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Los ministros de Hollande, mezcla de generaciones, experiencia y diversidad étnica

Ayrault presenta el nuevo gabinete francés; sólo uno no es socialista

Problemas porque la secretaria del PS quería ser primera ministra y no aceptó otro cargo

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Jean-Marc Ayrault, primer ministro de Francia, dio a conocer ayer a los ministros que conformarán el gobierno del presidente socialista Francois Hollande. A la derecha: Marisol Touraine, titular de Asuntos Sociales y Salud; Laurent Fabius, de Relaciones Exteriores, y Christiane Taubira, de JusticiaFoto Reuters
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Jueves 17 de mayo de 2012, p. 27

Burdeos, 16 de mayo. Los franceses van a tener que familiarizarse con el nuevo primer ministro Jean-Marc Ayrault y sus 34 ministras y ministros que van a conducir los asuntos del país en los próximos meses.

Ex profesor de alemán, hijo de obrero, Jean-Marc Ayrault era, hasta su nombramiento como primer ministro, alcalde de Nantes, ciudad del oeste de Francia, y diputado de Loire-Atlantique. Ese hombre de consenso era el jefe de la bancada socialista en la Asamblea Nacional desde 1997 y será el jefe de la mayoría presidencial.

La mayor parte de los ministros tienen larga trayectoria política en las filas del Senado o de la Asamblea Nacional, o en instancias locales de las regiones francesas. Todos son socialistas, menos la ecologista Cécile Duflot (ministerio de la Igualdad de los Territorios y Vivienda) y dos radical socialistas, Christiane Taubira y Silvia Pinel. Muchos acompañaron a Francois Hollande en su campaña electoral. Algunos son muy conocidos, como Marylise Lebranchu (ministerio de la Reforma del Estado, de la Descentralización y de la Función Pública) que fue ministra de Lionel Jospin, o Laurent Fabius, nuevo ministro de Asuntos Exteriores, que fue primer ministro de Francois Mitterrand, en 1983, cuando se aplicó la política de rigor que provocó la salida de los ministros comunistas del gobierno. Su nombramiento puede sorprender cuando se sabe que rechazó el tratado europeo de 2005, que fue derrotado en las urnas (por casi 55 por ciento de los votantes) cuando su partido llamaba a votar a favor. Quizá se pueda ver la señal de una inflexión de la postura oficial en cuanto al futuro de Europa.

A las diez de la mañana del miércoles, en el Hotel Matignon, Francois Fillon, primer ministro de Nicolas Sarkozy durante cinco años, recibió a Jean-Marc Ayrault, recién nombrado al mismo cargo por el presidente Hollande. La transmisión se hizo con menos formalidad que la de la presidencia. En seguida, el nuevo primer ministro trató de finalizar la lista de los integrantes de su gabinete, en parte acordada con el presidente. Se suponía que casi todo estaba cuadrado y que el anuncio se haría a las cuatro de la tarde. Pero la decisión de Martine Aubry, actual secretaria del Partido Socialista (PS), de no aceptar ningún cargo que no fuera el de primer ministro provocó un pequeño caos y cambios de última hora. No obstante, Martine Aubry afirmó que haría la campaña de las legislativas y que sería más útil encabezando el PS. Ayrault, quien trabajó gran parte de la tarde con el presidente, tuvo en cuenta el compromiso de estricta paridad del nuevo gobierno y de respetar cierta equidad en cuanto a las regiones. Eran las siete y media de la noche cuando se anunciaron los nombres de los ministros.

Se trata de 18 grandes ministerios y 16 delegados. Para algunos no hubo mucha sorpresa en los nombramientos: Manuel Valls, en el Interior; Aurélie Filipetti, en Cultura y Comunicación; Stéphane Le Foll, en Agricultura; Jean-Yves Le Drian, en Defensa, y Vincent Peillon, en Educación Nacional, prioridad de Hollande.

Otros son nuevos como el de los Derechos de la Mujer que dirigirá la joven Najat Vallaud-Belkacem, o el de Recuperación Productiva que se entregó a Arnaud Montebourg, del ala izquierda del PS, que tendrá el reto de luchar contra el desierto industrial y reinventar nuevas formas de industrialización. Inevitablemente trabajará con el número dos del gobierno, ministro de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, quien antes de ser jefe de la campaña de Hollande, apoyó la candidatura de Dominique Strauss-Kahn, representante del ala más liberal del PS. El mismo Pierre Moscovici tendrá que contar también con Michel Sapin, muy cercano a Hollande, y su importantísimo Ministerio del Trabajo, Empleo y Diálogo social. Se espera a Christiane Taubira, una mujer fuerte, en el ministerio de Justicia, sector damnificado del sarkozysmo, y sus posibles enfrentamientos con el ministro del Interior.

En suma, ese primer gobierno que va acompañar a Hollande en las reformas prometidas, pero, primero, en la campaña de las elecciones legislativas de junio, no es un gobierno cualquiera. Mezcla las generaciones, las experiencias, la diversidad étnica, las competencias. No elude el debate ni las divergencias. Es como un juego de construcción donde cada pieza tiene su papel propio, pero también es parte de un todo y depende de las demás piezas.

El primer Consejo de Ministros se reúne este jueves a las tres de la tarde. Según Jean-Marc Ayrault, el primer texto que se propondrá contempla la reducción de 30 por ciento de la remuneración de los ministros y del presidente de la república. Terminado el consejo, Hollande volará a Estados Unidos, acompañado por varios ministros, donde se reunirá con Hillary Clinton y, luego, con el presidente Barack Obama, antes de participar en el G-8 en Campo David. El 20 y el 21, viajará a Chicago para asistir a la Cumbre de la OTAN donde se espera que anuncie el retiro inmediato de las tropas francesas de Afganistán.