20 de agosto de 2011     Número 47

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


Antonio Narro

La Universidad Agraria Antonio Narro: historia y compromiso

Eladio H. Cornejo Oviedo

A nueve meses de haber iniciado mi responsabilidad de dirigir los destinos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAN), con tanta historia y arraigada en el agro mexicano gracias a sus egresados, pero sobre todo a sus aportaciones en investigación y transferencia de tecnología, quiero compartir una breve reseña histórica. Mi intención es exponer el dinamismo con que se vive internamente en esta institución educativa comprometida con la sociedad.

La UAAAN es una institución federal de educación superior, que vio la primera luz el 4 de marzo de 1923 como Escuela Regional de Agricultura Antonio Narro, con cinco alumnos inscritos, en la ex-hacienda de Buenavista, en Saltillo, Coahuila.

En sus orígenes, para ingresar sólo se requería haber terminado la educación primaria, estar sanos y ser mayores de 14 años de edad. Los alumnos vivían como internos debido a que casi no se contaba con medios de transporte a la ciudad de Saltillo, además de que se trataba de jóvenes de origen humilde, generalmente hijos de campesinos.

Con el paso del tiempo, la institución se fue transformando y aumentó el número de alumnos año con año. En 1938 cambió su nombre a Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro (ESAAN). A partir de 1943 se estableció como requisito de ingreso la educación secundaria o los estudios de las Escuelas Prácticas de Agricultura que existían en el país. En 1955 el nivel de estudios para ingresar a la ESAAN fue la preparatoria. En 1957 se fundó la Universidad de Coahuila y la ESAAN pasó a formar parte de ella como una de sus escuelas fundadoras, con la carrera de ingeniero agrónomo.

La década de los 70s fue trascendente para la ESAAAN, ya que llegó a ser reconocida nacional e internacionalmente por sus investigaciones científicas y tecnológicas, lo cual fue fundamental para que en 1971 se creara el Colegio de Graduados, que ofreció tres maestrías en ciencias sobre zonas áridas.

Al ver los buenos frutos obtenidos por la ESAAN, el gobierno federal apoyó la creación de dos organismos de carácter nacional que operaron dentro de la Escuela: el Centro Nacional de Investigación para el Desarrollo de las Zonas Áridas (CNIZA, 1971) y el Centro de Información de Zonas (CIZA, 1973). Estas dependencias se fusionaron en 1975 con el Colegio de Graduados y la Escuela Superior, para dar origen a la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

La celebración del aniversario 70 de la fundación de la institución, el 4 de marzo de 1975, fue marco para el decreto del gobierno del estado de Coahuila, que oficializó esa transformación: la ESAAN se convirtió en la UAAAN.

Otro acontecimiento trascendente en la historia de la Universidad ocurrió en agosto de 1979, cuando en atención a una solicitud de anexión presentada por la Escuela de Medicina Veterinaria de la Laguna, el Consejo Universitario dictaminó favorablemente para que el 6 de junio de 1980 se creara la Unidad Regional Laguna, lo que propició que se incorporara la carrera de médico veterinario zootecnista a los programas académicos de la institución.

Finalmente, con la publicación del decreto presidencial de la Ley Orgánica de la Universidad en el Diario Oficial de la Federación, a partir del 26 de abril del 2006 la institución logró el estatus de universidad federal, sectorizada en la Secretaría de Educación Pública.

El benefactor que le dio origen. La Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro lleva este nombre como muestra de respeto y reconocimiento a la memoria de don Antonio Narro Rodríguez, filántropo saltillense, quién heredó su valioso legado para que pudiera crearse una escuela de agricultura en la región.

Don Antonio tuvo la oportunidad de estudiar agricultura en Europa y en Estados Unidos, en donde se percató de la importancia y la diferencia que existe cuando se practica la agricultura aplicando la ciencia y la tecnología. Impactado por lo que aprendió, regresó a su natal Saltillo con el firme deseo de promover la creación de una escuela de agricultura en donde los jóvenes de escasos recursos se capacitaran técnicamente para que tuvieran la oportunidad de obtener un empleo digno en el campo mexicano, que a su vez contaría con los capacitados que tanto requería.

