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El Museo Objeto del Objeto MODO presenta su segunda exposición

Ocho colecciones entablan diálogo estético y revelan la personalidad de sus dueños

Quienes acumulan objetos sólo buscan contar historias, dice la curadora Ana Elena Mallet

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Algunas obras incluidas en la muestra Colección de coleccionesFoto María Luisa Severiano
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Algunas obras incluidas en la muestra Colección de coleccionesFoto María Luisa Severiano
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Ana Elena Mallet durante la entrevistaFoto María Luisa Severiano
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Algunas obras incluidas en la muestra Colección de coleccionesFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de junio de 2011, p. 4

Cada uno de los objetos que se exhiben cuentan una historia, afirma la curadora Ana Elena Mallet. La transformación urbana en un mosaico de postales, robots de juguete como síntoma de la fascinación ante la era espacial, la transformación del género femenino reflejada en enseres domésticos, la subcultura juvenil skate mediante tenis y patinetas son algunas de las conversaciones de la muestra Colección de colecciones que se exhibe en el Museo Objeto del Objeto MODO.

Para un coleccionista, al final, consiste en contar historias de los objetos y eso es mucho de lo que se dice en esta exposición, donde la idea es que ocho conjuntos muy diversos dialoguen y, además de mostrar un hermoso diseño, nos hablen del tiempo en que se hicieron, de cuándo fueron adquiridos, nos comuniquen ciertos momentos históricos, y de la personalidad de sus dueños. Y, al mismo tiempo, abordar el tema del coleccionismo, su conformación, los criterios de adquisición y de las personas detrás de esta afición o modo de vida.

La subcultura del skate

Se trata de manos, lámparas, sombreros, enseres domésticos, postales, robots, tenis y patinetas, de los cuales siete colecciones provienen de préstamos particulares y el octavo grupo del acervo del MODO.

Todos tienen que ver con el ser humano, su desarrollo, su bienestar, su movilidad y su entretenimiento. Eso es lo que valoramos, que tenga un sentido estético, social e histórico.

Elementos cotidianos en tiempos del consumo, en una sociedad globalizada, referencia del MODO y de su acervo de más de 30 mil piezas documentadas, de la época moderna donde la mayoría de museos surgen de las colecciones particulares. Ese espíritu caracteriza la segunda exposición del recinto abierto hace siete meses.

No es hablar de coleccionismo de arte y de objetos elitistas, sino que al final estas piezas son valiosas porque además de que no consigues otra igual, revelan parte del ser humano, pero también ciertos aspectos de la cultura contemporánea que no tenemos visualizados.

Hermosas bailarinas que desfilan con plumajes exóticos y pequeños atuendos sofisticados –que hacen pensar que Lady Gaga no es innovadora–, María Conesa es uno de los nombres que se lee en las postales de 1890 a 1950, en una de las salas de la casona ubicada en la colonia Roma. Provocan el asombro ante lo antiguo o la nostalgia ante el recuerdo, según el visitante, al igual que ver un arbolado Paseo de la Reforma, rodeado de terrenos baldíos, o La Viga con trajineras sobre el entonces canal transparente. Alrededor de cien postales de dos coleccionistas seleccionadas de entre 40 mil.

Según Mallet, el coleccionismo de postales está muy arraigado en el país, con clubes de intercambio y conocedores: nadie como ellos puede decir las casonas que existían, cómo estaba trazada la ciudad y todo eso lo han aprendido a través de las imágenes.

Patinetas y tenis comparten espacio, “porque detrás de ellos hay la subcultura del skate, de la que hay un coleccionismo gigantesco que las propias marcas ya empezaron a explotar, además de las colaboraciones entre artistas, patinadores y marcas para hacer gráficas, artistas del grafiti, como Shepard Fairey o Banksy”.

Así, las tablas realizadas desde 1970 a la fecha muestran gráficas alucinantes, mientras los tenis son desde 1980 –cuando se pedía a los padres unos Nike y sólo los encontrabas en la fayuca–. La primera colección es de una tienda de la Roma y, la segunda, de otra en Tepito.

Apelar a públicos distintos

En los años 60 del siglo pasado, cuando la carrera espacial estaba en su apogeo, comenzó la creación de juguetes en forma de robot, que representa un momento histórico, y de vida –no faltará el visitante que suspire diciendo ¡yo tenía uno igual cuando era niño!–, además de naves espaciales que refieren al Apolo 13, en la competencia hacia la Luna, muy sintomático y con valor histórico.

Así pasa con las demás series seleccionadas después de revisar más de 25 colecciones y un arduo trabajo de catalogación, porque “para exhibir en un museo debemos tener un aparato crítico.

“El coleccionismo en México no es una especie en peligro de extinción –dice Ana Elena Mallet–, donde encontramos de todas las edades, variedades y quienes son muy especializados, muy documentados y muy apasionados en un tema. Es una cultura no de la acumulación, sino de un coleccionismo consciente. Además de que aquí, con tantos mercados, hay quien colecciona diversas piezas.”

Cada colección apela a públicos distintos, todavía hay una parte de nostalgia de la primera exposición, cómo reaccionaron los adultos, pero ahora llamará la atención de los jóvenes porque son artículos muy contemporáneos. Además de que vecinos de la Roma se han convertido en público afiliado al MODO.

Vamos a contar la historia mediante estos coleccionistas, quienes en su mayoría comenzaron la acumulación desde la infancia. Algunos se conocen por encuentros furtivos, en mercados y ahora conversan en el MODO, porque una colección habla completamente de su dueño y de su visión del mundo.

María Alós, directora de colecciones del MODO, informó que de manera complementaria se realizarán conversatorios para analizar el sentido estético de los objetos y su diseño, además de dar lecturas desde la teoría social y antropológica, gracias a un convenio con la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En las mesas redondas se abordarán la modernidad cotidiana, los electrodomésticos y los roles de género, pero principalmente qué significa coleccionar, ser pepenadora de lujo.

La nueva exhibición del museo especializado en el diseño y la comunicación concluirá en noviembre, en el inmueble de Colima 145, colonia Roma.