DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   3 DE OCTUBRE DE 2011 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

El arrecife de cabo Pulmo: su importancia ecológica y para la conservación
Héctor Reyes Bonilla

Cabo Pulmo, una apuesta por la conservación
Meredith de la Garza

La ballena jorobada y otros cetáceos en la región de Los Cabos en el Golfo de California
Jorge Urbán R. y Lorenzo Rojas-Bracho

El punto de vista del Centro Mexicano de Derecho Ambiental

La opinión de WWW-México/Sistema Arrecifal Mesoamericano
Omar Vidal

Un científico de prestigio internacional opina sobre cabo Pulmo

Los beneficios de las reservas marinas
Octavio Aburto

Vida y turismo en Cabo Pulmo
David Iván Castro Arvizu


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Correo electrónico:

[email protected]

  

Los beneficios de las reservas marinas

Octavio Aburto
Instituto de Oceanografía Scripps
La Jolla, California, Estados Unidos
Correo electrónico: [email protected]

El impacto de la pesca en la red alimenticia

Desde hace mucho tiempo el hombre ha explotado los recursos del mar. No obstante, existe muy poca capacidad tecnológica, científica o administrativa para llevar a cabo una pesca que no dañe las poblaciones de peces e invertebrados marinos. Por un lado, se han fijado regulaciones como cuotas, temporadas y tallas de captura solamente para algunas especies cuyo valor comercial fue o es alto, pero hay dos grandes problemas:

  1. No se ha regulado la pesca de la mayoría de las especies, principalmente de las que son capturadas en las pesquerías artesanales o ribereñas de nuestro país, y

  2. Estas regulaciones no controlan los cambios en la comunidad o ecosistema, ya que la pesca de una especie puede tener efectos sobre otras.

Por otro lado, desde un principio se consideró que el manejo y la explotación de estos recursos se podrían llevar a cabo de la misma manera que se regulan o manejan los recursos terrestres. Sin embargo, hay claras diferencias que no lo permiten. Por ejemplo, en tierra el pasto es el alimento de herbívoros de gran tamaño, que a su vez son el alimento de carnívoros.

El hombre, al igual que los carnívoros, caza sobre todo los herbívoros grandes que tienen vidas relativamente cortas (menores a 20 años). En el mar, la cadena alimenticia comienza con algas que son el alimento de pequeños herbívoros, que a su vez son consumidos por pequeños carnívoros y estos últimos son presas de grandes carnívoros como meros y tiburones. Estos depredadores tope son los recursos marinos que primeramente se explotan y, a diferencia de los herbívoros terrestres, tienen longevidades elevadas (mayores a 25 años).

Además, los depredadores desempeñan un papel ecológico diferente y más importante en las comunidades, ya que se encargan de controlar las poblaciones del resto de las especies. Lo anterior significa que en el mar se ven afectadas las comunidades a partir de los depredadores, lo que produce cambios en los niveles inferiores de la cadena alimenticia. Y, quizá lo más importante, para regresar o revertir los efectos de la pesca se necesita más tiempo, pues lo primero que se eliminan son los individuos más viejos de la comunidad.

¿Qué pasa cuando se pesca sin control?

Como todos los recursos naturales que son sobreexplotados, las poblaciones de peces e invertebrados marinos se reducen cuando hay una pesca sin regulación. Pero el problema va más allá de la simple disminución de poblaciones. Por ejemplo, se ha observado que el tamaño de los individuos se reduce bajo la presión de la pesca. Esto sucede debido a que los individuos más grandes y viejos comienzan a ser eliminados de las poblaciones y aquellos más pequeños y jóvenes empiezan a madurar más rápidamente.

Si la pesca está eliminando a los individuos mayores, entonces los que sobreviven tienen una menor capacidad para reproducirse porque producen menos gametos y éstos son de menor calidad. Lo anterior significa que se reduce de manera constante el potencial que tienen los individuos de una especie y, por tanto, disminuye la capacidad de la población para recuperar un nivel de abundancia óptimo.

Si bien la pesca difícilmente exterminará por completo una especie, ya que como todo negocio llegará un punto en el que no será lucrativo seguir explotándola, se puede asegurar que la sobrepesca elimina el papel ecológico de dicha especie en la comunidad.

Cuando se dan estos cambios en las especies principales o “clave”, toda la comunidad pasa a un estado alterado donde el número de especies disminuye y la productividad del sistema se deteriora, manteniendo una comunidad Estable, pero dominada por especies de niveles inferiores en la red alimenticia, como erizos o algas.

