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La muerte de Bin Laden
Resurge el patriotismo y un coro de autoelogio al gran poderío estadunidense
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Imagen tomada por un residente local muestra los restos de un helicóptero en la pared del inmueble donde Osama Bin Laden fue ultimado en un tiroteo con fuerzas de Estados Unidos en Abbottabad, Pakistán, la madrugada del lunes (hora local)Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 3 de mayo de 2011, p. 27

Nueva York, 2 de mayo. Las ondas de televisión, radio, medios cibernéticos, los periódicos, y decenas de expertos inundan el país y el mundo con reacciones ante el operativo que mató al hombre más buscado del mundo, Osama Bin Laden. Es como si se resucitara el 11-S, una especie de deja vu con banderas, proclamaciones patrióticas y una avalancha de opiniones sobre si esto cambia todo o no.

Las reacciones ante la muerte de la figura más emblemática del terrorismo que transformó la política de este país, provocando la muerte de cientos de miles de personas, incluidos miles de soldados estadunidenses, en todo el mundo, no por actos de terrorismo, sino por la reacción estadunidense al 11-S, son casi las mismas que al inicio de esta guerra indefinida que fue justificada usando a Bin Laden.

En este país reaparecieron banderas y cantos patrióticos, mientras los políticos, empezando por Barack Obama, maniobraban para emplear los hechos para sus fines políticos, sumándose a la vez al coro de autoelogio al poderío estadunidense para el bien en el mundo.

Algunos que acudieron a la zona cero en Nueva York y a la Casa Blanca en Washington también expresaron la esperanza de que la muerte de Bin Laden pudiera marcar el fin de las guerras en Afganistán e Irak y que los soldados podrían regresar a casa. Seguramente quedaron desconsolados con las afirmaciones de Obama y su equipo de que la guerra contra el terrorismo no sólo no concluye, sino tal vez será redoblada. De nuevo, se repite el debate que surgió justo después del 11-S.

Los críticos y opositores de las políticas bélicas que florecieron en nombre de detener y llevar a la justicia a Bin Laden y a Al Qaeda también respondieron. Tariq Alí, autor de varios libros y ensayos sobre la región árabe y Pakistán, donde él nació, preguntó retóricamente si esto ya pondrá fin a la guerra y ocupación que supuestamente fue lanzada para sacar a Osama y que ya ha llevado a bajas civiles que son, al menos, cuatro veces más altas que las bajas de las Torres Gemelas. ¿Lo harán? Claro que no.

Si Bin Laden ya no existe, y su red está muy dañada, ¿qué queda de la amenaza terrorista a nuestra seguridad nacional que justifica tantos miles de millones de dólares y costos en miles de vida?, pregunta hoy en The Nation Tom Hayden, uno de los líderes del movimiento contra la guerra en Vietnam y desde entonces figura nacional del movimiento antiguerra. Ahora sí nos enteraremos si hay otra agenda que mantiene a 150 mil efectivos estadunidenses en Afganistán e Irak, concluye.

El periodista y analista Jeremy Scahill recordó en entrevista con Amy Goodman, en Democracy Now, que Estados Unidos usó a Bin Laden y los atentados del 11-S como una razón para declarar la guerra contra el mundo, señalando la invasión de Irak, país que no tenía nada que ver con Bin Laden, y otras acciones que han provocado la ira contra Estados Unidos en el mundo musulmán. Este es un día sombrío, cuando deberíamos recordar a todas las víctimas: los 3 mil que murieron en Estados Unidos y también los cientos de miles que murieron después.

A la vez, el asesinato de Bin Laden también impacta el debate sobre el islam en este país, y varias organizaciones musulmanas en Estados Unidos respondieron hoy. Tenemos una sensación de alivio inmenso, afirmó Harris Tarin, del Consejo musulmán de Asuntos Públicos en Washington. Dijo que la perversión de islam por Bin Laden había sido una mancha sobre la historia, reportó el Washington Post. En conferencia de prensa, Mohamed Magid, presidente de la organización musulmana-estadunidense más grande del país, la Sociedad Islámica de América del Norte, afirmó que para la gran mayoría, Bin Laden jamás será venerado. La organización expresó su gratitud, junto con todos los estadunidenses a Obama por haber cumplido su promesa de llevar a la justicia a Bin Laden. Otras organizaciones musulmanes se sumaron a este sentir.

Así, el debate que fue detonado por el 11-S ahora es repetido con la muerte de Bin Laden y en los próximos días y semanas las reacciones ante el hecho inundarán este país. No se sabe si se logrará esta vez, 10 años después, un cambio en la política bélica de Estados Unidos, o si sólo servirá para mantener el mismo curso. Aunque ahora, sin Bin Laden, se tendrá que buscar otra imagen para personalizar un enemigo en esta guerra interminable.

Eso sí, también hubo un poco de humor en las reacciones: en el ciberespacio circuló un mensaje que declaraba: Campeón Mundial de las escondidillas 2001-2010, Descanse en paz.