En 1912 don Antonio Narro hizo su testamento y dejó la hacienda de Buenavista, algunas fincas de Saltillo y 22 mil pesos con el propósito de que se creara una escuela de agricultura para estudiantes de escasos recursos. En esas mismas fechas, doña Trinidad Narro de Mass, hermana de don Antonio, legó su fortuna que había heredado de su esposo para que se usara en la creación de una escuela de artes y oficios en beneficio de la población pobre. Para cristalizar el sueño de don Antonio, fue necesario unir las dos herencias; la creación, el 4 de marzo de 1923, de la Escuela Regional de Agricultura Antonio Narro, dio cumplimiento al deseo de los dos hermanos.

Actualmente, la UAAAN tiene una población de más de cuatro mil 500 alumnos. Los programas de estudios son de nueve semestres, con algunos de diez. Los estudiantes pueden elegir entre las 20 carreras de licenciatura que ofrece la institución. En posgrado, la Universidad cuenta con diez maestrías y cinco doctorados.

Rector de la UAAAN

El posgrado en desarrollo rural:
Una apuesta por la esperanza campesina


FOTO: José González

Carlos A. Rodríguez Wallenius

El Posgrado en Desarrollo Rural (PDR) de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X), está por cumplir 27 años y es una propuesta educativa orientada a la búsqueda de respuestas a los problemas que afectan la vida de las y los campesinos, indígenas, jornaleros, pescadores y otros grupos sociales que viven en el ámbito rural y urbano-rural.

El PDR consta de dos niveles: la especialización- maestría y el doctorado. Han salido 14 generaciones de maestría y cinco de doctorado; sus egresados (cerca de 450) están incidiendo en diferentes espacios sociales, civiles y académicos en todo el país.

El enfoque que hemos optado en el Posgrado como proyecto académico es el del “desarrollo desde el sujeto”, con el cual queremos expresar que son los grupos campesinos e indígenas los que construyen su propio desarrollo, a partir de sus formas de organización, historia, valores culturales e intereses.

Por ello, una de las características del Posgrado (y que lo diferencia de otros) es que tiene como requisito de ingreso el que los aspirantes estén trabajando en procesos rurales y vinculados directamente con grupos, organizaciones o instituciones en el campo. Este requisito se vuelve muy importante, pues los estudiantes realizan un proyecto de investigación que tiene como parte central analizar los problemas y las alternativas de los procesos y con los actores con los cuales están vinculados (ya sea organizaciones campesinas y productivas, comunidades y pueblos indígenas, grupos de jornaleros, migrantes o mujeres, agencias para el desarrollo, etcétera).

La estructura pedagógica está pensada para facilitar dicha relación; se trabaja intensivamente en una semana de concentración en la universidad, y se dejan tres semanas para el trabajo de campo y la apropiación de conocimiento en sus lugares de trabajo, repensando los contenidos de las lecturas y los avances en sus proyectos de investigación.

Una característica de nuestros estudiantes es su diversidad, en formación (ingenieros agrónomos, sociólogos, economistas, politólogos, biólogos, etcétera); experiencia laboral (organizaciones productivas, sociales y civiles, instituciones académicas y organismos gubernamentales); origen (en especial provienen de estados del centro y sur-sureste del país); grupos étnicos (tzeltales, tsotsiles, ñha ñhu, mixtecos, triquis, nahuas, etcétera), e incluso nacionalidad (sobre todo son latinoamericanos).

A partir de de esta diversidad y de las formaciones de las cuales provienen cada uno de los y las estudiantes, el posgrado trata de que se vayan apropiando de los conocimientos mas allá de su formación disciplinaria original, dándoles otras miradas a los problemas y a las perspectivas para su interacción con los actores sociales.

La forma de trabajo, que vincula la formación y las investigaciones de los estudiantes con las preocupaciones, necesidades y prioridades de los grupos sociales en el campo, permite estudiar problemas y regiones desde una diversidad de perspectivas, lo que, después de 27 años, posibilita tener un acervo de conocimientos sobre una gran variedad de zonas y procesos y, en algunos casos, representan estudios inéditos que son tomados como base de investigaciones posteriores.

