Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 28 de agosto de 2011 Num: 860

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora Bifronte
Ricardo Venegas

Un Oscar en el
Texican Café

Saúl Toledo Ramos

Haití militarizado
Fabrizio Lorusso

Historias de frontera
y sus alrededores

Esther Andradi entrevista
con Rolando Hinojosa

Mozart: no hay nada
que su música no toque

Antonio Valle

Dickens, el burlón
Ricardo Guzmán Wolffer

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Rolando Hinojosa-Smith nació en la ciudad de Mercedes, una aldea de Texas cerca de la frontera con México. Considerado el patriarca de la literatura chicana, este hijo de una pareja bilingüe y binacional es autor de una amplia obra que incluye novelas, relatos cortos, poesía y ensayo en español e inglés. Pero también fue el primer escritor estadunidense en lengua española que en 1976 recibió el Premio Casa de las Américas por su segunda novela, Klail City y sus alrededores. Esta novela es parte de su extensa saga narrativa conocida como Klail City Death Trip, que retrata la vida de los chicanos en el condado de Belken, comparada por muchos con el Yoknapatawpha de Faulkner, el Macondo de García Márquez, el Comala de Rulfo o el Santa María de Onetti. Leer sus libros es sumergirse en ese mundo de historias, cuentos y leyendas que vivió en su niñez y que heredó de su familia chicana asentada desde hace más de dos siglos en El Valle del Río Grande, al suroeste de Texas. A los diecisiete años se alistó en el ejército y a los veintiuno lo enviaron a la guerra de Corea (1950-1953), una experiencia que marcó su vida e inspiró su obra. Pero Rolando Hinojosa es algo más que un excelente contador de historias. Es el escritor que registra el lenguaje de los chicanos, el español antiguo que se usa en el Valle del Río Grande, intervenido por el inglés. El primer encuentro con Rolando Hinojosa fue por correo electrónico. Lo había invitado a participar en una antología sobre comida y literatura para una editorial de Buenos Aires, y Rolando me envió un registro de su vida hecho receta:“Mi madre, anglo-texana de nacimiento (nació en l887) se crió cerca del Río Grande, a unas cuantas millas donde desemboca el golfo mexicano, y se defendía tan bien en español como en su idioma natal. Esto se debió a que vivía en un rancho y la mayoría de la gente era de habla española. En esos años los anglo-texanos eran una minoría en esa región. Además del idioma se empapó en la cultura mexicana norteña, y tanto que se casó con mi padre, norteamericano de nacimiento que se autoidentificaba como méxico-texano. Además de ser gran lectora en ambos idiomas, también era una cocinera de primera.”

Historias de frontera
y sus alrededores

entrevista con RolandoHinojosa
Esther Andradi

-¿Cómo eran esos veranos de la infancia que para Usted es el lugar de la inspiración?

–Durante la segunda guerra mundial me quedaba en Arteaga, en casa de unos amigos de mis padres. Pasaba los veranos en ese pueblecito que queda a unos 15 km de Saltillo. La casa de los Vela estaba a las afueras de Arteaga y al cruzar la calle había una alberca grandísima que tenía el agua congelada debido a que esa parte de Coahuila es montañosa. Arteaga contaba con mil 800 habitantes: un panadero, un farmacéutico –que avisaba que ejercía sin título y allá tú si te atreves–, una iglesia que era más bien una misión, ya que el cura venía de vez en cuando a bautizar a alguien o a enterrarlo o a casarlo. ¿Correos? Sí, a contraesquina de la farmacia y la iglesia, y se abría dos veces a la semana. El cartero no repartía, dormía en el cuartito. El panadero, Benuco, nos vendía cigarros Tigre (un tabaco negro) a dos por centavo. Enfrente de la casa, grande, con cinco recámaras, un zaguán cercado daba a un viñedo. Poco más allá del viñedo, la fruta: peras, chabacanos, duraznos (que los españoles llaman melocotones ya que no tienen más que hacer que inventar palabras) y las uvas.

–¿Volvió a Arteaga desde entonces?

