por centenas, se sigue agrediendo, desapareciendo, asesinando impunemente a periodistas y activistas sociales, el costo de la vida sigue su alocada carrera alcista, las garantías individuales siguen perdiendo terreno frente al acecho del autoritarismo y la convivencia pública en México adquiere cada día, cada semana, cada vez más los tintes de la ley de la selva pero en versión más cruel.