Teherán, 5 de junio. Un nuevo capítulo ha comenzado para los artistas iraníes, quienes gozan de auge en ventas e interés de importantes casas de subastas internacionales, como Christie’s, pese a la crisis económica internacional y a las sanciones que afectan Irán.

Las obras de pintores iraníes se han estado vendiendo a precios bastante elevados, no sólo más allá de las fronteras de su país, sino también dentro del Estado islámico, donde muchos iraníes sufren penurias económicas. La economía de Irán ha sufrido con las sanciones internacionales impuestas por Occidente debido a sus actividades nucleares.

Las sanciones apuntansobre todo a sectores vitales de la economía, como las finanzas y la energía, que según analistas eleva el costo del comercio al hacer que sea más difícil transferir fondos o asegurar cargamentos.

El gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad también ha recortado los subsidios al combustible y a los alimentos, con lo que según críticos ha elevado los costos de vida de los iraníes.

Sin embargo, prevalece un apetito que se aprecia como inagotable de arte iraní, independientemente de los estilos, soportes y precios. Hay más de una decena de galerías importantes dedicadas a la pintura en Teherán.

Alireza Sami Azar, analista iraní, dice que el cambio de actitud hacia el arte ha contribuido al actual auge del mercado pictórico. “Este arte ahora está considerado como forma de inversión; por ende posee un aspecto cultural y financiero más que una razón artística y filantrópica. Este apogeo data de 2006, cuando grandes casas de subastas, como Christie’s, llegaron a la región”, explicó Azar.

Moda de adinerados

Propietarios de galerías en Irán dicen que las sanciones tuvieron poco impacto negativo sobre el mercado artístico, dado que a los iraníes adinerados les ha costado más invertir en el extranjero y el negocio de los bienes raíces está estancado.

Además de Christie’s, otras grandes casas, como Sotheby’s, promueven su presencia en el Golfo para satisfacer la demanda de inversores árabes y expatriados, en una región vista hace mucho como desierto cultural.

Está en boga en la alta sociedad iraní contar con al menos una de estas pinturas, a veces sin ser conscientes de su valor artístico.

Mi hija de cinco años pinta mejor, pero como mis amigos tienen este tipo de pinturas, tuve que pagar una fortuna para comprar dos también, dijo Negar Bigdeli, esposa del dueño de una fábrica.