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A 7 años de haberse escrito, por fin se estrenó ópera sobre el pintor y su compañera Gala

Muestran la sexualidad volcánica de un Dalí hambriento de fama

Abordan también su complicidad estética e intelectual con Éluard, García Lorca y Buñuel

Se narran las peripecias del artista durante 60 años, dijo Xavier Albertí, director de escena

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Escena de la ópera sobre el binomio Dalí-Gala, que se presentó en MadridFoto cortesía del Teatro de la Zarzuela
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Escena de la ópera sobre el binomio Dalí-Gala, que se presentó en MadridFoto cortesía del Teatro de la Zarzuela
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 2 de julio de 2011, p. 2

Madrid, 1º de julio. Siete años después de haberse escrito, la ópera Yo, Dalí vio finalmente la luz durante su estreno hace unos días en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

La obra se adentra en la relación entre el pintor catalán Salvador Dalí, uno de los máximos exponentes del surrealismo, con Dmitrievna Diakonova, también conocida como Gala, quien fue su musa, amante, mujer y tirana.

Dividida en cuatro actos, en la obra la predomina una música atonal habitual en la ópera contemporánea; también se aborda la complicidad artística e intelectual de Dalí con otros genios del siglo XX, como Paul Éluard, Federico García Lorca y Luis Buñuel.

Esta ópera sobre la singular vida de Salvador Dalí comenzó a gestarse hace más 10 años, cuando el Ministerio de Cultura español financió la composición de una obra con esas características para conmemorar el centenario del pintor en el 2004.

Xavier Benguerel, compositor catalán de prestigio y más asiduo de creaciones instrumentales, asumió el encargo en complicidad con Jaime Salom, quien escribió un libreto inspirado en la personalidad de Gala y en sus escritos sobre su relación con el pintor de Ampurdán.

De esa manera se tejió una compleja obra dramática, en la que predomina la tensión sicológica, sexual y creativa en el binomio Gala-Dalí, pero también los hallazgos artísticos e intelectuales, las rivalidades y hasta los odios con otros compañeros de movimiento y de generación, como García Lorca, Buñuel y Éluard.

Sin embargo, el meollo de la trama es Dalí, a quien se muestra como un genio enloquecido, histérico, hambriento de fama y dinero (más aún), y con una sexualidad volcánica que lo hace ver a Gala como a su madre, su amante, su enemiga y su dueña, explicó.

Yo, Dalí no se pudo estrenar en 2004 por un cambio en la dirección del Teatro de la Zarzuela, a pesar de que en la producción de la obra se involucró el Teatro Real. Desde entonces el compositor ha luchado para lograr, al menos, ver estrenada la obra, con tres funciones el 8, 10 y 11 de junio.

Xavier Belenguer y Jaime Salom dejaron la dirección de escena a Xavier Albertí, quien explicó que en la obra buscó siempre respetar las texturas, que evolucionan progresivamente hacia el drama burgués de características ibsenianas, a partir del segundo acto y la obertura sinfónica es un pronunciamiento sobre los principios de la obra, dado su sincretismo de estéticas y estrategias.

Albertí explicó que esa ópera tiene bases biográficas ineludibles, pero no es una visión enciclopédica sobre la vida de Dalí. En Inglaterra, los investigadores se sorprendieron mucho al desenterrar a Ricardo III y ver que no era jorobado. La obra de Shakespeare pesaba más que la propia historia. Aquí se narran las peripecias de Dalí durante 60 años de su vida, la vida de un personaje profundamente heterogéneo, por eso los actores manejan energías muy diversas.

La ópera Yo, Dalí cuenta con la participación del barítono Joan Martín-Royo (Dalí), la mezzosoprano Marisa Martins (Gala) y el tenor Antonio Comas (Paul Éluard/ Superstar).