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Mujeres con liderazgo
El Nobel de la Paz a una yemení y dos liberianas

Johnson-Sirleaf: es un reconocimiento a los años de lucha en mi país

La africana Leymah Gbowee contribuyó al fin de la guerra en 2003

Karman señala que es una victoria para la primavera árabe

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El director del Instituto Nobel, Geir Lundestad (izquierda), y el presidente del Comité, Thorbjoern Jagland, muestran imágenes de las ganadoras de este añoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de octubre de 2011, p. 2

Oslo, 7 de octubre. Una yemení y dos liberianas que libraron campañas contra la guerra y la opresión recibieron hoy el Premio Nobel de la Paz, en una decisión que busca destacar el rol femenino en el activismo por el fin de la violencia.

Ellen Johnson-Sirleaf, la primera mujer elegida libremente jefa de Estado en África, comparte el premio con su compatriota Leymah Gbowee, quien encabezó una huelga de sexo durante la guerra civil de Liberia, y la activista yemení Tawakkul Karman, quien consideró el galardón una victoria para la primavera árabe.

El presidente del comité del Nobel, Thorbjoern Jagland, indicó: No podemos lograr democracia y paz duradera en el mundo a menos que las mujeres obtengan las mismas oportunidades que los hombres e influyan en el desarrollo a todos los niveles de la sociedad.

Esto es un tema increíblemente importante en todo el mundo, pero sobre todo en África y el mundo árabe, agregó.

Karman, de 32 años, periodista, madre y figura clave del movimiento de protesta que estalló este año en Saná, la capital yemení, declaró que su premio era una victoria para Yemen y para todas las revueltas de la primavera árabe.

Es un mensaje de que la era de los dictadores árabes ha terminado, dijo Karman.

Cuando se enteró sobre su premio, estaba en una plaza del centro de la capital participando en una protesta para exigir la renuncia del presidente Alí Abdullah Saleh.

Johnson-Sirleaf, de 72 años y conocida por sus oponentes como La dama de hierro, consideró su premio como un reconocimiento a los muchos años de lucha por la justicia, la paz y la promoción del desarrollo durante una brutal década de guerra civil en Liberia.

Creo que las dos aceptamos esto en nombre del pueblo liberiano, y el crédito va para el pueblo, aseguró.

Sin embargo, la oposición liberiana criticó el otorgamiento del Nobel a Sirleaf cuando faltan sólo cuatro días para las elecciones presidenciales en los que la galardonada busca un segundo mandato.

La señora Sirleaf no se merece el premio porque recurrió a la violencia en el país, estimó Winston Tubman, su principal rival para los comicios presidenciales, quien consideró que el galardón es una provocación.

Sobre Gbowee, de 39 años, algunos atribuyen a su movimiento Mujeres por la Paz cierta contribución para poner fin a la guerra en 2003.

Empezó en 2002 en un mercado de pescados, cuando organizó a un grupo de mujeres para cantar y rezar por el fin de los combates.

El Comité Nobel dijo que las tres fueron galardonadas con base en el legado del inventor sueco de la dinamita Alfred Nobel, debido a su lucha no violenta para la seguridad de las mujeres y su derecho a participar plenamente en el trabajo de consolidación de la paz.

El premio fue recibido con júbilo a nivel internacional.

El movimiento egipcio de protesta, que tenía a varios de sus integrantes como candidatos, celebró especialmente la distinción para Karman.

La organización Amnistía Internacional elogió el galardón como un importante paso para el reconocimiento de la lucha de la mujer por la igualdad.

Human Rights Watch saludó la distinción a las tres mujeres al señalar que con esto se reconoce que la democracia y la paz duraderas no pueden ser alcanzadas sin dar a la mujer una plena oportunidad de participar.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, felicitó a las galardonadas al estimar que la elección no pudo ser mejor.

El presidente estadunidense Barack Obama estimó que el Nobel ilustra la importancia de dejar acceder a las mujeres a los puestos de responsabilidad.

La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, señaló que el premio refleja los esfuerzos de las mujeres por la paz. Asimismo, la Unión Europea y el Vaticano también saludaron por separado que el Nobel fuera otorgado a las tres activistas.

La concesión del Nobel a Karman será un duro golpe para el presidente de Yemen, Alí Abdullah Saleh, en plena ola de protestas. La periodista es una acérrima opositora de Saleh.

Espero que este premio sea el comienzo de una fase que acabe con un proceso judicial contra Saleh y su banda, dijo Karman. Los medios estatales yemeníes ignoraron la concesión del Nobel de la Paz por primera vez a una mujer árabe.

Hasta el presente, en 111 años sólo 12 mujeres han recibido esta distinción, entre ellas la guatemalteca Rigoberta Menchú, en 1992.

El anterior Nobel de la Paz para una mujer fue otorgado en 2004 y también se le concedió a una africana, la ecologista keniana Wangari Maathai, quien murió el 25 de septiembre pasado.

Este año, el Nobel de la Paz registró la cifra récord de 241 candidaturas.

La distinción será entregada en Oslo el 10 de diciembre próximo, aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

El premio consiste en una medalla, un diploma y 10 millones de coronas suecas, el equivalente de 1.5 millones de dólares.