Una veintena de obras de niñez y juventud del pintor Alberto Gironella (1929-1999), nunca expuestas, fueron dadas a conocer por sus familiares y se exhiben de manera breve y restringida en la Escuela Alexander Bain durante la muestra El niño que quiso ser pintor: una historia de familia, desde el pasado lunes al viernes 3 de febrero, aunque la inauguración formal fue este martes.

Las obras son acuarelas, dibujos a tinta y óleos, creadas por el pequeño Alberto al observar personas y objetos de su casa, como muebles, jarrones, libros, grabados y hasta cuadros cubistas de Picasso, que sin duda veía en algún catálogo familiar y emulaba con afán.

La exposición, pensada en especial para los niños y los jóvenes de esa escuela particular, abre con La sala de Alicia, acuarela sobre lienzo creada en 1946, cuando Alberto Gironella (1929-1999) tenía 17 años.

A un lado del cuadro se instaló la verdadera sala familiar, que sirvió de inspiración al pintor en ciernes.

Alicia Gironella, madre del artista, fallecida hace unos cuatro años, guardó durante décadas diversos objetos familiares en baúles y armarios, entre ellos estas pinturas hasta ahora desconocidas del público.

La exposición es de alguna manera un homenaje a ella, dice en entrevista María Prieto, sobrina nieta de Alberto, bisnieta de Alicia y quien junto con otros amigos y familiares comenzó a dar forma a la exposición con la finalidad de promover el arte para los niños y buscar que se identifiquen con él.

Fascinación por las aves

Entre las ideas interesantes, María Prieto creó un guión para la museografía que comienza con una introducción escrita en el estilo de un cuento infantil y que, aparte de las cédulas, ofrece información sobre cada cuadro en globitos de diálogo, con letras grandes y en primera persona del niño Alberto.

Por ejemplo: Cuando empecé a pintar lo que más me gustaba era usar tinta y acuarela. Este pato azul y el jarrón negro eran de mi mamá. Como me fascinan las aves decidí copiarlas para empezar a practicar.

Otras obras son En el estudio, su primer óleo, pintado en 1940, cuando tenía 11 años; Mujer esperando, 1943; Mujer con cara blanca, óleo de 1944; Platero y yo, tinta sobre papel, inspirado en 1948 en su lectura de esa obra de Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura 1956; varios dibujos a tinta, de 1949; Mujer, 1950.

Todas ellas ahora son dadas a conocer para observar la temprana pasión por las artes plásticas del futuro gran collagista, así como algunos rasgos de estilo que lo caracterizarían más adelante.

La muestra de Gironella se complementa con algunas obras de etapas posteriores para que, en ese diálogo buscado entre Alberto y los niños, éstos puedan observar la evolución del artista.

Al final de la exposición El niño que quiso ser pintor: una historia de familia se muestran piezas creadas por los niños y los jóvenes de la Escuela Alexander Bain, quienes se aproximaron a la obra de Alberto Gironella a través de ideas como surrealismo y collage, así como el acercamiento a los objetos cotidianos como fuente de inspiración.

Para visitar la exposición deberá concertarse cita con Magali Bohigas al teléfono 5683-3255 o escribirle a la página electrónica [email protected].