Opinión
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Astillero

Opus Bang

Sacerdotes de la metralleta

Obispos: sangre necesaria

La invitación de Cordero

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MÉRITO POLICIAL. El presidente Felipe Calderón y el secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, durante la ceremonia por el Día del Policía, donde entregaron reconocimientos a agentes federalesFoto Cristina Rodríguez
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na revelación surcó la planicie poblada de uniformes oscuros, rostros fieros y armas bien dispuestas: el mesías policial hizo saber a los suyos, a su entraña y proyecto, que deberían continuar con su sacra misión depuradora, arrancando la cizaña de los sembradíos (aunque produzcan daños colaterales, horror e injusticia en el trigal social), combatiendo al invasor narcomonstruo de mil cabezas e impidiendo que viejos vicios ya casi tatuados en las corporaciones con charola siguiesen corroyéndolos, predestinados esos agentes salvíficos a convertirse en sacerdotes cívicos, en oficiantes con pasamontañas y chaleco blindado, en pastores de la metralleta, en ministros de la patrulla, en la magna obra del sexenio de las balas, en el Opus Bang.

De los shots de tequila a la policía sacerdotal: San Felipe de Genaro vive en otra realidad y pretende incorporar a todos los mexicanos a esa alta experimentación. Reacciona, como se ve cada vez con más frecuencia, con una encendida pasión inversamente proporcional a lo que sus presuntos gobernados le plantean. Si enarbolan la exigencia de No Más Sangre y si las plazas y las carreteras se pueblan de ciudadanos que desean frenar la locura bélica actual, el adverso comandante se esmera en organizarse desfiles militares y concentraciones de agentes y en decretar días de homenaje a policías. Ya en el atril, se estremece al defender sus tesis de guerra y se deja llevar por aires de misticismo calibre 0.56 hasta levitar conceptualmente y producir esas gotas de delicado perfume santificador de pólvoras al encaminar a sus ejércitos de rifles humeantes al cumplimiento de proféticas tareas de sacerdocio cívico: ya no habrá pocito sino pila de agua bendita, las extorsiones serán consideradas como limosnas, las salas de tortura se convertirán en confesionarios, las mansiones y fortunas de los grandísimos jefes serán explicadas a partir del milagro de la multiplicación de los pesos y los PANes, la sangre derramada será reclasificada para quedar entendida como vino y muchas otras transformaciones profundas sucederán, como ayer se dijo en intensa sesión de tuiteos de humor negro de la que se ha surtido este breve recuento y en la que participó este capellán de la Iglesia de la Última Astilla de la Cruz Restaurada.

Convertida, pues, en Cruzada y no más en simple guerra, y los policías federales en cruzados, el Superior de la congregación, Felipe, y el operario directo, Genaro, ofrecieron a los jóvenes universitarios mexicanos la oportunidad de agregarse a las fuerzas del bien. El hombre de la medallita fallida, García Luna, precisó que hay 4 mil plazas de fuego a disposición de aspirantes a monjes balísticos. Y los signos celestiales no tardaron en aparecer: desde las alturas del episcopado mexicano, el obispo Carlos Aguiar Retes confirmó el sentido de sacrificio que conlleva la misión felipense. Presidente de la conferencia de obispos mexicanos, reunidos en Cuautitlán Izcalli, donde tuvieron ocasión de saludar y dialogar con un copete que les es ideológicamente cercano, Aguiar Retes calificó de encomiable lo que ha hecho Calderón en contra del narcotráfico y justificó la sangre derramada en cuanto era indispensable, no sólo porque el comandante Felipe ya lo había advertido luego de las elecciones de 2006, en el tramo en que se presentaba como presidente electo, sino, además, o sobre todo, porque el problema heredado tenía que afrontarlo, tenía que costar sangre (...) no nos gusta, todos lo lamentamos pero es indispensable, si no, díganme ustedes, ¿cómo se enfrenta a una delincuencia organizada? Vaya. Calderón quiere policías convertidos en sacerdotes y Aguiar Retes transforma la función eclesiástica en justificante policiaco.

En terrenos menos espirituales, el secretario de Gobernación, Francisco Blake, responde justificadamente ¿Y yo por qué? a la dirigencia perredista que cómodamente pretendía que Bucareli le adelantara valoraciones judiciales en materia de vinculación con el narcotráfico respecto a candidaturas y precandidaturas del sol azteca. Es evidente que esa oficina no puede ni debe prejuzgar ni filtrar detalles de eventuales procesos penales, pero Jesús Zambrano quería blindar a sus aspirantes con cargo al adversario. En busca de protección política también se manifestaba anoche Luis Felipe Bravo Mena, quien anunciaría cambios en su estrategia política que esta columna no alcanzó a conocer a tiempo. Dado el bajo perfil de su campaña, y el constante hostigamiento electrizado en su contra, había quienes suponían que el distinguido yunquista podría anunciar su declinación, aunque el tono del anuncio iba claramente en el sentido de reforzar esa campaña, no de abatirla.

Y una nariz de cordero de sacrificio continuaba creciendo, pues ayer el secretario de Hacienda dijo que él no se confunde y que no anda haciendo proselitismo, luego de que en San Luis Potosí canceló a última hora una comida de panistas en apoyo de su candidatura presidencial. El presidente del comité estatal del PAN en SLP, Marco Gama, dijo a Antonio González, colaborador de La Jornada San Luis, que fue el propio Cordero quien frenó la mencionada reunión pues, desde la perspectiva propia del señor secretario se podía confundir con un evento de precampaña y se prefirió dejar así las cosas. La invitación para la comida, en color azul y una franja blanca en la parte inferior, decía: Ernesto Cordero Arroyo tiene el honor de invitarte a una convivencia con la militancia panista. Martes 31 de mayo a las 14 horas. Jardín Villarreal, calle Nube número 573, esquina con Sierra Leona, Garita de Jalisco. Junto a un croquis para guiar a los invitados, el teléfono celular de Lic. Naara Flores, 014441837554, para informes.

Y, mientras se cumple el segundo aniversario de la tragedia de la guardería ABC, y AMLO vuelve al Zócalo de la ciudad de México, este domingo, ¡feliz fin de semana, con Acapulco peleando ante la Suprema Corte para impedir el golpe de mano con que el gobierno federal le arrebató el tradicional Tianguis Turístico!