No tuvo rival el Canelo. Sólo algunos destellos del retador boricua Kermit Cintrón, pero absolutamente nada. El campeón lo acorraló, luego de lastimarlo con una derecha potente que dejó desmadejado al rival contra las cuerdas, por lo que el réferi Héctor Afú detuvo el combate en el quinto asalto. La tercera defensa del título superwélter del CMB que hizo el tapatío fue contundente sobre el cuadrilátero. No en la entrada a la Plaza de Toros México, que no rebasó los 7 mil asistentes. Eso sí, entusiastas, pues nunca dejaron de animarlo.

Cada uno se expresó desde que subieron al ring, conscientes del papel que desempeñarían durante la contienda. El retador se coló decidido por entre las cuerdas, como si en ello quedara claro que ésta podía ser su última oportunidad de disputar un título del mundo. Ágil, tiraba golpes al aire.

Saúl Álvarez, por su parte, apareció como se supone hacen las estrellas: con gran despliegue de pirotecnia e histrionismo, cumplía con el espectáculo que se espera de un campeón que quiere ser ídolo. Sabía que era su noche, aun con la plaza medio vacía.

Aunque en los primeros tres episodios prácticamente no se hicieron daño, pues ambos medían fuerza y velocidad, quedaba claro que Cintrón venía en plan de animal de presa. Atento seguía los movimientos del Canelo, confiado en su capacidad de resistir castigo y en la pegada de su derecha: buscaba el mínimo error del pelirrojo.

El verdadero combate arrancó hasta el cuarto episodio, pues el retador se animó a buscar al campeón, quien para ese momento ya había saboreado una potente izquierda, que pudo sortear. Ese atrevimiento detonó el coraje del mexicano, quien en un arrebato de velocidad lanzó una doble dosis de ganchos de derecha que impactaron en el boricua. Uno de ellos fue tan violento que mandó a Cintrón a la lona. Ese golpe inició la victoria del jalisciense.

El boricua no venía de vacaciones, lo dijo repetidas veces antes del combate, por lo que se levantó. Entró por el mexicano y se trenzaron en un intercambio que provocó la respuesta del pelirrojo.

Contra las cuerdas, el Canelo arrinconó a Cintrón: disparó un par de zurdas que dieron contra el maltrecho retador, pero la campana se escuchó para salvarlo.

Todo parecía decidido para el quinto asalto. Cintrón todavía se atrevió a desafiar al campeón y le asestó un cruzado al rostro. Fue una última bocanada, porque lo que siguió fue el violento cierre de Álvarez. La gente pidió a Julio César Chávez Carrasco para el siguiente combate.

En Mazatlán, Jorge Travieso Arce se convirtió en el primer mexicano en ganar cinco cetros mundiales en categorías diferentes, tras vencer por decisión unánime al indonesio Angky Angkota, en peso gallo de la OMB.