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El ex comisario Claudio Guerra publica libro sobre las atrocidades de la dictadura castrense

Ex agente brasileño relata cómo cuerpos de izquierdistas fueron incinerados en una fábrica

Los militares usaron el horno de una refinería de azúcar propiedad del vicegobernador de Río de Janeiro

 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de mayo de 2012, p. 30

Brasilia, 3 de mayo. Un ex agente de la dictadura brasileña (1964-1985) lanzará un libro de memorias con revelaciones sobre la represión contra la izquierda y que relata cómo los cuerpos de militantes fueron incinerados en una fábrica de Río de Janeiro, informó la editora Topbooks.

El libro Memorias de una guerra sucia, que será lanzado en los próximos días, surge del testimonio del ex comisario Claudio Guerra, del conocido órgano de represión de la dictadura DOPS, a los periodistas Rogério Medeiros y Marcelo Netto.

En determinado momento de la guerra contra los adversarios del régimen pasamos a discutir qué hacer con los cuerpos de los eliminados. Estábamos al final de 1973, explica el ex agente en el libro, del que el sitio informativo IG divulga algunos fragmentos.

La decisión fue utilizar el horno de una refinería de azúcar, propiedad del vicegobernador de Río de Janeiro en la época, donde habrían sido incinerados los cuerpos, entre otros, de la pareja Ana Rosa Kucinski y Wilson Silva, y los dirigentes del Partido Comunista Luiz Ignácio Maranhao Filho y Joao Massena Mello.

Este hombre dice barbaridades que han dejado traumatizadas a las familias de los desaparecidos. El Estado brasileño tiene que intervenir, llamarlo a declarar y esclarecer si es verdad, dijo a Afp la presidenta de la organización no gubernamental de familiares de muertos y desaparecidos Tortura Nunca Mais, Vitoria Grabois, quien se declaró perpleja ante los relatos de este ex agente desconocido hasta la fecha.

El nombre de Claudio Guerra no consta en ninguna lista de agentes torturadores recopiladas por las organizaciones de izquierda, porque en realidad nunca torturó a nadie: su misión era matar, revela la editora.

El libro relata otros detalles aparentemente desconocidos del periodo, y da otra versión sobre el fallecimiento del represor Sergio Paranhos Fleury, que según la información oficial cayó de una barca y que según este ex comisario de 71 años murió por decisión de los militares, que consideraban que no obedecía.

El narrador es descrito como un peligroso agente de la pasada dictadura militar involucrado en decenas de asesinatos y que, según O Globo, cumplió condena por un ataque con bomba en 1982 contra un capo del juego ilegal, y responde a juicio por el presunto asesinato de su esposa y su cuñada en 1980, con 19 tiros una y 11 la otra.

En la cárcel, el ex represor se habría arrepentido y se hizo pastor de una iglesia evangélica.

El libro surge cuando la presidenta Dilma Rousseff, ex guerrillera presa y torturada durante la dictadura, está a punto de crear una Comisión de la Verdad para investigar las violaciones a los derechos humanos durante ese periodo.

Brasil reconoce oficialmente 400 muertos y desaparecidos durante el régimen militar, contra 30 mil de Argentina y más de 3 mil 200 en Chile.