Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Sábado 31 de diciembre de 2011 Num: 878

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Degas y las mujeres
de traseros grandes

Anitzel Diaz

Nathalie Handal,
la lengua múltiple

Ana Luisa Valdés

En casa fuera de casa
Ricardo Venegas entrevistacon Indran Amirthanayagam

La plegaria de un dacio

Dos poemas
Mihai Eminescu

En buen rumano
Leandro Arellano

Medan* Tahrir en El Cairo
Vivian Jiménez

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Nathalie Handal,
la lengua múltiple

Ana Luisa Valdés

 

 

 

 

 

 

 

 

Nathalie Handal en la lectura de poesía Poetry Africa

Nathalie Handal fue mi guía en Belén, ciudad de donde es originaria su familia. Hablamos de literatura, de diáspora y del lenguaje. Fuimos al monasterio de Cremisan, en donde se hacen los únicos vinos palestinos, bajo la mirada experta de curas salesianos que han traído a la región conocimientos y capacitación de su Italia natal.

Recorrimos en autobús el mismo camino que recorrió Abraham, caminando con sus sandalias desde su nativa ciudad de Ur, en lo que es hoy Irak. El chofer, un pastor protestante que hizo de guía, nos dijo: “Miren bien este camino, probablemente sea la última vez que lo puedan recorrer, el muro de seguridad israelí va a ser construido precisamente aquí y se va a comer el camino. Los viñedos también, y las familias palestinas que trabajan haciendo vino van a quedar separadas de los cultivos. El monasterio de Cremisan ha pedido al Vaticano que interceda ante el gobierno israelí para pedir que dejen abierta una parte del muro con una puerta especial y un camino que deje al monasterio y a los campesinos seguir haciendo su vino, como lo han hecho por cientos de años. Pero todavía no han tenido respuesta.”

Fuimos también a Hebrón, en donde supuestamente están enterrados Abraham, su esposa Sara, su hijo Isaac y el resto de su familia. La tumba de Ibrahim, como lo llaman los musulmanes, está en una antigua mezquita, pero desde hace unos años los judíos y los musulmanes no oran juntos; la tumba está partida por la mitad y la custodian soldados que impiden atentados y que registran a todo el que entra. El patriarca es igual de sagrado para judíos, musulmanes y cristianos, pero nadie se pone de acuerdo en cómo compartirlo.

Nathalie Handal es una poeta de la diáspora, nacida en el exilio pero que se siente palestina. La volví a ver hace unos meses en Oslo y hablamos de nuevo de cómo la literatura palestina es la columna vertebral de la identidad palestina, pues sin literatura no hay sensación de casa, de pertenencia.

“Nuestra literatura es nuestra casa, eso hace que yo me pueda encontrar con palestinos nacidos en Montreal o en Abu Dhabi, en Buenos Aires o Santiago de Chile, y todos sentimos que somos la misma familia y que compartimos el sueño del retorno a las tierras en donde están enterrados nuestros abuelos. Te voy a contar algo que parece ficción pero no lo es: mi tío abuelo Abdul, un tío de mi padre, murió en Estados Unidos, a donde había llegado con su familia en 1948, escapándose de Israel y de las atrocidades del ejército israelí cometidas contra la población civil. Pero cuando se estaba muriendo le dijo a sus hijos, que eran nacidos en Estados Unidos, que él quería que lo enterraran en Belén, nuestra ciudad familiar, en donde está la tumba de nuestra familia, en un pueblito. Mis primos pidieron permiso en la embajada israelí para transportar el cuerpo en un avión y cumplir su última voluntad. Pero los israelíes se negaron. Mis primos recurrieron a amigos diplomáticos y luego de contactos y de largas esperas el ataúd llegó a Belén. Allí supimos que el cementerio del pueblo en donde estaba nuestra tumba familiar había sido expropiado por los israelíes para hacer una colonia. Por suerte había amigos de mi familia que cedieron gustosos una parte de sus propias tumbas, en cementerios que todavía estaban bajo control palestino.”

La poesía de Nathalie es una poesía híbrida, escrita en inglés, árabe, francés y castellano. Ha vivido varios años en Colombia y en la República Dominicana.

Le pregunto cuál es el idioma en que puede escribir mejor. ”En todos, fíjate –responde–; vivo en Queens, en Nueva York, tengo vecinos vietnamitas, mexicanos, chinos, italianos, afganos, iraníes, cubanos, sirios... no tenemos otro idioma común más que el inglés, pero es un inglés acentuado, mestizo, lleno de palabras prestadas de todos los idiomas de donde venimos.”

A Nathalie la llaman la heredera de dos grandes poetas palestinos, de Mahmud Darwish y de Fadwa Tuqan, la gran old lady de Nablus, su ciudad natal, que dejó sólo esporádicamente en los años cincuenta para estudiar en Inglaterra unos meses. De Fadwa Tuqan decía el primer ministro israelí que uno de sus poemas era más peligroso para Israel que una decena de atentados suicidas.

Los árabes siguen teniendo llaves que se pasan de generación en generación de sus casas familiares de Granada y de Córdoba y Sevilla, el Al Andalus, su tierra prometida, el paraíso en la tierra, en donde las huríes habitaban la tierra.

Siguiendo ese sueño, Nathalie pasó varios meses en España debajo de la sombra protectora de Federico García Lorca y escribiendo un libro, Poeta en Andalucía, que parafrasea el célebre libro de Lorca, Poeta en Nueva York, una de las ciudades en donde Nathalie, nómade obligada, vive.

Le pregunto si no se le confunden las ciudades, Belén, Nueva York, París, Santo Domingo. Pero ella se ríe: “¿No sabes que nosotros los palestinos somos eternos peregrinos? Desde que nos expulsaron de las tierras en las que habíamos vivido por muchas generaciones, en 1948, cuando se creó el Estado de Israel, hemos vivido en la diáspora. Es una paradoja, ¿no? Así vivieron los judíos muchos siglos, perseguidos por los cristianos. Nosotros les dimos cobijo y en Andalucía vivíamos todos en paz, musulmanes, árabes y cristianos. Pero los reyes católicos lanzaron la Reconquista y estropearon uno de los proyectos de paz más interesantes que se ha conocido. Hay que recordar a Averroes, Maimónides, todos ellos trabajando juntos, creando una sociedad tolerante y plural. Así queremos los palestinos vivir de nuevo… Yo escribo sobre la libertad, sobre caballos salvajes, una imagen tan querida para nosotros los palestinos que somos gente del desierto y de las grandes extensiones que sólo se pueden recorrer en camello o a caballo. Eso lo extraño en esa vida urbana que vivo ahora, tan encerrada entre casas, sin ningún lugar en donde se vea el horizonte.”

La literatura de Nathalie es vital y poética, el lenguaje y la infancia se confunden; es el lugar en donde todas las lenguas se hacen una, como en la Torre de Babel, en donde el sueño de adorar al Señor con una sola voz se convirtió en el lenguaje de los pájaros, que hoy somos incapaces de entender.