Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 3 de abril de 2011 Num: 839

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

El Estado nos debe
No nos ahorra los muertos; sí las explicaciones. No nos ahorra el dolor; sí la justicia
Francisco Segovia

Dos poemas
Tasos Livaditis

Arte, matemática y verdad
Antonio Martorell

Me llaman desde acá
Hjalmar Flax

Los caminos de Graham Greene
Rubén Moheno

Una cita con el general
Graham Greene

Viajero del éter
Iván Farías

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Corporal
Manuel Stephens

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Compasivo

Hubo una vez un soberano –no te distraigas– de todos conocido por su ilimitada bondad. El Compasivo, le decían, y en verdad merecía ser llamado así. Tenía incontables súbditos que cada noche, y siete veces cada día, imploraban su piedad. Y él accedía; siempre estaba dispuesto a aliviar sus dolores. Y para que más notable fuera el alcance de su clemencia, el rey solía provocar calamidades, de manera que pudiera probar su compasión. Una noche ordenaba que una presa se reventara; o que las llamas de un incendio consumieran dos o tres pueblos; o que alguna plaga mortal segara la vida de incontables inocentes; o que unos buenos vecinos mutuamente se empalaran, se colgaran, se decapitaran. Y luego, siempre, les enviaba ayuda, oh sí, los consolaba, los confortaba, los ayudaba a rehacer su vida y todos en verdad lo veneraban porque no conocían a nadie que fuera más caritativo y bondadoso. [De las historias de san Barlaán para el príncipe Josafat]