Las reservas marinas no sólo traen beneficios a las poblaciones de flora y fauna que viven en ellas, sino que también pueden afectar positivamente a las especies que viven a su alrededor y en zonas cercanas.

Es decir, las reservas exportan individuos, adultos y larvas, e incluso juveniles, a zonas que no tienen protección y, por ende, pueden ayudar a mantener y restaurar poblaciones fuera de la reserva. La tasa en la que se exportan larvas, juveniles y adultos aumenta conforme pasa el tiempo y crecen las poblaciones dentro de la reserva.

Como cuando se tiene una cuenta de cheques, si se gasta demasiado, lógicamente se reduce el capital cada vez más y  al mismo tiempo se generan menos intereses. Esto conlleva efectos colaterales, ya que cada cheque que se expide eleva las comisiones por el uso descontrolado de la cuenta, hasta llegar a un punto donde se pierde la capacidad financiera. En esta situación, aunque todavía se tenga un poco de dinero, no se pueden cubrir los servicios que se pagan mensualmente y se podría asegurar que la bancarrota es el siguiente paso.

Si bien la solución al problema es controlar los gastos, mantener una cuenta de ahorros que apoye la cuenta de cheques podría respaldar las finanzas y reducir cualquier efecto colateral. Es decir, si se mantiene una cuenta de ahorros con un saldo lo suficientemente elevado y sincronizada con la chequera, se podría evitar la pérdida de dinero por comisiones y mantener los intereses, hasta volver a regular el gasto corriente.

Una reserva marina podría ser considerada una de muchas cuentas de ahorro que se pueden tener para garantizar los recursos marinos. Se trata de un tipo de área natural protegida donde las actividades que dañan o alteran el ambiente están permanentemente prohibidas, con el objetivo de conservar una porción acuática representativa.

El efecto de una reserva marina bien diseñada y vigilada

Las reservas marinas también pueden ayudar a proteger especies migratorias si se diseñan adecuadamente, ya que a pesar de la gran movilidad que presentan estas especies, las poblaciones enteras son muy vulnerables a la pesca u otras actividades humanas cuando se reúnen en zonas específicas para reproducirse o alimentarse, en corredores migratorios o en zonas de crianza.

Si una reserva se establece en una localidad donde ocurren los procesos ecológicos antes mencionados, puede servir para proteger a la especie migratoria de interés durante la etapa en la que se encuentre más vulnerable.

Por ejemplo, preservar los manglares o pastos marinos, que son zonas de crianza de muchas especies de importancia económica, tiene como resultado un aumento en la población adulta de la especie que se encuentre a decenas de kilómetros de distancia, una vez que los subadultos migran hacia dichas poblaciones.

Lo más importante es que las reservas marinas ofrecen formas de protección diferentes a otras estrategias de manejo, debido a que resguardan todo el ecosistema y la diversidad de especies que habitan en él. Esto a su vez trae como consecuencia una gran variedad de beneficios, siendo los más importantes aquellos que favorecen al sector pesquero pues aumentan la biomasa, abundancia y diversidad de las especies comerciales.

De hecho, en pocos años, la biomasa promedio puede ser 400 por ciento mayor en las reservas que en áreas cercanas que no están protegidas, la densidad y el número de especies pueden ser 200 por ciento mayor en reservas marinas en comparación con áreas explotadas, mientras que el tamaño promedio de los individuos puede ser dos veces mayor dentro de las reservas.

Está demostrado que cuanto mayor es la pérdida de especies, mayor es la afectación en los servicios que prestan los ecosistemas al hombre, ya que son más frágiles y más vulnerables a sufrir un colapso en su productividad. No obstante, aquellos ecosistemas con la mayoría de sus especies originales son más fuertes y resistentes a las consecuencias negativas y, aun más importante, regresan al estado anterior más rápidamente. Las reservas marinas serían un ejemplo de este segundo tipo de ecosistemas.

Imaginemos nuevamente la cuenta de ahorros. Si en lugar de tener los ahorros en una sola moneda y se mantuviera un saldo elevado con distintas monedas, se obtendrían más intereses y se perdería menos en caso de alguna devaluación en algún país determinado.

¿Habrá un ejemplo en México que demuestre la efectividad de las reservas marinas?

