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Miles denuncian a una clase política que sólo escucha los dictados del poder económico

Movilización en España contra políticos, empresarios y banqueros

Al final de la protesta en Madrid la policía dispersó con balas de goma a manifestantes

Las redes sociales de Internet, vitales para la difusión de las marchas en 50 ciudades

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Descontento en Madrid ante el aumento de la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades para los jóvenesFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 16 de mayo de 2011, p. 20

Madrid, 15 de mayo. Miles de personas, en su mayoría jóvenes, se movilizaron hoy en 50 ciudades españolas para repudiar a políticos, empresarios y banqueros; denunciar los estragos que provocan en la gente común y corriente las medidas financieras de gobiernos y organismos internacionales; reclamar más democracia, rechazar la economía neoliberal y el actual modelo de dictadura partidocrática.

La protesta fue pacífica, pero al final de algunas movilizaciones se produjeron violentos choques, luego que la policía nacional dispersó con balas de goma, gases y macanazos a ciudadanos indignados que detuvieron el tránsito de algunas calles importantes, como la madrileña Gran Vía.

Esta movilización ciudadana surgió de un pequeño conglomerado de organizaciones y ciudadanos anónimos como Juventud sin Futuro, Ecologistas en Acción, ATAAC o Intermon Oxfam, que decidieron crear la plataforma Democracia real ya, y convocar protestas en las 50 principales ciudades españolas para expresar su profundo malestar ante la situación actual y para denostar la campaña electoral en pugna, en la que se decidirán los gobiernos municipales, forales y autonómicos de la mayoría del país, justo en una semana, el día 22.

En todas las protestas las redes sociales fueron vitales, tanto para la difusión del mensaje y la cita como para informar de los pormenores de las marchas. Sin pan no hay paz, no les votes, no somos mercancías en manos de políticos y banqueros, contrato basura, esclavo libre, fueron algunas de las consignas dirigidas al conjunto de la dictadura partidocrática y de quienes llevan el timón de las políticas económicas y financieras.

En todas las manifestaciones se leyó un manifiesto que explica con claridad el cariz de este nuevo movimiento social, contestatario y que es una muestra más del malestar social ante el aumento de la pobreza, el desmantelamiento paulatino del Estado del bienestar, los casi cinco millones de desempleados que hay sólo en España y la falta de oportunidades para los más jóvenes.

En el texto, la plataforma explica: Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos. Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros. Por la indefensión del ciudadano de a pie.

Las marchas iban encabezadas con pancartas con el lema No somos mercancías en manos de políticos y banqueros.

Entre las principales reivindicaciones los manifestantes, entre ellos desempleados o subcontratados, expresaron su reclamo de una serie de derechos básicos, como vivienda, trabajo, cultura, acceso a la salud, a la educación y a la participación política.

Pero advierten que la democracia, tal como está concebida, impide cumplir con estas exigencias, pues –sostienen– la clase política ni siquiera nos escucha y se dedica a atender tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partidocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE (que hacen referencia al Partido Popular y al Partido Socialista Obrero Español).

Los ciudadanos movilizados también llamaron a la activación de una revolución ética, en la que el dinero no esté por encima del ser humano y en que los ciudadanos no se consideren únicamente productos del mercado.

En esta capital muchos de los manifestantes portaban camisetas amarillas del grupo Juventud Sin Futuro, que surgió en abril pasado en las universidades.

Las protestas más multitudinarias se registraron en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia, San Sebastián y Pamplona. En la capital española los agentes antidisturbios dispersaron la sentada colectiva en la Gran Vía. En Salamanca, la policía requisó cámaras fotográficas y teléfonos celulares, e identificó a decenas de personas.