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Me siento como nunca, declaró en 2010, en su última entrevista concedida a La Jornada

Pese a tanto loco suelto, la vida sigue siendo una fiesta, decía Facundo Cabral
Foto
Facundo Cabral, durante un concierto en una de sus últimas presentaciones, en Quetzaltenango, Guatemala, el 7 de julio. Alberto Cortez aseguró que el crimen fue una confusión, pues el cantautor no tenía enemigosFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de julio de 2011, p. 9

El cantautor argentino Facundo Cabral platicó por última vez con este diario el 26 de agosto de 2010. A continuación reproducimos sus palabras.

“Siempre vivo el presente, nunca tuve la pretensión de que mis canciones perduraran. Soy muy feliz con las canciones aquí y ahora: yo lo que quiero es decidir mi vida a cada paso. Tengo la suerte de coincidir con mucha gente de todo el mundo, canto en los teatros más lindos, tengo el respeto de la gente, hago una vida fantástica... mañana cuando uno no esté será otra cosa, porque la vida es cambio permanente.

“Ahora mismo me siento como nunca; me gustaría haber tenido esta sensibilidad cuando tenía 30 años, pero cuando uno puede no sabe y cuando uno sabe no puede. Me gustaría tener 30 años menos para escribir canciones chingonas; aunque tuve la suerte de escribir temas que están por todos lados. No soy de aquí ni soy de allá, Pobrecito mi patrón o Vuele bajo han seguido caminando solas y han crecido más que yo, porque he llegado a lugares donde me conocían por ellas. Soy un tipo con suerte, pero a ésta hay que ayudarla, no aparece si uno no trabaja la suerte, no se le acerca al holgazán.”

Invitación a los jóvenes

Invitó a los jóvenes a sus conciertos “porque son una fiesta, no por Cabral, sino porque la protagonista es la vida. Hay un señor en el escenario que cuenta la experiencia de sus 73 años y 50 de caminar el mundo, en los que ha confirmado que la vida es un regalo extraordinario: a pesar de tanto loco suelto y homicidas la vida sigue siendo una fiesta, el planeta es un banquete si uno tiene el valor de animarse a ser feliz. Cuando el hombre está en lo que ama, hasta cuando le va mal, se siente feliz.

La vejez me ha dado paz; la felicidad va y viene, pero cuando la paz llega se queda, uno es más comprensivo: la experiencia me ha hecho armonizar mejor las cosas. Además, hay agradecimiento, porque a esta edad ya estoy en descuento. La vejez concreta la vida, significa que uno vivió, yo miro para atrás y veo 73 años y uno tiene que tratar de tener un buen final.

Facundo Cabral agregó: México es mi segunda patria y este festejo del bicentenario de la Independencia me gusta mucho, quería venir acá para vivir esta fiesta. Siempre he sido muy independiente; estas cosas me conmueven mucho. Este país ha sido muy generoso conmigo, desde hace 38 años vengo acá (1972). He cantado más aquí que en Argentina, incluso cuando me enojo madreo en mexicano, cuando me enojo con alguien lo mando a chingar a su madre.

Consideró: “Cómo no se va a festejar la Independencia, por supuesto que sí, fue lo mejor que le pudo pasar a este pueblo, con una cultura señorial. No quiero meterme en el debate de que sí hay que festejar o no, para mí es una gran celebración. Además la palabra independencia es muy bonita, porque un hombre sin libertad no vive; qué es de una sociedad sin independencia, si no se mueve para donde quiere su corazón o su cabeza; podemos coincidir o compartir muchas cosas con gente de pensamiento diferente al nuestro, pero a partir de la independencia.

“A mí con la independencia me ha ido muy bien. Empecé mi carrera haciendo cosas muy folclóricas, muy ortodoxo con música del sur de Argentina, pero con los años pude independizarme de un montón de normas, y algunas tradiciones con las que no tenía nada qué ver, y de pronto me encontré que estaba independizado y que era yo mismo.

Al final encontré mi verdadera voz, claro también están las influencias musicales que enriquecen. En mi caso es imposible negar la influencia de Atahualpa Yupanqui o de Violeta Parra o de Chabuca Granda o José Alfredo, pero con los años si uno escucha su corazón y es honesto con su trabajo termina encontrando su propia voz.

En relación con los conciertos que ofreció en la República Mexicana, Cabral señaló: “Voy a cantar algo de mis clásicos que son inevitables, pero también muchas canciones nuevas y algunas cosas de José Alfredo Jiménez, que siempre interpreto cuando estoy acá, Cielito lindo... ¡qué sé yo!, tantas cosas”.

Sobre la salud de la canción popular en Latinoamérica, el músico consideró: Actualmente no tengo buen presentimiento de su salud, porque en el trabajo que hacemos músicos como yo no existe continuidad. Veo que aparecen otras formas que son de respetar... pero además quién se puede sentar en el lugar de José Alfredo, quién puede ocupar el lugar de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés. Es muy difícil; me parece que este asunto de la juglaría que hacemos nosotros es como de dinosaurios: los jóvenes se interesan por otras cosas.