El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, calificó de abominables la esterilización y el aborto programado para las mujeres más pobres y marginadas.

En su homilía dominical, en la Catedral Metropolitana, reprobó que se deje a las mujeres en un callejón sin salida: el divorcio o el aborto, en lugar de ofrecerles ayuda. A la mujer no se le puede reducir a un aparato reproductor ni a la salud reproductiva; necesita ayuda para desarrollar sus capacidades, dijo.

También criticó las nuevas formas de marginación del género en la actual sociedad consumista y hedonista, donde se transforma a la mujer en un objeto de consumo y se disfraza su explotación bajo el pretexto de la modernidad de los tiempos.

En la homilía dedicada al género, sostuvo que se abusa de la mujer, como si fuera un objeto del gran mercado, no sólo en México sino en varias regiones del hemisferio.

Lamentablemente todavía es objeto de discriminaciones. Por esto la Iglesia se siente obligada a insistir en la dignidad humana, común a todas las personas, y denuncia la discriminación, el abuso sexual y la prepotencia masculina (contra las mujeres) como acciones contrarias al plan de Dios.