En el PDR sabemos de las dificultades que enfrenta cotidianamente la población rural, pero aquí se trata de que los estudiantes tengan una posición crítica hacia los problemas en el campo, ya que ésta es la base para incentivar la búsqueda de alternativas con propuestas para el desarrollo rural.

Alternativas no sólo desde la perspectiva del estudiante, sino que ya tienen incorporadas las discusiones colectivas con los docentes y demás estudiantes, lo que brinda una oportunidad de adoptar nuevas formas de entender los problemas rurales, desde distintos puntos de vista. Pero lo más importante es que las alternativas están relacionadas con las problemáticas, expectativas, necesidades y proyectos de los grupos sociales con los que los estudiantes interactúan.

Así, las alternativas se convierten en instrumentos que ayudan a promover procesos de transformación de las condiciones de vida de los grupos campesinos. Es nuestro principio de esperanza que, a partir de propuestas, de la movilización de conciencias y de la organización social, se están generando condiciones para el cambio, por medio de las propias capacidades de los campesinos e indígenas.

La propuesta pedagógica se ha enfrentado desde sus inicios a una diversidad de problemas, que son discutidos y enfrentados constantemente por los docentes y estudiantes de cada una de las generaciones. Sin embargo, los resultados obtenidos nos han permitido ser reconocidos como interlocutores y contrapartes de una amplia variedad de organizaciones sociales, civiles, indígenas y campesinas. También hemos sido distinguidos como un posgrado de excelencia académica y estamos inscritos en el Padrón Nacional de Posgrado de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), además de ser un referente nacional e internacional sobre el tema de desarrollo rural.

UNAM-FES Aragón

La licenciatura de planificación
para el desarrollo agropecuario


FOTO: UNAM

Roberto Enríquez Cervín

La licenciatura de planificación para el desarrollo agropecuario es una carrera que desde hace 30 años ofrece la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en su Facultad de Estudios Superiores (FES), Unidad Aragón, a los estudiantes con vocación e interés sobre este sector en el país y en el mundo.

Es una carrera única en la UNAM, en el país y en toda América Latina, por su principal objetivo y mérito propio de formar profesionistas de manera integral e interdisciplinaria en todas las áreas de conocimiento tanto teórico como práctico. Se fundó con ese carácter para abarcar los grandes problemas de rezago y pobreza que marcan al sector agropecuario y que se han complicado por la globalización y la apertura del país al comercio e inversión internacionales.

Desde luego, esta licenciatura busca formar profesionistas útiles a sí mismos y a la sociedad, acorde con la misión sustantiva de la propia UNAM. A todo esto, se sumó el hecho de la institucionalización de la planeación obligatoria para todo el sector público federal, de coordinación con las entidades federativas (las cuales tienen todas sus propios marcos de planeación) y de concertación e inducción con el sector privado.

El plan de estudios de la carrera vigente es de ocho semestres, teniendo como base las áreas de conocimiento sociohistórico, económico y financiero, así como el tecnológico, productivo y de investigación. En los dos semestres finales, los alumnos pueden optar entre una de tres preespecializaciones con sus correspondientes asignaturas sobre organización social y económica, planeación financiera y planeación productiva. Ello no obsta para que los alumnos libremente puedan combinar asignaturas de una y otra preespecialización.

Además, en esos dos últimos semestres se imparten los talleres I y II de integración profesional, que tienen los objetivos de: a) integrar todos los conocimientos básicos y de las preespecializaciones en su conjunto –que, como se ha destacado, es el objetivo fundamental de la carrera, que la distingue–, y b) que los alumnos elaboren su proyecto de tesis profesional y puedan titularse pronto después del último semestre. Debe resaltarse que este mismo semestre incluye el curso denominado “búsqueda del empleo”, en el cual se capacita a los alumnos a preparar correctamente su currículum vitae y con las necesarias habilidades para que ofrezcan sus servicios profesionales en el mercado laboral. Adicionalmente, al egresado de la carrera, sea o no titulado, se le apoya con información sobre oportunidades de trabajo vía internet, que contacta directamente la oficina de la jefatura de la carrera con las diversas fuentes de ocupación públicas, privadas y sociales.