Cerrar áreas a cualquier actividad extractiva no es algo nuevo. Se ha hecho durante mucho tiempo en tierra (áreas núcleo en Reservas de la Biosfera y Parques Nacionales) y también se ha usado en la legislación pesquera, mediante herramientas como las vedas de captura y los refugios pesqueros, donde ninguna actividad extractiva para una especie en particular puede ser realizada en sitios y temporadas determinadas.

Las reservas marinas son una herramienta para proteger permanentemente todo el ecosistema y, más importante aun, la recuperación de los recursos es más rápida que con cualquier otra regulación pesquera. Pero debemos entender que aun implementando reservas marinas es necesario continuar estableciendo regulaciones de pesca para cada especie. Lo importante es que las comunidades locales tengan incentivos para establecer estas áreas protegidas y las regulaciones de pesca para sus recursos marinos, ya que sólo así habrá un aporte real para el desarrollo económico y sustentable de las mismas.

La biomasa puede ser 400 por ciento mayor en las reservas

cabo Pulmo es una pequeña localidad situada en el sureste de Baja California Sur que alberga las mayores poblaciones de corales en el Golfo de California. A principios del siglo XX, la familia Castro fue la primera en colonizar la zona.

Hasta la fecha mantiene uno de los centros de buceo recreativo más importantes del área: Cabo Pulmo Divers. El legado que han dejado los padres de esta familia es el respeto y la protección del medio marino. En junio de 1995, mediante una iniciativa que conjuntó los esfuerzos de la familia Castro, la Universidad del Estado de Baja California Sur y el gobierno federal, cabo Pulmo fue declarado parque marino nacional, con una superficie de 7 mil 111 hectáreas, 99 por ciento de las cuales corresponde al área marina. Gracias a una regulación y zonificación sin precedentes, la comunidad acordó prohibir todas las actividades extractivas comerciales dentro del área, cualquier construcción de obra pública o privada, y las actividades que alteren las condiciones naturales del parque, incluyendo el anclaje de embarcaciones o la acuacultura.

Después de 14 años de protección, cabo Pulmo es una historia diferente al resto de los parques marinos. Por un lado, la familia Castro y los demás habitantes de la localidad han incrementado su calidad de vida, manteniendo negocios turísticos que dejan una derrama importante en el estado.

Por otro, cabo Pulmo ha seguido el camino opuesto de la mayoría de los arrecifes en el Golfo de California, cuya degradación se nota día a día. Es el único sitio donde en un solo día de buceo se pueden encontrar más peces, depredadores tope de gran tamaño, de los que uno puede ver si bucea varias semanas y en muchos sitios a la vez, y donde las agregaciones de reproducción de cabrillas y pargos siguen recuperándose año tras año en áreas cercanas no protegidas.

Definitivamente, si algo diferencia a cabo Pulmo es que en sus arrecifes habitan dos individuos de mero gigante (Epinephelus quinquefasciatus), especie que ha sido catalogada en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación Naturaleza (IUCN).

Hay poco tiempo para detener o revertir los efectos negativos que se han ocasionado a los ecosistemas marinos. Algunos autores consideran que 82 por ciento de las pesquerías mexicanas están sobreexplotadas y muchas de ellas no se recuperarán para el beneficio de las generaciones futuras. Las reservas marinas son una herramienta que no sólo puede ayudar a frenar esta tendencia, sino que también pueden contribuir a repoblar otras áreas y asegurar los recursos.

La historia de cabo Pulmo lo demuestra: es un ejemplo de los beneficios ecológicos que brindan las reservas marinas, y  también una muestra de los beneficios económicos que los ecosistemas saludables brindan a las comunidades locales.

Un análisis económico en revisión para  publicarse muestra que, en estos 14 años de protección, los pobladores de cabo Pulmo han generado una biomasa de peces que podría estar alcanzando un valor mayor a 60 millones de dólares. Es decir, han invertido esfuerzos para tener ahorros que están generando intereses para las futuras generaciones. Los pobladores han entendido estos beneficios y ahora son ellos, con asesoría especializada, los que realizan las evaluaciones del arrecife y el monitoreo de sus recursos marinos.

Corolario

El famoso Jacques-Yves Cousteau nombró al Golfo de California “el acuario del mundo”. Con toda su experiencia y los sitios que visitó durante toda su carrera, supongo que no era un buzo fácil de impresionar.

Tengo 18 años buceando y he visitado una gran cantidad de sitios de norte a sur del golfo, y solamente después de mis buceos en cabo Pulmo entendí lo que inspiró a Cousteau a designar así una región tan particular en el mundo.

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