A pesar del daño económico que produce, en México no hay registros confiables sobre el tráfico de especies animales y vegetales, únicamente aproxima- ciones sobre dicho problema con base en los decomisos que se realizan en puer- tos, aeropuertos y fronteras nacionales, advirtió Adrián Reuter, representante en el país de la organización Traffic North America.

Según datos de la Interpol, en el mundo se generan anualmente alrededor de 20 mil millones de dólares por tráfico de especies, pero al no conocerse la magnitud real del problema en México, se hace urgente diseñar políticas públicas que detengan ese delito.

Luego de la presentación de los resultados del proyecto Mejora en el manejo de recursos naturales y uso de prácticas sustentables, realizada en la embajada del Reino Unido, el especialista señaló que el tráfico prohibido de ciertas especies se da por modas o rachas que pueden afectar seriamente los ejemplares en cuestión.

El programa mencionado se puso en práctica durante 2009 y 2010, y en él se instruyó a 80 por ciento del personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y se donaron mil 100 herramientas técnicas para el manejo e identificación de diversas especies, como folletos y discos compactos, jaulas, pinzas y otros implementos.

Reuter subrayó la importancia de que se cumplan las leyes ambientales en México, pues no hacerlo perjudica no sólo la biodiversidad, también las posibilidades de desarrollo económico de buena parte de la población.

Por su parte, Roberto Aviña Carlín, director de Conservación de la Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), explicó que mediante la suma de esfuerzos de entidades públicas y privadas es posible mejorar en la administración de la riqueza natural del país y utilizar dichos recursos de forma sustentable.

Luego de la presentación del proyecto, el funcionario dijo que aunque faltan datos exactos sobre la gravedad del tráfico de especies en México, se ha avanzado en el registro de los animales y plantas que siguen siendo vendidos de forma clandestina, como pericos, primates y todo tipo de mamíferos marinos.

De su lado, Robert Fitchett, subjefe de misión de la embajada británica, advirtió que el desequilibrio ecológico puede convertirse incluso en factor de inestabilidad social y agravamiento de las condiciones del cambio climático.