jornada


letraese

Número 177
Jueves 7 de Abril
de 2011



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate



editorial

Joaquín Hurtado

Arturo

Eras un cadillo. Eras una molestísima espina en pie desnudo, Arturo Díaz Betancourt. Y con todo y penalidades que provocabas a los más lerdos, teníamos que caminar a tu paso; no había alternativa, no valían quejumbres ni mañas para arrellanarse en la holganza.
No nos perdonabas la frivolidad. Porque para ti siempre había algo sagrado en este bregar frente al silencio y el olvido. Pero tu serena mirada nos contagiaba la prisa. Siempre que te llamaba ya estabas con un pie en el aeropuerto o saliendo a esa reunión, a esta manifestación, a aquella rueda de prensa, a visitar a algún amigo hospitalizado, a exigir puntualmente al funcionario, a discutir con el colega, a revisar un proyecto.
A tu lado yo me sentía el más ignorante, el más inútil; el más rezagado en las noticias, en las acciones, en los compromisos. Tu vida fue puro corretear y partirte el alma por los demás. Nadie como tú en el activismo de calle. Nadie te igualaba en el diálogo con los funcionarios de cualquier jerarquía o jurisdicción. Siempre tenías a mano los argumentos contundentes.
No te cansabas de educarnos. Eras salvaje en tus señalamientos. Ni siquiera al final de las largas jornadas de veinticinco horas diarias de mortal friega, mostrabas un ápice de fatiga. Te nos acercabas al grupo de amigos que, por recargar baterías, chacoteábamos en la molicie y había que verte y escucharte y aguantarte. Siempre tenías el giro preciso para destronar al más sagaz en el deporte exquisito de la perreada. ¿Cómo diablos le hacías, Arturo? Cinco minutos te bastaban para recuperar energías y con una muletilla que te servía de escudo y ariete, respetuosamente exclamabas en el interludio de mayor relajamiento: “Estecomosellama, creo que tenemos que concluir la minuta porque hay que presentarla mañana muy temprano al Secretario de Salud”. Malvado. Allí se acababa nuestro rancho.
La verdad es que había muy poco que agregar a los documentos que preparabas con el esmero de quien sabe que su vida completa le va en ello. Con tu capacidad privilegiada para el análisis podías distinguir claramente lo que para otros era invisible o sólo un evento más en la red infinita de contingencias políticas y sociales que nos agobian a quienes vivimos con sida. Con un audaz golpe de timón nos sacabas del fango de las discusiones estériles. De pronto el objetivo se hacía evidente y teníamos que hacernos a un lado porque ya encarrilado acelerabas, rebasabas, atropellabas. Te copié el estilo y acabé solo y hablando aquí como loco en esta lucha a muerte contra la muerte.
Te nos has ido sin darnos tiempo para encontrar un peleador suplente que tenga tu valentía,tu inteligencia, tu generosidad, tu rabia, tu entrega, tu orgullo, tu prisa ni mucho menos tu humanismo para luchar contra la injusticia, la homofobia y los inagotables crímenes por estigma y discriminación en las horas negras del sida, que vio modificada su trayectoria homicida gracias a ti.


S U B I R