El América no levanta el vuelo. Se le dificulta despegar en terreno plano y una vez más debió remar a contracorriente en su propia casa este domingo ante Morelia para sacar el empate 1-1 del estadio Azteca.

El triunfo era urgente para ambos cuadros, necesitados de puntos para meterse a la fiesta final, aunque con el resultado sólo dividieron una unidad para cada bando. Los de Coapa amplían a seis fechas su falta de victorias y se estancan en 11 puntos, mientras Monarcas rompe su minirracha de tropiezos de dos jornadas y se queda con 14 unidades.

Los primeros minutos del encuentro fueron de auténtica lucha, una férrea disputa por cada balón, con llegadas que si bien no alcanzaron para abrir el marcador, sí provocaron incomodidad en las zagas.

Por ejemplo, cuando Ángel Reyna fue habilitado desde media cancha por el lado derecho, empezó una veloz carrera, en la que tuvo como sombra todo el tiempo al zaguero Joel Huiqui, quien sin presionarlo demasiado le cortó la posibilidad de acomodarse y le malogró la jugada.

El América siguió sin mostrar una clara idea para cerrar las puertas a los visitantes y de nuevo pagó las consecuencias, en el momento en que Alonso Negro Sandoval soltó un zapatazo que terminó a los pies del brasileño Joao Rojas, quien de forma precavida prefirió centrar a la llegada de Miguel Sabah; éste con facilidad remató de cabeza para el 1-0 de los visitantes al minuto 12, que fue festejado por la centena de seguidores llegados desde la tierra del ate.

El América intentó reaccionar en los siguientes segundos con un avance rápido comandado por la delantera, aunque correspondió a Reyna soltar un obús desde la derecha, dentro del área grande, para que el portero argentino Federico Vilar volara hacia atrás y con la punta de los dedos mandara a tiro de esquina.

Ante una entrada pobre, acaso 15 mil asistentes que de seguro evadieron la reventa que como todos los partidos se hizo presente en el Coloso de Santa Úrsula, Monarcas y América mostraron precisión en los avances, pero seria carencia de recursos técnicos para modificar el marcador y dar trabajo a los porteros.

Ni el “vaaamos… vaaamos América, esta tarde tenemos que ganar…” de sus seguidores animaba a los locales, quienes siguen sin mostrar el cambio al que se comprometió su entrenador Alfredo Tena, además de atorarse en el intento de penetrar la defensiva de los morelianos, aunque éstos, luego de la anotación, tampoco atinaban a crear más peligro.

Monarcas tomó el control del juego en los minutos previos al descanso con pases en corto, alargado la cancha y con jugadas que, sin perder el esférico, tampoco crearon peligro y en cambio tuvieron un buen susto, cuando Reyna armó la oportunidad de disparar al primer poste, donde Vilar atrapó, aunque ya fuera de la cancha para otorgar tiro de esquina.

Así llegó el final de la primera mitad, decretado con su silbato por el árbitro Francisco Chacón, quien junto con su equipo portó playeras de color rosa, en apoyo a la campaña contra el cáncer de mama.

En el reinicio, los equipos volvieron a salir cargados con la idea de hacer un partido interesante para los seguidores que se dieron cita en el inmueble y que no fueron espantados por la amenaza permanente de lluvia ni la baja temperatura.

La primera acción de peligro la enfrió Vilar con su característico vuelo, luego de que con un fuerte y colocado cabezazo el recién ingresado Daniel Márquez conectó el esférico, aunque sólo fue un pretexto para que el portero sudamericano se luciera para bien del Morelia.

Lluvia en el Azteca

Primero llegó la lluvia –al minuto 59– que el gol, lo que complicó las acciones en el terreno de juego y volvió más precavidos los avances. A punto estuvo de costarle el empate a Monarcas, cuando Reyna conectó el esférico y Vilar se estiró para sólo verlo pasar afuera de su marco.

La lluvia pareció infundir ánimo al partido, o por lo menos provocar la gritería en el estadio, cuando Vicente Sánchez no atinó a conectar el balón con la pierna derecha y en la siguiente jugada, un contragolpe veloz armado por la delantera michoacana, se alargó demasiado el esférico y obligó al guardameta Armando Navarrete a salir unos 15 metros fuera de su área grande para de paloma alejar el peligro.

Al minuto 84 Luis Miguel Noriega recibió su segunda tarjeta amarilla. En el cobro de la falta, Reyna centró para que Juan Carlos Valenzuela rematara de cabeza y lograra el tanto del empate, mientras Vilar había dejado su marco en una salida precipitada.

Llegó el final sin cambios en el marcador, aunque con los 20 jugadores entregados totalmente.

Ante los medios, el técnico Alfredo Tena aceptó que el equipo no jugó bien debido a las ausencias de Matías Vuoso, Christian Benítez y Aquivaldo Mosquera, además de que deberá trabajar fuerte en lo anímico, porque la falta de victorias no da toda la confianza que deben tener los jugadores.

Consideró que si matemáticamente no están eliminados seguirán trabajando con todo para meterse a la liguilla, aunque antes pondrá especial atención en corregir que no sigan cayendo en errores y espera lograr un equipo ganador en cuanto esté completo.

En su oportunidad, el auxiliar técnico de Morelia, Roberto Hernández, quien acudió en lugar del estratega Tomás Boy, fue contundente al apuntar que el empate nos supo a derrota.

Expuso que por desgracia no se ha tenido el suficiente tiempo para amalgamar adecuadamente al conjunto; además ahora están pagando las consecuencias de participar en dos torneos.