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Siguen en tribunales los testimonios de hijos de desaparecidos

Justicia argentina cita al cardenal Bergoglio en caso de robo de niños en la dictadura
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 12 de mayo de 2011, p. 29

Buenos Aires, 11 de mayo. La justicia de Argentina citó a declarar al cardenal Jorge Bergoglio como testigo en la causa que juzga a los responsables del plan sistemático de apropiación de menores hijos de desaparecidos durante la pasada dictadura militar (1976-1983).

Durante la audiencia celebrada en el trobunal oral seis el pasado lunes 9, los magistrados que juzgan a los ex dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone y otros resolvieron citar al religioso por solicitud del fiscal Martín Niklison y el abogado querellante Alejo Ramos Padilla para que testifique en relación a un caso que dijo desconocer en su momento.

Bergoglio ya declaró en la causa que procesa a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), y por el caso de sacerdotes uno de los cuáles, sobreviviente lo señaló por complicidad con la dictadura y por no haber impedido su secuestro y tortura.

Ahora deberá informar lo que sabe sobre la apropiación de hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio, después de que Estela de la Cuadra, hermana de Ana de la Cuadra -cuya madre Alicia fue la primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo- presentó en el tribunal una serie de cartas que su padre le envió a Bergoglio -cuando este dirigía a los jesuitas- para que lo ayudara en la búsqueda de su hija desaparecida y de su nieta.

Precisamente el pasado 2 de mayo Estela De la Cuadra le preguntó al tribunal: ¿Cómo es que Bergoglio dice que hace sólo diez años sabe del robo de bebés? ¿Por qué no lo citan? ¿No amerita que diga qué pasó con Ana de la Cuadra? .

El cardenal podría recurrir a un recurso del Código Penal, para declarar en su casa o por escrito en un trato reservado para altos dignatarios de la Iglesia, pero los abogados querellantes se opusieron ya que debe responder a todas las preguntas en el Tribunal y aduciendo que no puede considerarse válido este privilegio ante una Constitución que reconoce que el Estado es laico.

En estos días continuaron los testimonios de casos, entre ellos de los llamados “niños del Cóndor” que son los hijos de desaparecidos en el marco de la operación criminal del mismo nombre, desarrollada en forma coordinada las dictaduras del Cono Sur entre los años 70 y 80, y de otros sobrevivientes que pasaron por el Centro Clandestino de Detención Pozo de Banfield en la provincia de Buenos Aires.

Uno de los testimonios desgarradores lo ofreció Carlos D’Elía Pallares, economista, nieto que recuperó su identidad en 1995 a los 17 años.

Sus padres Yolanda y Julio D’Elía Pallares era uruguayos refugiados en Argentina en1974 y fueron secuestrados aquí el 22 de diciembre de 1977 por la policía de la provincia de Buenos Aires, junto con militares de Uruguay.

Ana estaba embarazada de ocho meses y según testigos, ambos fueron torturados en la comisaría que se encontraba a metros de su casa y luego trasladados al Centro de Operaciones Tácticas (Coti) de Martínez, que funcionaba bajo el mando del general Ramón Camps, el ya fallecido y temible ex jefe de la bonaerense.

El joven estudiante habría sido devuelto a su país, con otros detenidos uruguayos, en algunos de los llamados vuelos de Cóndor por medio de los cuáles se intercambiaban detenidos-desaparecidos.

Yolanda fue llevada al Pozo de Banfield, donde nació Carlos, quien fue entregado recién nacido y envuelto en papeles manchados de sangre, según su relato al marino Carlos De Luccia y su esposa Marta Leiro por el médico Jorge Bergés, quien firmó la partida de nacimiento y atendió a su madre desaparecida.

Las historias son extremadamente dolorosas. Y también lo que aún viven algunas de las víctimas como Carla Rutila Artés, que ya tiene tres hijos de 7, 12 y 16 años.

Carla nació el 28 de junio de 1975 en Lima, Perú donde estaban sus padres Enrique Joaquín Lucas López, uruguayo y su madre Graciela Rutila Artes. Luego ambos fueron a Bolivia y allí López fue asesinado por la dictadura de Hugo Bánzer y Graciela secuestrada con su hija en Oruro el 2 de abril de 1976.

Como consta en un cable oficial fueron entregadas a Argentina y llevadas al Centro Clandestino de Detención Automotores Orletti, sede principal de la Operación Cóndor aquí.

La niña fue también sometida a torturas para que su madre hablara y después ésta desapareció y ella fue apropiada cuando tenía un año y tres meses por el agente de inteligencia e integrante de la parapolicial Triple A Eduardo Ruffo.

Desde entonces hasta que se convirtió en la primer nieta encontrada por las Abuelas de Plaza de Mayo en 1985, Ruffo no sólo la maltrató sino que abusó de ella desde los cinco años de edad. Todo eso lo dijo valientemente Carla ante el Tribunal que juzgó los crímenes de Orletti. No sólo enfrentó a Ruffo, sino que señaló a otros de sus amigos que participaron en ese Centro.

En 1985 cuando fue recuperada por las Abuelas. Ruffo fue apresado, pero cuando éste quedó libre por las Leyes de Obediendia Debida y Punto Final en 1987, su abuela desesperada se fue a España por miedo a las represalias del apropiador.

Ahora, sin trabajo ante la crisis española ,Carla no podía mantener a sus hijos y regresó buscando ayuda que alguna vez le ofreció el ex presidente Néstor Kirchner en una visita a España. Carla -le dijo-no podemos devolverte a tus padres, pero siempre te acompañaremos y por eso regresó. ¿Puede haber quien pretenda dejar estos crímenes en la impunidad, se pregunta Carla.