–En octubre del año pasado un joven me llevó a Arteaga y vi los cambios: la carretera de primera, el fresco era reducido, a pesar de que estábamos en octubre, a la acequia la habían cercado y ya no corría por todo el pueblo. Habitantes: de mil 800 a l8 mil, y había casas que aparentaban lujo debido a que eran casas para los fines de semana de gente de Saltillo. No esperaba que no hubiera cambios, pero lo que me deprimió fue que la piscina ya estaba cubierta de cemento. La casa de los Vela, los amigos de mis padres, también había desaparecido. Sin embargo, no podía quejarme: pasé los veranos del ’43, ’44, y ’46 y fueron un edén.

–¿Y fue allí cuando comenzó a sentir la necesidad de contar?

–Sí, cuando tenía quince años... Escribí la historia de dos campesinos que volvían del trabajo, en una aldea de Arteaga. Y viene la leva y quiere llevarlos al ejército. Y ellos saben que si van al ejército, sea el federal o el que sea, la familia se va a morir de hambre. Uno trata de evadirse, pero uno de los jinetes le cercena el brazo con un machete. Y el otro tira el azadón y empieza a correr paralelamente a la acequia, pero le pegan y se cae a la acequia y hay sangre...Yo no sabía nada del simbolismo entonces, pero la sangre estaba ahí por todo México, era la Revolución...

–Entonces el idioma fue una decisión de los personajes. Y sin embargo había ya una tradición de publicaciones en español en Estados Unidos.

–Sí, yo quería escribir por lo menos mis primeras dos novelas en español porque vivimos en un país monolingüe que es Estados Unidos, y ahora resulta que es cada vez más díficil para los jóvenes leer en español y más aún escribir en español. La gran mayoría de estudiantes méxico-estadunideneses no leen español. Otra gran cantidad ni lo hablan. Los escritores, pues, escriben en inglés. Y eso que la literatura de los méxico-estadunideneses empezó a escribirse y publicarse en el estado de Nuevo México ya a mitad del siglo XIX. Se escribía tanto en inglés como en español. A fines de los años veinte y principios de la década de los treinta, en el siglo pasado, había publicaciones periódicas en español, como La Prensa de San Antonio por ejemplo, que en 1962 se trasladó a Los Ángeles y ahora publica el periódico La Opinión. En l967, durante la guerra de Vietnam, el profesor Octavio Romano y un grupo de estudiantes fundaron la editorial Quinto Sol. Publicaban la revista El Grito, con prosa, ficción, en ambos idiomas. Para l970 Quinto Sol ya había publicado una antología de escritores y escritoras bilingües: El Espejo. En 1972 mi novela Estampas del valle ganó el premio que convocaba esta editorial. Más tarde se fundan Justa Publications y Tonatiuh. Ambas no duran más de cinco años. Pero en 1975/76, Nicolás Kanellos establece la revista Chicano-Riqueñay más tarde la casa Arte Público Press que ha sido un éxito. Poco después, Gary Keller funda Bilingual Review/Press en Nueva York y ya lleva veinte años en Arizona State University. Al principio había pocas mujeres, pero con el tiempo esto cambió y se llegaron a conocer Sandra Cisneros, Ana Castillo, Helen Viramontes, Pat Mora...

–Klail City es una población de unos 9 mil habitantes, ligados a la vida del campo. El nombre proviene de Rufus t. Klail, un ganadero cuya familia ha dominado el condado desde comienzos del siglo XX. En el condado habitan varias familias de origen mexicano, como los Buenrostro, a quienes los Klail arrebataron sus tierras. La acción transcurre entre los años treinta y los noventa. ¿Quiénes son los personajes de esta saga? Pues todo empieza con dos primos: Jehú Malcara y Rafa Buenrostro, y a partir de esta historia se va articulando la relación económica, social y cultural de las familias de origen mexicano desde los comienzos del siglo XX con la incorporación de personajes directa o indirectamente vinculados con los primos. Entretanto el número de personajes supera ya el millar, afirman los estudiosos de la su obra , en la que sobresalen mujeres muy especiales, como Becky.

