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Avances científicos en dos frentes

La sangre podrá evidenciar a atletas con dopaje genético

Un simple test sanguíneo arrojará resultados

 
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de mayo de 2011, p. a15

París, 3 de mayo. Si el dopaje genético hoy tiene más de espectro que de fenómeno de masas, las pruebas de pronta detección serán una realidad con los avances de dos recientes investigaciones científicas que muestran que un atleta que fue genéticamente modificado podrá ser delatado por su sangre.

Los resultados de los trabajos realizados por especialistas alemanes, por una parte, y franceses y estadunidenses, por otra, eliminan los temores de que la lucha antidopaje pueda un día someter a los deportistas a tomas de tejidos musculares para verificar que no se han dopado genéticamente.

El debate está en candelero en este momento. Se nos dijo que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no podría nunca hacer biopsias musculares para detectar el dopaje genético, afirmó el director científico de la AMA, Olivier Rabin, quien agregó: Nosotros estábamos conscientes de ello desde el principio y por eso que queríamos metodologías aplicables en la sangre.

Los expertos de la lucha antidopaje comprendieron que los progresos de la terapia genética despertaban también el interés de algunos individuos en el medio deportivo y que los mismos procedimientos consistentes en inyectar un gen en un enfermo para corregir otro deficiente podrían ser desviados con el fin de multiplicar la producción por el cuerpo de EPO o de hormonas de crecimiento, con el propósito de aumentar la capacidad de resistencia o la fuerza muscular de un atleta.

Las investigaciones realizadas representan claramente un avance en la detección posible del dopaje genético, pero las investigaciones difieren en algunas cosas.

Por un lado, los trabajos dirigidos por Perikles Simon en Maguncia y Michael Bitzer en Tübingen se concentraron en la investigación del ADN transgénico, transferido al cuerpo. Sus resultados obtenidos en ratones muestran que el ADN transgénico podía ser detectable hasta 56 días después de la inyección.

Por otro lado, los trabajos de Richard Snyder, de la Universidad de Florida, y Philippe Moullier, del CHU de Nantes, se interesaron en los principales vectores utilizados para efectuar el traspaso de genes, es decir los virus.

La AMA espera lograr converger estos dos métodos con el fin de conseguir por medio de un simple test sanguíneo una detección amplia del dopaje genético.