Cada semestre, desde el primero hasta el último, comprende prácticas escolares de carácter obligatorio para completar el conocimiento teórico de las clases con la realidad rural: se visitan regiones de los estados circundantes a la zona metropolitana del Distrito Federal, con sus diferentes climas, suelos, vegetación, orografía, situación pecuaria, organizaciones sociales y empresariales, comercializadoras, integradoras, sistemas de producción y sus mismos protagonistas locales, empresarios, ejidatarios, cooperativistas y funcionarios federales, estatales y municipales.

Para ello, previamente se elabora el plan de trabajo consensuado entre autoridades, profesores y alumnos con sus objetivos, calendario de actividades –que puede durar desde un día hasta una semana– y cuestionario de entrevistas. Al regreso de la visita, los alumnos deben presentar reportes como trabajos individuales y como grupo con video ante el Foro de Prácticas Escolares, en donde concursan todos los alumnos de cada semestre y se premia a los mejores tres trabajos, independientemente del nivel del semestre, de acuerdo con la evaluación del jurado formado por profesores.

Durante toda la carrera, el alumno recibe cursos de computación y del idioma inglés a nivel de compresión, que, junto con su servicio social en una institución pública por un semestre, son prerrequisitos de titulación. Por cierto, la Facultad cuenta con un Centro de Lenguas Extranjeras, en donde se enseña además del inglés, francés, portugués, italiano y ruso. La titulación no sólo puede ser por tesis, sino también por cualquiera de las opciones de: elaborar un informe de práctica profesional o de servicio social supervisado en una comunidad, un examen global de conocimiento por áreas, o un diplomado relacionado con el perfil de la carrera.

Por su formación, los licenciados en planificación para el desarrollo agropecuario pueden se guir estudiando en el posgrado de maestría y doctorado, que se ofrece en la propia FES Aragón (Derecho, Pedagogía o Economía, y en este caso, como programa conjunto de especialidades con la UNAM y la FES Acatlán); o bien, en cualquiera de las ciencias afines a la carrera dentro de la misma UNAM, para no mencionar a las demás instituciones públicas y privadas.

A la fecha, la carrera cuenta con 268 alumnos (entre quienes van distinguiéndose las jóvenes) en los turnos matutino y vespertino, de ellos, 77 alumnos ingresaron apenas al nuevo ciclo escolar iniciado este mes de agosto. Suman 50 profesores con nivel mínimo de licenciatura, ya que la mayoría tiene diplomados y posgrados con diferentes perfiles, entre ingenieros civiles, agrícolas, en alimentos e informática, veterinarios, agrónomos, geógrafos, biólogos, contadores, abogados, economistas, sociólogos, antropólogos y planificadores.

De la carrera han egresado dos mil 12 alumnos, de los cuales 277 se han titulado. Es de mencionarse que 36 alumnos han sido reconocidos con la medalla Doctor Gustavo Baz por sus trabajos propositivos en comunidades y 25 con la medalla Profesor Gabino Barreda por su excelencia académica.

Sin jerarquizar, en mi opinión, los retos que enfrenta a corto y mediano plazos la carrera son: a) ampliar la difusión de la carrera entre los potenciales estudiantes más allá de nuestro ámbito geográfico de origen y del portal en la red electrónica; b) elevar el índice de eficiencia terminal, porque aún son relativamente pocos los titulados en comparación con el total de egresados, por lo que habrá que encontrar la forma de motivarlos y guiarlos desde los últimos semestres en la institución, particularmente en los talleres de integración profesional; c) incorporar la carrera al Sistema de Educación a Distancia para atender a los alumnos potenciales y actuales que tienen dificultades de traslado y de clases presenciales; y, d) preservar la acreditación ganada por la carrera hace ya cuatro años ante la instancia de evaluación independiente de la UNAM y ante nuestras propias autoridades, en un proceso de mejora continua.

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