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Cristina Cifuentes, quien ordenó reprimir, califica de impecable la actuación policial

Nueve de los detenidos en la Puerta del Sol no eran indignados; fueron golpeados y vejados

Se dispersan los manifestantes ante la llegada de agentes de la policía esta madrugada

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Asamblea de indignados ayer en la madrileña Puerta del SolFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 15 de mayo de 2012, p. 29

Madrid, 14 de mayo. Nueve de los 19 detenidos en los violentos desalojos de las dos últimas madrugadas en la Puerta del Sol ni siquiera estaban participando en las jornadas de protesta ni eran indignados. Pasaban por ahí luego de tomar unas copas con los amigos o de dar una vuelta por la ciudad, cuando se toparon con los agentes antidisturbios.

Los policías los golpearon, los esposaron, los trasladaron a comisaría con grilletes y los mantuvieron incomunicados durante varias horas de la noche. Sus cuerpos todavía tienen las huellas de la represión policial: moretones en brazos, piernas y manos, y, sobre todo, una sensación de rabia e impunidad por el atropello.

En el tercer día de actividades con motivo del primer aniversario del surgimiento del movimiento del 15 de mayo (15M), se realizaron diversas asambleas, pero con la mirada puesta en la situación de los 19 detenidos por el gobierno del conservador Mariano Rajoy, quien había advertido al movimiento que actuaría con contundencia ante cualquier intento de montar campamentos en la Puerta del Sol.

Alrededor de las seis de la mañana de este lunes, la policía española volvió a desalojar de la plaza a jóvenes, adultos y ancianos que se mantenían ahí en protesta por la situación de los detenidos y las agresiones sufridas. El saldo fue una nueva detención por un supuesto delito de resistencia a la autoridad, con lo que sumaron 19 detenidos en menos de 48 horas.

Nueve de los 19 detenidos ya están fuera de la comisaría de Moratalaz y confirmaron a su salida que fueron agredidos, vejados y encarcelados por los agentes cuando pasaban por la Puerta del Sol para ir a sus respectivas casas y que ni siquiera habían participado en las marchas ni en las asambleas. Sus cuerpos tenían las huellas de las vejaciones, por eso también expresaron su indignación por la actuación de los funcionarios españoles, que no registraron en el parte médico que les practicaron en el centro policial los golpes y los rastros de las agresiones. Así lo explicó Laura Díaz, una de las liberadas, de 26 años y periodista, quien volvía a su casa después de ir a unos bares con amigos: Volvía a mi casa e intenté bajar por la Puerta del Sol, pero estaba acordonada. Le pregunté al agente ¿y ahora qué hago? y me mandó a otra calle, que también estaba cercada. Pregunté de nuevo, un policía se enfadó y me inmovilizó.

El momento de la detención de Laura Díaz fue captado por varias cámaras (se puede ver en: www.youtube.com/) y queda probada la agresión policial y el trato vejatorio, pues la dejaron mirando a la pared durante diez minutos después de propinarle patadas y puñetazos. Llegó un punto que me desconecté, me hacía tanto daño y era tan injustificado... Sólo le pedía que dejara de lastimarme, yo no estaba oponiendo ningún tipo de resistencia, narró a su salida de la comisaría. Díaz ahora quiere que se avale un nuevo parte médico, el real, para iniciar acciones legales contra la policía, consciente de que es difícil lograr una resolución a favor, una vez que la ley española otorga a cualquier agente de las fuerzas y los cuerpos de seguridad del Estado la presunción de veracidad frente a lo dicho por un ciudadano común y corriente.

El testimonio de la periodista agredida coincidió con otros detenidos y otros periodistas, como el premio Pulitzer de fotografía Javier Bauluz, quien además narró que durante su reclusión en la comisaría cada dos horas nos despertaban. A una chica le han dado un guantazo y le han partido el labio. Yo no le he pegado a nadie, no he increpado a ningún policía, tampoco desobedecí. Es muy triste todo. Por reiterativo que parezca es indignante.

El líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, criticó la actuación del gobierno y calificó de innecesarios los desalojos. “Que a las cuatro y media de la mañana hubiera 50 o 100 personas sentadas en la plaza del pueblo –porque la Puerta del Sol es una plaza del pueblo– hablando de política, debería ser bien visto por el gobierno, no cometían ningún tipo de actividad delictiva. Así que bienvenido sea el movimiento y esperamos que continúe en esa línea de pacifismo permanente, que se ha manifestado con nitidez meridiana, aunque a algunos les hubiera gustado que tuviera tintes violentos. La ciudadanía ya está convencida de que para salvar la democracia de la codicia de los mercados el mejor camino es el de la movilización social”.

Mientras, la delegada del gobierno en Madrid y la responsable de dar la orden de reprimir a los ciudadanos, Cristina Cifuentes, acusó al movimiento de tener una organización, una infraestructura e, incluso, un soporte económico, sin aportar ningún tipo de pruebas. Además, defendió la actuación policial e incluso la tildó de impecable. Una opinión que está en las antípodas del consejero de Interior catalán, Felip Puig, quien hace un año ordenó una brutal represión contra el movimiento y que hoy aseguró que ha tenido una actuación cívica ejemplar.

A pesar de las agresiones policiales, el movimiento del 15M continúa con sus asambleas y sus iniciativas políticas, como la que intentaron llevar a cabo un grupo representativo del movimiento, que acudió al Congreso de los Diputados a entregar una petición formal para mejorar la democracia en España. Pedían, entre otras cosas, la consulta popular cuando se lleven a cabo acciones y medidas de calado que puedan significar un cambio de modelo o una merma importante en la forma de vida de la sociedad. En particular se referían a los durísimos recortes a los servicios públicos aplicados por el gobierno y a su plan para rescatar las entidades financieras, que podría suponer más de 15 mil millones de euros en el corto plazo.

Además, los indignados también acudieron a una de las sedes de Bankia, antes Caja Madrid y el banco en vías de rescate del Estado, para exigir la dación en pago y alquileres sociales, y así dejar patente su malestar por los miles de desahucios que llevan a cabo los bancos.

Al cierre de esta edición se informó que hacia las 4:25 horas de este martes los indignados que quedaban en la Puerta del Sol se dispersaron tras la llegada de la policía.