Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 5 de junio de 2011 Num: 848

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Lo que el vino se llevó
Vilma Fuentes

Diez años de minificción

Novísimos de Zapotlán

Voces del mundo en solidaridad y protesta
Marco Antonio Campos

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Hugo Gutiérrez Vega

Regeneración nacional

Los mexicanos estamos viviendo días, meses, años de temor, indignación, desasosiego y asco. Nunca había vivido nuestro país tantas calamidades; nunca habíamos sufrido un gobierno tan inepto, tan sordo al clamor de la sociedad civil que de muchas maneras, algunas silenciosas, otras a voz en cuello, exige la revisión de una estrategia equivocada que ha provocado un clima de violencia, de crueldad inhumana y de inseguridad permanente.

Todos los días los medios nos entregan listas de muertos, desaparecidos y levantados. La mayor parte de ellos manipula la información para servir a los intereses de la mafia de políticos, empresarios voraces y pseudo comunicadores que desde hace muchos años explotan, expolian, humillan, hambrean hasta extremos indecibles y engañan a un país entero, aunque en el fondo de sus maquinaciones crece el temor de que ese engaño no pueda mantenerse por mucho tiempo.

La violencia ha llegado a la saña de la operación Cóndor: decapitados, desmembrados y enterrados en siniestras fosas que nulifican sus historias personales. Estamos viviendo una funesta narcoeconomía que se entromete en todos los aspectos de la vida pública y en numerosas vidas privadas.

Me comentaba hace poco mi amigo el Fisgón que nuestra actual coyuntura es parecida a la que sufrió China durante la guerra del opio: los cárteles se pelean por las rutas y las zonas de influencia, y firman pactos con los señores de la guerra, con algunas autoridades políticas y con muchos sectores policíacos.

La manifestación del 9 de mayo en el Zócalo y en las calles de Ciudad de México nos demostró un hecho político incontrovertible. En ella se escuchó la voz de un pueblo aterrorizado, exasperado y lleno de angustia. Padres de hijos muertos, hijos de padres muertos, hermanos que han perdido a sus hermanos, viudas, jóvenes que han perdido a sus amigos, a sus novios y novias en pleno amanecer de sus vidas. Todos los seres muertos a quienes el gobierno de un partido, que basa una buena parte de su doctrina en la idea de la eminente dignidad de la persona humana, llama “daños colaterales”.

Este gobierno no sólo ha fracasado en el campo de la seguridad pública, también ha fallado en materia económica y social. Estas fallas vienen de lejos, pero se inician de manera más clara y terrible en el régimen de Salinas, con la implantación definitiva del criminal neoliberalismo, culpable del incremento del proceso deshumanizador que permea todos los campos de la vida social.

Lo ha dicho Andrés Manuel López Obrador, recordando la teoría de Gramsci sobre el aparato de coherencia interna del sistema capitalista: nos gobierna una mafia compuesta por políticos y por los poderes fácticos, de manera muy especial los medios de comunicación electrónicos, manipuladores de la información y que, ante la creciente debilidad del poder político, quieren ya poner rey, es decir, intervenir abierta y descaradamente en los procesos electorales. Y no se trata, como pretenden algunos intelectuales orgánicos impregnados de mala fe, de ir sin matices contra los empresarios. Nos basta con que paguen sus impuestos como cualquier ciudadano y cumplan sus obligaciones económicas y sociales. En esto descansa, desde el punto de vista histórico, el Estado de bienestar, que no es otro sino el que coordina la vida económica, para hacer más equitativa la distribución de la riqueza. No olvidemos que este gobierno ha llegado a una cifra récord de inequidad: 241 mil inversionistas son dueños del cuarenta y cuatro por ciento de la riqueza pública. Este hecho, aun para el economista más partidario del capitalismo, hace de nuestro país una nación inviable. El resto de los habitantes está hundido en la pobreza que sufren las clases medias, y en la miseria que degrada y deshumaniza a más de 40 millones de mexicanos. Y pensar que uno de los alicuijes de Los Pinos ha calculado que en México a una familia de cuatro miembros le bastan 6 mil pesos para vivir con holgura, pagar su casa, su coche y tomar vacaciones veraniegas. Esta imbecilidad sólo fue superada por la declaración del secretario de Educación Pública, a favor de esos engendros llenos de vulgaridad, sensiblería, estupidez y pobreza verbal que son las telenovelas mexicanas. Para este señor esos dañinos desfiguros son útiles para el mejoramiento de la educación pública. Pienso que la Minerva de Vasconcelos, y las musas de Montenegro que decoran el despacho del Secretaría de Educación, salieron huyendo al oír tan descomunal tontería.

Andrés Manuel López Obrador ha recorrido la República, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, ranchería por ranchería. Quienes apoyamos el Movimiento de Regeneración Nacional en Querétaro lo recibimos con los brazos abiertos, y con los dones de esa ardua virtud que es la esperanza. Nuestro México deshumanizado por las funestas acciones de una clase política corrupta e irresponsable, y por la crueldad sin límites del crimen organizado, necesita un movimiento de la sociedad civil que aspire a una completa regeneración.

Todos debemos estar comprometidos en la urgente tarea de salvar a un país hundido en la crueldad, en la torpeza y en la ignominia. Debemos luchar todos los días, pues este compromiso aspira a la regeneración de un país invertebrado (Ortega y Gasset dixit), a la humanización de un pueblo que, en estos momentos, sufre bajo el pavoroso manto negro de la barbarie. Es significativo que Andrés Manuel llegue a Querétaro el 15 de mayo. En el siglo XIX Benito Juárez inició aquí la refundación de la República. Ahora le toca al Morena y a su líder iniciar la urgente refundación.

Queremos una verdadera democracia que sirva al hombre, a la mujer, y sobre todo a los jóvenes y a los niños, cuyo futuro corre graves peligros. Esta es una tarea de justicia y de paz. Será en suma, parafraseando a Shakespeare, un trabajo de amor ganado.

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