17 de septiembre de 2011     Número 48

Directora General: CARMEN LIRA SAADE Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER Suplemento Informativo de La Jornada


ILUSTRACIÓN: DeesIllustration

Durmiendo con el enemigo convenio CNC-Monsanto

(…) y tú, quién sabe por dónde andarás, quién sabe qué aventura tendrás, que lejos estás de… nosotros

Adelita San Vicente Tello

Así fue: una vez más el viernes 26 de agosto pasado, el brazo maicero de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la Confederación Nacional de Productores de Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM) nos demostró lo alejados que están de quienes libran una lucha por la defensa del maíz.

Ese día fuimos invitados por los compañeros del Grupo Vicente Guerrero (GVG) al foro titulado “Por nuestra seguridad y soberanía alimentaria, defendamos nuestro maíz criollo o nativo”. Desde Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Puebla y el Distrito Federal nos transportamos para apoyar la construcción colectiva del reglamento de la Ley de Fomento y Protección al Maíz, como Patrimonio Originario en Diversificación Constante y Alimentario para el Estado de Tlaxcala, y conocer la situación de los maíces tlaxcaltecas ante la amenaza de las semillas transgénicas. Con campesinos de todo el estado, estudiantes, profesionistas, académicos, diputados y ex diputados, nos reunimos en el patio central del Congreso del estado de manera pública y abierta.

Este foro es parte de la larga ruta que el GVG se ha trazado en la defensa del maíz nativo, camino que iniciaron con el resguardo de sus semillas, el intercambio de las mismas en ferias, el reconocimiento a los campesinos que mejores ejemplares presentaban, la defensa legal y muchas otras acciones. Hoy en México y tal vez en otros países, al GVG se le reconoce como pionero y maestro en el resguardo campesino de semillas nativas y en el uso de técnicas agroecológicas.

El camino a Tlaxcala fue en un viaje colectivo recogiendo pasajeros en diferentes puntos, lo cual nos dio la oportunidad de entablar un debate sobre el futuro y las posibilidades del campo.


FOTO: Lorena Paz Paredes

El evento fue inaugurado por el diputado Jorge García Luna, quien nos informó que en la parte superior se realizaba una reunión de la CNPAMM. Varios pensamos: “quién sabe qué aventura tendrán”.

Iniciamos con una charla de Armando Bartra, en la que nos recordó que somos gente de milpa y que esto implica una cosmovisión, un modo de pensar y concebir al mundo. Describió la enorme riqueza que significa la milpa en la que de múltiples maneras el maíz se acompaña con una amplia variedad de plantas en una relación en que se benefician uno y otras. Al decir que somos gente de milpa, hablamos de esta forma de convivencia entre los seres humanos y la naturaleza, en una relación armónica, ventajosa para unos y otros.

Relató que las sociedades prehispánicas, si bien eran despóticas y sometían al tributo a los pueblos vecinos, eran tolerantes en cuanto a las formas de vivir que estos pueblos tenían. Lo definió como un despotismo tributario plural. Pero cuando llegaron, los españoles impusieron su modo de vivir, de pensar, de creer; homogeneizaron a las sociedades indígenas. Así, la humanidad ha caminado colocando a todos en el mismo molde buscando “igualar” a todos. La milpa representa la resistencia a este modelo, como una forma diferente de vivir, un paradigma en que la diferencia es una virtud.

Finalmente, Bartra señaló que frente a la crisis que vivimos en la actualidad, la milpa se convierte en una estrategia que nos permite convivir con la situación, entre nosotros y con la naturaleza, de una manera respetuosa y conveniente para todos. Concluyó con el exhorto: ”¡hagamos del planeta una milpa!”.

Después, don Moisés Angoa Mauricio nos señaló la problemática que enfrentamos por la invasión de semillas genéticamente modificadas. Nos cimbró cuando nos recordó la responsabilidad moral y social que todos tenemos frente a este problema.

Para acabar las exposiciones generales, el abogado que en Tlaxcala transformó en ley las inquietudes de los campesinos por proteger su maíz, Rene Sánchez, nos dijo que la ley no es de los abogados, es de todos y es el instrumento que nos iguala.

Nos explicó que la Ley de Protección del Maíz es un instrumento que apoya a los campesinos y así lo señala el artículo primero, que obliga al gobierno de Tlaxcala a convertirse en el abogado defensor de los campesinos ante la Federación.

Estábamos por pasar a las mesas de trabajo, escuchando algunos saludos de comisariados y representantes de otros movimientos presentes, cuando tomó el micrófono Ana Lilia Rivera –quien logró esta Ley siendo diputada en la anterior legislatura de Tlaxcala.

Dijo que en la parte alta del edificio, a puerta cerrada, estaban reunidos el diputado Jorge García Luna, quien había inaugurado el evento, y el secretario de Fomento Agropecuario de Tlaxcala, Jaime Bretón Geleazzi, con el representante de la CNPAMM, José Luis Herrera, y el director del Proyecto Maestro Maíces Mexicanos, Samuel Peña. Ella nos transmitió la indignación que sintió al verlos platicar en lo oscurito sobre las necesidades que, según la CNPAMM, tenían para proteger el maíz de Tlaxcala.

Mientras abajo platicábamos y discutíamos más de cien personas de manera abierta y transparente, arriba tres personas solicitaban 82 millones de pesos del presupuesto destinado al campo de Tlaxcala (el presupuesto 2010 fue 123 millones). Personas éstas que ni siquiera son de Tlaxcala, que han firmado un convenio con Monsanto y que no sabemos a quién beneficiarán los recursos que están pidiendo, ni cuál es el objetivo de Monsanto al querer contar con colecciones de semillas nativas del maíz.

Sabemos mucho de la historia de Monsanto y de la CNPAMM, y por eso sospechamos de malos manejos tanto de los recursos naturales como de los monetarios.

Todos nos sentimos indignados de esta falta de respeto al trabajo que realizamos, de ver cómo un supuesto representante campesino acompañado de profesionistas vendidos a intereses oscuros trabajaban a contra mano de nosotros.

Bajaron los de menor jerarquía: Samuel Peña y Ricardo Gómez, este último con camisa con logotipo CNPAMM que de inmediato cubrió con una chamarra. Les exigimos que hicieran público el Convenio CNC-Monsanto (ver “Los niños al cuidado de Herodes” en La Jornada del Campo No.1, 9 de octubre de 2007). No respondieron, salieron después de afirmar que ellos nada tenían que ver con Monsanto y se comprometieron a platicar sobre el tema. Ya les contaremos si cumplen.

Seguimos trabajando en grupos amplios de 30 personas, para discutir tres temas: cómo prohibir los transgénicos, cómo proteger los maíces mediante fondos comunitarios de semillas nativas, y los programas y presupuestos para la implementación de la Ley. Finalizamos con los acuerdos y con una emotiva ceremonia en que los compañeros de Oaxaca entregaron semillas nativas para su resguardo a los compañeros de Ixtenco, Tlaxcala.

Semillas de Vida, AC Para ver el video: http://youtu.be/-f8mkpANyG8