Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de abril de 2012 Num: 892

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Alfredo Larrauri, arquitecto
Guillermo García Oropeza

Bárbara Jacobs entre libros
Juan Domingo Argüelles

Clase 1952
Leandro Arellano

Dos poetas

Julián, por Herbert,
a solicitud expresa

Ricardo Yáñez entrevista con Julián Herbert

Dickens y la esperanza
Ricardo Guzmán Wolffer

Para volver a dante
José María Espinasa

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Germaine Gómez Haro

Dr. Atl: paisajista monumental (II Y ÚLTIMA)

La magna exposición Dr. Atl. Obras maestras que se exhibe hasta el mes de abril en el Museo Colección Blaisten en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, es el resultado de una ardua labor de investigación del coleccionista y curador Andrés Blaisten, que vale la pena destacar, pues se trata de un trabajo pionero sobre este excelso pintor, quien, hasta ahora, no ha sido cabalmente reconocido como se merece. En respuesta a mi pregunta de por qué su interés en Dr. Atl, entre todos los otros grandes artistas que forman parte de su prestigiada colección, comenta Blaisten: “Mi interés por la obra de Dr. Atl data de hace más de treinta años, cuando comencé a relacionarme con la pintura de la primera mitad del siglo xx. Pero es a partir de hace unos quince años que me he dedicado a su estudio y entonces me percaté de que el mercado estaba plagado de falsificaciones, por lo que decidí ordenar y catalogar la obra auténtica.” El coleccionista se ha convertido en una autoridad en cuanto a su conocimiento de la pintura de Gerardo Murillo y el nivel de calidad de la curaduría y de la afortunada museografía de esta muestra dan cuenta de su dominio del tema.

Es un hecho curioso que la pintura de este artista, cuya pincelada, trazos y cromatismo resultan tan peculiares y genuinos, haya sido ampliamente falsificada y, sin embargo, hasta la fecha no haya sido colocada a la altura de otros artistas importantes de su generación, así como tampoco se haya cotizado comercialmente al nivel de otras figuras, a mi parecer, menos relevantes. Tal vez esto se deba a que, en términos generales, el género del paisaje no ha gozado en nuestro país de una gran aceptación, y por lo tanto, esta muestra, integrada por alrededor de doscientas obras entre pinturas y dibujos, será sin duda piedra de toque para una relectura y revaloración de la vida y obra de este fascinante personaje.

En sus pinturas, Atl nos abre una ventana para admirar nuestras montañas, valles y volcanes desde una óptica apasionada y estremecedora. A diferencia de nuestro otro gran paisajista, José María Velasco, quien más bien se abocó a la representación científica del medio natural, la intención de Murillo fue reproducir las sensaciones y las emociones que despierta la grandeza de nuestro paisaje y, desde esa perspectiva, consigue plasmar por primera vez la naturaleza mexicana en un lenguaje plenamente moderno.

El año de 1933 fue un parteaguas en su trayectoria. A sus cincuenta y ocho años de edad, Atl manifiesta públicamente en un bello ensayo titulado “El paisaje” que en esos momentos apenas comienza a reconocerse como el pintor que siempre quiso ser: “Yo, después de una centuria de pintar, ignoro si sé pintar –por eso este ensayo– entre todas las obras que lo componen, un paisaje, el último, muestra enérgicamente lo que yo podré hacer de aquí en adelante.” Se propone entonces “subir uno a uno todos los escalones que conducen a la expresión completa de un dado sentimiento artístico”, y considera que hasta entonces no había sido más que un “diletante”. ¡Admirable visión autocrítica que ojalá muchos artistas contemporáneos imitaran! A partir de entonces y hasta que la muerte lo alcanzó a los ochenta y nueve años, Atl pintó con una fuerza palpitante nuestros valles y portentosos volcanes diurnos y nocturnos; documentó por escrito y en innumerables imágenes soberbias el nacimiento del Paricutín; experimentó la perspectiva curvilínea y el aeropaisaje, y nos dejó una obra invaluable que revela su profunda pasión por la naturaleza.

Sobre la relevancia de esta exhibición, añade Andrés Blaisten:  “Hace dos años comencé a organizar la exposición. Fue un trabajo duro y lleno de obstáculos de gran complejidad, pero finalmente el resultado está a la vista. Sin duda Dr. Atl es el paisajista más importante del siglo xx en México. Él supo plasmar de una manera moderna la grandeza de nuestros paisajes y volcanes,  transmitir en sus pinturas las sensaciones de lo sublime que él percibía en el paisaje, dejando un testimonio que nos llena de orgullo por la belleza de nuestra tierra. Es ahí donde está su principal aporte, pero en su época no fue valorado como una pieza importante en el fenómeno de la construcción de una identidad nacional en la que casi todos los artistas estaban inmersos, y el Estado privilegió difundir especialmente los discursos de contenidos históricos e ideológicos. Considero que es un artista subvalorado en México y desconocido internacionalmente, por lo que el Estado debería mostrar orgulloso su legado al mundo que seguramente caería rendido a sus pies por lo singular de su maravillosa producción pictórica”.