–Becky nace en la novela Mi querido Rafa. Es una buena chica y muy obediente a quien su madre la empuja para que se case con Irineo Escobar por ser éste de familia con dinero; Becky no es pobre, pero los Escobar son Escobar Leguizamón y pertenecen a las familias directoras, y se casa. Becky pierde su español y anda muy encopetada con sus amigas gringas, lleva a los chicos a las clases de baile, a los deportes, etcétera. En fin, que no vive su vida sino la de otros. Hasta que un día decide cambiar y se divorcia. Su mamá llora por el qué dirán, pero a Becky no le importa; va a vivir para sí, para los chicos, y va a trabajar en lo que sea. Pasa que su mamá es vieja amiga de Viola Barragán, mujer de agallas, comerciante por excelencia, y le aconseja a la mamá de Becky que se calle porque si no, entonces la va a perder. Decidí que no habría narrador; que la gente del pueblo iba a hablar en pro o en contra y que El Escritor (El Esc.) iría aquí y allí hablando con gente que conoce a Becky y que los dejaría opinar sin hacer comentarios. Trabajé siete meses en Los amigos de Becky, y de repente le pegué a un muro de hierro y no pude seguir. Me esperé un mes, la vertí al inglés y la terminé.

–¿Desde el principio consideró que sus novelas debían publicarse también en inglés?

–Mis primeras dos novelas, Estampas y Klail City y sus alrededores las escribí en español. Me esperé unos diez años para traducirlas y publicarlas en inglés. La tercera, Korean Love Songs tiene lugar en Corea, ya que quería demostrar que los chicanos no solamente trabajan en la agricultura, sino que realizamos todo tipo de vida y profesiones. La cuarta,Claros varones de Belken, escrita en español, cuenta el regreso de los veteranos de Corea y sus estudios universitarios. Se tradujo malamente por otra persona, porque yo andaba ocupadísimo escribiendo Mi querido Rafa (primero en español y luego en inglés, Dear Rafe).

–Desde entonces usted se traduce a sí mismo. ¿Es una traducción o una reescritura?

–Es más bien una reescritura: es que conozco al escritor y sé qué quiso decir. En Bilbao una joven acaba de publicar una tesis sobre la autotraducción en mi literatura. Me ha dado mucha satisfacción leerla.

Klail City Death Trip

La serie Klail City Death Trip está formada hasta el momento por doce novelas: Estampas del Valle y otras obras (1973), Klail City y sus alrededores (1976), Korean Love Songs (1978), Mi querido Rafa (1981), Rites and Witnesses (1982), Partners in Crime: A Rafe Buenrostro Mystery (1985), Claros varones de Belken (1986), Klail City (1987), Becky And Her Friends (1990), The Useless Servants (1993), Ask a Policeman: A Rafe Buenrostro Mystery (1998) y We Happy Few (2006). Cuatro de las novelas fueron escritas originalmente en castellano, y el resto en inglés.

–Usted ha escrito sobre el desarrollo y los cambios culturales y socioeconómicos de los migrantes en Estados Unidos. ¿Cómo analiza la situación de los indocumentados en este momento?

–Dicto un curso de literatura y les explico a los estudiantes cómo la familia Jiménez cruza la frontera ilegalmente para ganarse la vida en los campos agrícolas de California. Se les ocupa porque los necesitan y no son pocas las veces que se les estafa, se les delata a las autoridades, y que su educación está a salto de mata pero que siguen luchando para educar a sus hijos. El escritor de esta novela, The Circuit, es Francisco Rivera, doctorado por Columbia U, en NY. Estoy en pro de los indocumentados; el gobierno en gran parte también, pero muchos tienen miedo de perder votos y por ende su prestigio como senadores, diputados, etcétera. Nada raro entre los políticos, sean de donde sean. El muro es una ridiculez y un gasto igualmente ridículo. Si se atreven a cruzar desiertos y ríos, ¿qué es un muro? Franqueable, es lo que es. He visto parte del muro en el Valle y da risa ya que donde los tienen son en tierras de chicanos que son parientes de muchos que cruzan el Río Grande/Río Bravo. Como siempre, hay hijos de mexicanos que ahora son ciudadanos estadunidense y están en contra de los indocumentados.

actualmente rolando hinojosa dicta cursos de Literatura en la Universidad de Texas. La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) acaba de presentar su candidatura al Premio Miguel de Cervantes de literatura. Ya va siendo hora de que se reconozca el valor de este y otros escritores que llevan décadas escribiendo y publicando en la lengua de Cervantes a todo lo ancho y largo de Estados Unidos; esa fue, de hecho, la fundamentación para proponer a Hinojosa como candidato al Cervantes. Ojalá que oigan la propuesta. Y pronto.